COMENTARIO
- Por el Dr. Carlos Morínigo, profesor, neumólogo, ex ministro de Salud
Imagínense que en pleno invierno llegamos a temperaturas de 35 grados. Nos esperan unos meses más que calurosos en los que salimos de paseo, de vacaciones, al aire libre, buscando refugio por el intenso calor, sin darnos cuenta que nos exponemos a situaciones que a veces pasan desapercibidas que pueden poner en riesgo nuestra salud e inclusive nuestra vida, por eso voy a hablarles del golpe de calor para que estén informados y se cuiden.
El golpe de calor es el aumento de la temperatura corporal por exposición prolongada al Sol, a altas temperaturas o a la realización de esfuerzos físicos intensos en ambientes calurosos, muy húmedos o con poca ventilación. El cuerpo pierde importante cantidad de agua y pierde su capacidad de regular la temperatura por los mecanismos habituales de sudoración, es allí cuando el cuerpo mantiene una temperatura de más de 40 grados durante 10 a 15 minutos, los mecanismos de regulación quedan superados y entran en shock, produciéndose el golpe de calor. Pero ojo, esto puede presentarse en el momento o varios días después de la exposición.
Se origina principalmente por falta correcta de hidratación, exposición prolongada o realización de ejercicios físicos en las horas de más calor que para nosotros son desde las 10:00 hasta las 16:00, en promedio, y a las olas de calor repentinas en las que nuestro organismo no puede adecuarse rápidamente al cambio.
Cualquiera es propenso al golpe de calor, pero los más susceptibles son las personas mayores, embarazadas, niños pequeños y los bebés, en los que debemos identificar los síntomas y actuar para evitar complicaciones.
Los síntomas vamos a clasificarlos en tres niveles, a saber: primer nivel; piel enrojecida y caliente, sed intensa, sudoración excesiva, temperatura mayor a 40 grados. La pérdida de agua del 1 al 5%. Segundo nivel; debilidad muscular, calambres, mareos, dolor de cabeza, orinar poco, dolor de estómago, falta de apetito. Pérdida de agua de 6 a 8%. Tercer nivel; situación de gravedad, se debe actuar rápido para evitar colapso, hiperventilación, agotamiento, náuseas, vómitos, confusión, pérdida de conciencia, convulsiones, desmayo, hasta coma. Pérdida de agua del 9 al 11%.
¿Qué debemos hacer? Evitar comidas copiosas, dieta equilibrada rica en frutas y verduras, beber 1 o 2 vasos de agua en las comidas principales. Consumir en forma continua y frecuente durante el día de 2 a 2,5 litros de agua sin esperar a tener sed, llevar consigo una botella de agua mineral, consumir agua antes de salir de casa. En horas de más calor evitar ejercicios al aire libre y buscar lugares frescos y a la sombra. Usar ropa ligera y clara, utilizar quepis y gafas al exponerse al Sol.
Ahora, ¡A HIDRATARSE!