Santiago, Chile | AFP.
El arzobispo de Malta, Charles Scicluna, enviado especial del Vaticano para indagar las denuncias de encubrimiento que pesan sobre el obispo Juan Barros, se recuperaba “satisfactoriamente” este martes tras una operación en la que le fue extirpada la vesícula.
Scicluna ingresó la noche del martes a un recinto médico de Santiago, el mismo día que comenzó a escuchar los testimonios de víctimas de los abusos del sacerdote Fernando Karadima, que el obispo Barros habría encubierto.
Tras una serie de exámenes, fue sometido a una cirugía laparoscópica para extirpar su vesícula. “Monseñor Scicluna se encuentra actualmente en buenas condiciones, recuperándose satisfactoriamente de la colecistectomía laparoscópica, procedimiento mínimamente invasivo con muy buen pronóstico”, indicó un parte médico de la clínica San Carlos de Apoquindo de la Universidad Católica.
El portavoz del arzobispado chileno, Jaime Coiro, confirmó por su parte que pese a la operación de Scicluna el proceso de escucha de testimonios -que se extendería hasta el viernes- continuará “tal y como estaba previsto” a cargo de Jordi Bertomeu, quien oficiaba hasta ahora como notario del arzobispo.
Scicluna viajó a Santiago para reunirse con víctimas que acusan a Barros de encubrir los abusos de Karadima y de laicos que se oponen a su designación como obispo de la ciudad de Osorno (sur), en un caso que provocó la fractura de la sociedad chilena con la Iglesia católica y empañó el reciente viaje del papa Francisco al país.
Las conclusiones de estas audiencias serán entregadas directamente al pontífice, quien luego definirá si abre o no una investigación canónica en contra de Barros.
En 2011, el Vaticano condenó a Karadima por abuso sexual a menores y lo relegó a “retirarse a una vida de oración y penitencia”. La Justicia chilena, en tanto, declaró prescritos los cargos en su contra. Pero pese a las denuncias, en 2015 el papa nombró a Barros como obispo de Osorno, donde asumió en medio de fuertes protestas de feligreses.