El casco histórico de la madre de ciudades perdió su vigor y sus áreas verdes originales, dando lugar a islas de cemento y a espacios cada vez menos amigables con los peatones, como ocurrió con la Plaza de la Democracia. Hoy, la ciudadanía pide recobrar el emblemático sitio.
- Por Adriana Zacarías
- adriana.zacarias@gruponacion.com.py
La capital enfrenta el paso del tiempo con desolación y una dura decadencia de sus monumentos históricos. Desde 1990, el 15% de las manzanas adyacentes está deshabitada. El microcentro se convirtió en un lugar de paso, por la mañana y parte de la tarde está copado por pobladores del Área Metropolitana y más allá que llegan para trabajar; mientras que por la noche y los fines de semana queda abandonado e inhóspito. Así, cualquier daño que sufra no puede ser reclamado, ya que los visitantes no tienen arraigo ni responsabilidad sobre el lugar.
A diferencia de capitales de países europeos, que limitan la circulación de vehículos dentro de sus cascos históricos, en Asunción es una utopía darle su lugar al peatón, que sufre con 41 grados celsius en una ciudad donde no solo la polución sonora, visual y ambiental son sus enemigos, sino también el cemento, hormigón y asfalto que van ganando lugar frente a las áreas verdes.
Un claro ejemplo es la suerte que corrió la Plaza de la Democracia, que se convirtió en un cuadrilátero de cemento y hormigón, dejando atrás sus árboles y espacios verdes. Hoy, Asunción clama recuperar la frescura de esta icónica plaza.
DE LOS HÉROES
Históricamente, las cuatro plazas, O’Leary, Independencia, De la Democracia, De los Héroes, tenían un solo nombre: De Los Héroes. Las mismas configuran un espacio libre despejado detrás del célebre Mercado Guasu, que estaba ubicado sobre la calle Palma, en la manzana que hoy corresponde a la plaza O’Leary, cuenta el arquitecto e historiador Jorge Rubiani, quien fuera presidente de la Junta Municipal de Asunción entre 1992 y 1993.
“El conjunto de las cuatro plazas, por ley de la Nación, llevan el nombre De los Héroes, por eso tuvieron un equipamiento uniforme de caminería. Después, porque el Panteón estaba en una de las plazas, le llamaron a esa De los Héroes; a la que estaba frente al Cine Victoria, en cuyo centro se instaló un monumento que ni siquiera es de ‘La libertad’, sino que es la obra ‘La razón y la fuerza’ del escultor argentino de apellido Carli, la gente llamó Plaza de la Independencia”, refiere Rubiani.
MERCADO GUASU
Cuando el Mercado Guasu se demuele en 1920, porque concentraba alta población y molestaba la funcionalidad de la ciudad, se instala en el patio trasero, actual Plaza de la Democracia, uno provisorio. Originalmente, el espacio era estacionamiento de los burros y sus árganas, que se encargaban de transportar a las mercaderas, más tarde conocidas como “placeras” al desplazarse a las calles.
El mercado provisorio se ubicó sobre Yegros e/ Fulgencio R. Moreno, en ese entonces, los valet parking eran los niños. Posteriormente, se crean los mercados zonales, adquiriendo el Nº4 mayor popularidad, dada su entrada estratégica a la capital. La ciudad ampliaba así sus comercios y no su población, como el caso de la zona de Pinozá.
En 1940 se demuele el mercado provisorio, pero las mercaderas seguían vendiendo sus productos con sus burritos de forma ambulante. Luego empieza el auge inmobiliario y las casas del entorno son derribadas. La primera demolición fue en el predio del actual hotel Guaraní, para convertirla en la parada de ómnibus de la Línea 28, Luque.
HOTEL GUARANÍ
La manzana ya empezaba a tener edificios de gran nivel durante la época. En 1960, la construcción del futuro hotel Guaraní marca un hito y el inicio del modernismo en Asunción. La inauguración fue en 1961. “Cuando se hizo el hotel Guaraní se tuvo que drenar y bombear todos los días el agua del arroyo del Pozo Colorado que empezaba cerca del hotel Excelsior y venía por la calle Nuestra Señora de la Asunción. Pasa por debajo del Panteón de los Héroes, motivo por el que también la edificación se deteriora tanto. Sale hacia al Parlamento y debajo del estacionamiento que hicieron. Todo, sin estudio. Se cree que por ponerle pavimento a un arroyo, este desaparece y no es así”, comenta Rubiani y agrega que la fuerza del cauce hídrico es tal que, en el subsuelo del hotel Guaraní, donde se halla la lavandería, hay una pileta donde se junta agua del arroyo. “Cada vez que llega a un determinado nivel se bombea”, agrega.
PLAZA DE LA DEMOCRACIA
En 1991 comienza el gobierno democrático y en la Municipalidad de Asunción asume el mando Carlos Filizzola. La comuna enfrenta la escasez de recursos y Filizzola con graves problemas para concretar las obras.
“Muchas cosas no se pudieron hacer o no se quisieron hacer”, señala y añade que tanto fue el infortunio en el caso de la Plaza de la Democracia, que durante la inauguración del nuevo espacio una pasarela peatonal incluida en el diseño original cayó al suelo y dejó varios heridos.
