París, Francia | AFP
El grupo italiano Atlantia, concesionario de la autopista que se derrumbó parcialmente este martes en Génova, tiene intereses en Brasil, Chile y España y pertenece en parte al grupo Benetton.
Atlantia gestiona más de 5.000 km de autopistas, sobre todo en Italia, donde se encarga del 51% de la red del país, incluido el eje Milán-Bolonia-Florencia-Roma-Nápoles, y también en países como Brasil, Chile, India y Polonia.
El grupo se unió recientemente con el tándem germano-español Hochtief-ACS para adquirir por 18.200 millones de euros su homólogo español Abertis, que se presenta como el primer concesionario de carreteras de pago en el mundo, con más de 8.600 km en 15 países.
Atlantia se quedará con el 50% más una acción de la compañía común que controlará Abertis.
El concesionario italiano, heredero del grupo público Autostrade SpA, privatizado en 1999, forma parte del grupo Benetton, la famosa familia de industriales italianos, que posee el 30% de su capital.
Atlantia indica en su sitio web que ha gastado 11.400 millones de euros para mejorar su red italiana desde 1997, en el marco de un programa de obras de 24.400 millones de euros en 923 km de autopistas. En la información proporcionada, indica que espera el visto bueno de las autoridades para iniciar la circunvalación de Génova.
El grupo italiano se convirtió además, en marzo, en el primer accionista de Getlink (ex-Eurotunnel), el grupo que gestiona el túnel submarino que atraviesa el canal de la Mancha, tras comprar el 15,49% de su capital por 1.060 millones de euros.
La empresa también está presente en el sector aéreo desde 2013, con los dos aeropuertos de Roma, el de Fiumicino y el Ciampino, por los que pasaron 47 millones de pasajeros el año pasado.
Atlantia logró en 2017 un beneficio neto de 1.170 millones de euros y una facturación de 5.970 millones, unos resultados que aumentaron respectivamente en un 4,5 y un 8,9% en relación al año anterior.
La capitalización del grupo, cuya acción llegó a caer hasta más de un 10% en la bolsa de Milán tras el derrumbe del puente de la autopista en Génova, se situaba en los 20.500 millones de euros el lunes por la noche.
La acción cerró este martes con un retroceso del 5,39%, hasta los 23,45 euros, en un mercado italiano que cerró con una pérdida del 0,30%.