La epidemia del COVID-19 golpeó fuertemente a las bolsas del mundo y en la actualidad, tras dejar los primeros números en dos meses, amenaza incluso con provocar una crisis financiera global. Sin embargo, hay indicadores que muestran un indicio de mejoría y, según proyecciones, solo afectará en la primera parte del 2020 a China, pero con fuertes impactos negativos a nivel mundial.
- Por Armando Giménez Larrosa
- armando.gimenez@gruponacion.com.py
La epidemia del COVID-19, conocido como coronavirus, tendrá sin dudas más impactos negativos en la economía mundial, principalmente en el primer semestre, y Paraguay no escapa a eso, según expertos locales. Sin embargo, mientras algunos ven una crisis global financiera inminente, otros no creen que llegue a tanto, ya que hay indicadores que muestran un control del virus.
El virus que se propagó desde China, país considerado como la industria del mundo, actualmente golpeó a varias bolsas del globo, así como también afectó a la baja de precios de materias primas y depreciaciones de monedas. En Paraguay, el impacto se empieza a sentir con el retraso de mercaderías importadas, que según los datos de Aduanas, ya cayeron 27% entre enero y febrero.
Por otra parte, desde el Centro de Importadores del Paraguay ya manifestaron el temor de no poder abastecerse en tiempo y forma en los próximos meses. También afecta al empleo global y a las empresas paraguayas del área de logística, pues las firmas grandes empezaron a disminuir gente.
En cuanto al coronavirus, lo que sorprendió al mundo no fue tanto lo que pasó en China, sino cómo se difundió rápidamente fuera de ese país. Lo que golpeó a las bolsas fue el grado de contagio a nivel global y, si bien tiene sus particularidades, no es la primera vez que se tiene peligro de pandemia, ya que lo mismo ocurrió con el SARS en el 2003.
Los primeros números en China empezaron a salir ahora, donde cayó fuertemente el índice de compras, en su mínimo histórico en febrero, tanto para el sector industrial como para el de servicio. Esto es un indicador adelantado de lo que es el PIB chino, donde se muestra un primer trimestre bastante debilitado, incluso se habla de estancamiento respecto al mismo período del año pasado, mientras que para el cierre del año ya dependerá del grado de recuperación, según sostiene el economista y ex presidente del Banco Central del Paraguay (BCP) Carlos Fernández Valdovinos.
Por lo tanto, el primer trimestre será malo para China y lógicamente tendrá su impacto en la economía mundial. Eso se observó en la dinámica de precios de las materias primas, con un petróleo cayendo a más de 20%, además de golpes en la soja, el maíz y minerales, sobre todo. Al surgir esto también se da una depreciación de las monedas en los países productores.
En términos de cuán grave puede ser, mirando a China, si bien siguen los casos de contagio, son menores a lo que se tenían hace poco tiempo. En otros países todavía queda por expandirse, por lo que no se sabe cuál será el grado de alcance, como en EEUU, que es el principal del mundo, sostuvo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta una caída de 1,5% del crecimiento de la economía mundial; la OCDE, un -0,5%. Por lo tanto, una posible crisis financiera pareciera ser una exageración, pero sí es un nuevo choque para la economía global, aunque no tanto como fue en el 2008. “Hay que valorarlo en su justa medida, no entrar en pánico, pero tampoco negar en decir que no afectará. Al contrario, hay indicadores que muestran que se está recuperando”, dijo Fernández Valdovinos.
En cuanto a las importaciones de Paraguay, China es un gran proveedor de insumos, no solo de productos terminados, por lo que al caer la producción industrial por las diferentes medidas que tomaron, se resienten todas las cadenas de suministros a nivel global.
En Ciudad del Este no llegan las cargas por problemas que se tienen en proveer todos los pedidos en China, lo que causará problemas en el comercio de frontera, negocio de triangulación. La industria farmacéutica también registra problemas para la provisión de insumos chinos.
“Se espera tener un impacto directo por estos casos, así como impacto indirecto a través de la depreciación de Brasil y Argentina, entre otros. En principio, al menos que esto sea incontrolable, debería ser un choque transitorio durante el primer trimestre del año para que luego se dé una recuperación. Hay que esperar el segundo semestre para que se normalice a nivel mundial”, enfatizó el economista.
CRISIS GLOBAL
Por su parte, César Armele, miembro titular de la Cámara Nacional de Comercios y Servicios, mencionó que sin dudas el coronavirus tendrá más impacto en la economía global y que ante una tardía reacción de los países, el mundo se enfrentará a una inminente crisis financiera si es que no se toman medidas más rápidas.
