Ginebra, Suiza | AFP.
Víctimas de curas pedófilos y activistas de los derechos humanos de quince países lanzaron este jueves en Ginebra una organización internacional para “forzar” a la Iglesia católica a poner fin a los abusos sexuales dentro de la institución.
“La Iglesia se ha librado de sus crímenes desde hace demasiado tiempo”, dijo Peter Saunders en una rueda de prensa anunciando la creación de la organización Ending Clerical Abuse (ECA, Poniendo Fin a los Abusos Clericales”).
ECA quiere “forzar a la Iglesia católica a poner fin a los abusos dentro de la misma, en particular sobre niños, para proteger y reclamar justicia para las víctimas”, añadió el británico, que fue miembro de la comisión pontifiica para la protección de menores.
José Andrés Murillo, un chileno víctima de un cura pedófilo en Chile, que recientemente fue recibido por el papa Francisco, declaró que ha habido “progresos en algunos países, gracias al valor de las víctimas que se atrevieron a levantar la voz”.
“Pero en muchos otros lugares del mundo, intentan hacerlas callar”, lamentó, en referencia a África, América Latina y Asia. “ECA tiene la ambición de convertirse en su voz”, añadió.
Entre sus objetivos, la organización quiere poner fin a los “mecanismos estructurales” dentro de la Iglesia católica, que “permiten estos abusos, pero también quiere apoyar a las víctimas y ayudarlas a ponerse en contacto con las organizaciones locales e internacionales para obtener justicia.
Una veintena de miembros de ECA, procedentes de Italia, República Democrática del Congo, Polonia, Estados Unidos, Jamaica, México, Chile o Suiza, subieron a la tribuna mostrando fotografías de obispos que acusan a sus países respectivos de haber ocultado deliberadamente a curas pedófilos. Muchos de ellos fueron víctimas de abusos de curas en su infancia.
A pocas semanas de la visita del papa Francisco a Ginebra, el francés François Devaux, presidente de la asociación La Parole Liberée (La Palabra Liberada), pidió al pontífice que anuncie “acciones concretas” y ponga en marcha “auténticas investigaciones” y un tribunal específico.
El papa Francisco anunció el 17 de mayo “cambios” para restablecer la “justicia” dentro de la Iglesia católica de Chile, marcada por escándalos de pederastia, pero sin especificar posibles sanciones contra los prelados, algunos de ellos acusados de haber ocultado abusos.