Crosby, Estados Unidos | AFP.
Por Elodie CUZIN
El riesgo de polución química se cernía el jueves en el área del sur de Estados Unidos azotada por la tormenta Harvey, tras explosiones en una fábrica cerca de Houston, cuarta mayor ciudad del país y epicentro del desastre, donde las inundaciones comenzaban a retroceder.
Casi una semana después de que Harvey impactara en la costa estadounidense del Golfo de México como huracán de categoría cuatro, funcionarios y voluntarios todavía luchaban por rescatar a las víctimas de inundaciones sin precedentes, que dejaron al menos 33 muertos y causaron decenas de miles de millones de dólares de daños.
El vicepresidente Mike Pence visitaba Texas este jueves para evaluar los destrozos causados por la devastadora tormenta y reunirse con las víctimas.
Aunque las aguas empezaron a descender en Houston, dando algo de alivio a sus 2,3 millones de habitantes, una preocupante humareda se produjo luego de una serie de explosiones nocturnas en una planta química inundada en Crosby, a 40 kilómetros al noreste de la metrópoli.
El grupo francés Arkema, que opera esta fábrica de peróxidos orgánicos usados en la elaboración de plásticos y productos farmacéuticos, ya había alertado de este peligro por el corte de electricidad, que impide la adecuada refrigeración de materiales "altamente inflamables".
Como medida de precaución, las autoridades habían ordenado la evacuación de los residentes a menos de tres kilómetros de las instalaciones.
"Este humo es extremadamente peligroso", señaló a periodistas Brock Long, director de la Agencia Federal de Emergencias (FEMA).
Pero la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) descartó por el momento señales de toxicidad peligrosa en la humareda, tras recibir información de una aeronave en la zona. "No hay concentraciones preocupantes por los materiales tóxicos reportados en este momento", indicó la agencia en un comunicado.
“Nadie está en peligro”
"Creemos junto con las autoridades locales (…) que nadie está en peligro", dijo en rueda de prensa Richard Rennard, un alto ejecutivo de Arkema.
Pero advirtió que anticipan más incendios en otros ocho contenedores que están en la planta. El incendio de la madrugada se generó en un contenedor de peróxido orgánico que no pudo ser refrigerado de manera apropiada.
Rennard explicó que el humo provocado por esas reacciones químicas es "irritante" para los ojos y los pulmones y alentó a quienes puedan haberlo inhalado a ver a un médico. "El humo es nocivo, la toxicidad es una cosa relativa", dijo sin dar más detalles.
Quince agentes policiales consultaron en un hospital tras inhalar las partículas en suspensión, pero fueron dados de alta, dijo Ed Gonzalez, jefe de policía del condado de Harris, que incluye a Houston y a Crosby.
En un refugio en una iglesia, un residente de Crosby estaba preocupado por los animales que había dejado al evacuar su hogar.
"Tuve que irme por culpa de la planta", dijo a la AFP Lane Averett, de 59 años. "Tengo un perro y tres gatos, y un ternero encerrados (y) no pueden recibir agua o comida, ni nada", explicó.
Al este del sitio de la explosión, las áreas rurales de Texas estaban anegadas, con las ciudades de Port Arthur y Beumont especialmente golpeadas.
Brock dijo que la FEMA trabajaba con los militares para proveer de agua a esa zona, tras fallas en los sistemas de distribución.
Daños por USD 75.000 millones
El vecino estado de Luisiana recibía el impacto de Harvey, que evocó dolorosos recuerdos del huracán Katrina, que dejó 1.800 muertos hace 12 años. Pero Nueva Orleans, la ciudad más afectada entonces, solo recibió lluvias mínimas.
Hasta ahora, partes de Texas registraron más de 1.270 mm de lluvia, mientras que en Luisiana iban 450 mm, aunque en aumento.
"Muchas áreas realmente verán bajar las aguas" este jueves, dijo Jeff Linder, un meteorólogo de la oficina de control de inundaciones del condado de Harris.
Las autoridades esperan que la cifra de muertos aumente al retroceder las aguas, aunque estiman que muchas de las personas reportadas desaparecidas puede que simplemente no tengan acceso a un teléfono o a electricidad.
Más de 30.000 personas se refugiaron en alberques en todo Texas, tanto en el enorme centro de convenciones de Houston como en pequeñas iglesias, según la FEMA.
En Houston, donde se emitió un toque de queda nocturno para ayudar en los esfuerzos de búsqueda y frenar potenciales saqueos, los dos aeropuertos principales operaban de manera limitada.
El Centro Nacional de Huracanes degradó a Harvey a depresión tropical el miércoles, pero advirtió que el peligro de inundaciones persiste en el sureste de Texas y el suroeste de Luisiana.
Al menos una cuarta parte del condado de Harris todavía está bajo agua.
La firma Enki Research estimó que el daño de Harvey puede ubicarse entre los 48.000 millones y 75.000 millones de dólares.