El primer impacto del virus es el choque de oferta, producido por la propagación de la enfermedad desde China, y su evolución natural es la crisis de demanda, que por el combate se produce una inflación y eso hace que la gente no consuma, lo que impacta en el sistema financiero. “Todo eso configura una recesión importante y, a su vez, pérdida de empresas a nivel global”, dijo.
Los recaudos que tomaron los países fueron insuficientes y a destiempo para combatir la enfermedad debido a la facilidad del contagio, criticó. “Vimos una caída en las bolsas, ya que trabajan sobre proyecciones. Los países tienen que pensar bastante en el impacto económico y en las proyecciones y prevenciones en la economía”, señaló.
El problema no está en el sistema de salud, sino en la no previsión en el ámbito económico sobre el impacto. No están las herramientas y el abordaje está ausente en Paraguay y en el mundo. Las herramientas naturales del desarrollo no son suficientes, expresó Armele.
“Se presenta una crisis de oferta, se ralentizó la producción y eso ya genera demora y coste en stock. China dará respuesta en mayor o menor tiempo, pero lo más preocupante no es eso, sino la crisis que genera el choque con respecto a la producción. Eso no se supera en corto tiempo y no es suficiente la medida de reducción, como ajustes de tasas”, resaltó.
NÚMEROS RECIENTES
Según actualizó el portal Theconversation.com, recién acabado febrero del 2020, el número de infectados por el COVID-19 superó las 80.000 personas y dejó un saldo de casi 2.700 muertos. Los esfuerzos por controlar el brote llevaron a establecer cuarentenas totales o parciales en muchas provincias y ciudades de China, una medida que también fue adoptada en otros países afectados. En este momento se encuentran en vigor restricciones de movimientos que afectan a unas 500 millones de personas.
Mientras que el coste humano del virus no deja de crecer en China y en otros países, también está pasando factura a diversas industrias. Y es que el descenso de la demanda y la interrupción de la oferta que están sufriendo numerosos sectores industriales tienden a incrementar la incertidumbre en torno a la economía mundial.
La globalización situó a China como la pieza fundamental en el funcionamiento de las complejas cadenas de suministros de las que depende la producción de empresas de todo el mundo. Así, el cierre de fábricas en las provincias chinas afectadas por el virus ha provocado un auténtico shock en un amplio abanico de sectores industriales.
El sector tecnológico sufriría un impacto similar, dado que China es el mayor fabricante de componentes electrónicos, con cerca del 30% de las exportaciones mundiales. La interrupción de estos envíos es particularmente dañina para aquellos países que tienen una alta dependencia de China. Por ejemplo, en el 2019 Japón importó componentes eléctricos y electrónicos de China por un valor superior a 40.000 millones de euros.
Mantienen con esfuerzo precio del sésamo
La crisis desatada por la epidemia del coronavirus afecta también al país.
Empresas dedicadas al acopio de sésamo realizan un esfuerzo importante para mantener el precio del producto en G. 6.000 el kilogramo a pesar de la coyuntura de los mercados internacionales que se encuentran estancados ante la crisis generada por la epidemia del coronavirus. Así lo señaló el presidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores de Sésamo (Capexse), Pericles Valinotti.
El principal mercado del sésamo paraguayo es Japón y las exportaciones se complican por la epidemia que inició en China. Alrededor del 70% de la superficie ya fue cosechada, y ya se han comercializado aproximadamente 10.000 toneladas de sésamo, que representa el 53% del total de la producción esperada.
“De acuerdo a los datos que maneja el gremio, se han sembrado aproximadamente 42.000 hectáreas de sésamo confitero entre las variedades blanco y negro. Estas son cultivadas en su totalidad por productores de la agricultura familiar campesina, involucrando a aproximadamente 30.000 familias del sector rural”, manifestó el representante de la Capexse. Agregó que en la actualidad el sésamo se comercializa en los centros de acopio de cada una de las empresas asociadas al gremio a un precio de G. 6.000 el kilogramo.
El referente del gremio indicó que hasta el momento se obtuvieron excelentes rendimientos que se han registrado hasta la fecha, que superaron el promedio histórico manejado por los agricultores de 500 kilogramos por hectárea. Esto significó un aumento en la rentabilidad que fue mediante trabajos de desarrollo de tecnología y asistencia técnica impulsados desde los sectores privado y público.
Por otra parte, la producción de las siembras de noviembre y diciembre fue afectada por la aparición de algunas plagas en los cultivos. Valinotti expresó que el mercado local es muy pequeño y que con facilidad la demanda es satisfecha. La producción de sésamo tiene claramente el objetivo de exportar y ganar otros terrenos, además del principal mercado, que es el japonés.