Por otro lado, insiste en que el nombre De la Democracia, ideado por los arquitectos Gonzalo Garay y Luis Alberto Boh, hace alusión a que el predio se volvió un punto de encuentro de manifestaciones sociales, políticas y artísticas. Actualmente, es un emblema del centro histórico de Asunción.
ESTACIONAMIENTO
El estacionamiento subterráneo de la Plaza de la Democracia está a cargo de una empresa privada que tiene la concesión por un plazo de 27 años. Para Rubiani, hoy día esto no sería permitido por los concejales. En ese entonces, el proyecto, que ganó el concurso, no fue ejecutado a cabalidad causando la crispación de los arquitectos impulsores. “No solo no se hizo de acuerdo al proyecto original, sino que además tuvo una serie de derivaciones. No se estudiaron los impactos negativos para ese emblemático espacio”, apunta.
Al igual que la Plaza de la Democracia, las últimas casas antiguas que quedaban se convirtieron en estacionamientos, en gran parte, porque los propietarios no tienen presupuesto para mantenerlas ni restaurarlas. “Todo el patrimonio histórico arquitectónico fue absolutamente depredado”, sostiene Rubiani.
DIFÍCIL RECUPERACIÓN
Las posibilidades de recuperación de la fisonomía original de la Plaza de la Democracia son pocas a criterio de los profesionales, pero con voluntad y presupuesto no imposibles. “Intentamos arborizarlas, ya sea con planteras o con especies no tan frondosas. Pero los técnicos, ingenieros y colegas arquitectos nos dijeron que no cuentan con datos técnicos que garanticen la estabilidad de esos árboles y del peso sobre la estructura del estacionamiento”, explica Gerardo Rolón Pose, director de Áreas Verdes de la Municipalidad de Asunción.
Agregó que si bien es complicado, no imposible, ya que es cuestión de ver una solución técnica intermedia que equilibre ambas situaciones: la necesidad de aumentar el verde y de preservar la estabilidad del estacionamiento subterráneo y la galería que están ahí.
Rubiani, por su parte, expresa categóricamente que la posibilidad de cambio es nulo. “Es imposible, a menos que lleguemos a la base misma del segundo subsuelo y fortalezcamos la cimentación. Entonces, sobre esa superficie, lo que se puede hacer es una mixtura entre algo más de verde sin raíces profundas, con un buen drenaje, para que el agua no filtre abajo y poblar de árboles o arbustos el entorno de la vereda”, manifiesta.
ISLA DE CEMENTO
El arquitecto Juan Francisco Crosa calificó al espacio como una “isla de cemento” y agregó que el desafío de recuperar la sombra implicaría mucho presupuesto. La solución sería plantar especies chicas sobre el cemento e incluso usar el arroyo para fuente de agua. “Antiguamente tenía una forma octogonal de diseño simétrico y una fuente central muy atractiva. Después se estropeó ese hermoso diseño para convertirlo en un espacio cívico agresivo”, detalla.
El profesional refiere que si uno mira la plaza desde arriba, con un dron, va a encontrar que las plazas adyacentes están rodeadas de árboles. “Esta es una isla de cemento y un centro de detección solar muy pernicioso”, describe y enfatiza en que “la plaza se encuentra sobre napas freáticas de mucha agua en Asunción. Habría que utilizar la tecnología tipo pozo artesiano para extraer el agua y usarla al servicio del diseño y la naturaleza”.
NUEVO PROYECTO
Varias intenciones de recuperar la frescura de la icónica plaza pasaron por la intendencia asuncena desde finales del siglo XX, pero todo quedó sin efecto. Hoy, un grupo de arquitectos dirigido por Enrique Alonso presenta una nueva propuesta, apoyada por el concejal José Alvarenga, que tiene por objetivo volverla verde y dotarla de cinco fuentes.
“La idea es poner árboles autóctonos medianos en planterones de hormigón armado para controlar su crecimiento y a la vez que no sean un problema con el subsuelo”, plantea el arquitecto Alonso. Además, se busca eliminar todo el piso existente y reemplazarlo por pasto y adoquines tipo ecopasto, previa aislación de la losa que sirve de techo del estacionamiento subterráneo; así como dotar al espacio de un sistema de riego automatizado para el cuidado de los árboles existentes y de los nuevos a plantar.
El proyecto prevé instalar tres tipos de alumbrados, el primero tipo público para una iluminación general en las veredas; el segundo de mediana altura en los camineros y el tercero destacando la vegetación por medio de reflectores y/o artefactos de pie; todos estos con su propio panel solar y fotocélula para el consumo cero y automatización, respectivamente.
Se construirán 5 fuentes del tipo seco, que permiten el tránsito peatonal a través de ellas, sin el problema de acumulación y estancamiento de agua. Estas fuentes tendrán juegos de luces, agua y sonido que se volverán un espectáculo turístico para los visitantes.
Para lograrlo, se quiere utilizar la figura de “Padrinazgo de espacios públicos”, prevista en la Ordenanza Municipal 1/97, que consiste en que personas o empresas absorban los costos de hermoseamiento y ornamentación, de manera que las obras no cuesten un solo guaraní a los contribuyentes. La inversión prevista rondará los G. 5.500.000.000. Mientras, los asuncenos deberán seguir esperando recuperar la histórica y emblemática plaza.