Paraguay no cuenta con un plan de contingencia para combatir incendios. Hoy, a 34 días de iniciarse los incendios forestales, se lucha como se puede para aplacar las llamas. A su paso, el fuego arrasó con fauna y flora y consecuencias ya se ven y sienten en la capital.

“Por falta de un sistema de alerta temprana se responde tarde a los incendios que destrozan la fauna y flora del Chaco paraguayo”, dice el director de la ONG Guyra Paraguay, José Luis Cartes.

Ya suman 34 días de incendios forestales de gran importancia. Solo la lluvia que se dio la semana pasada ayudó a aplacar el fuego en distintos puntos del norte del país. Pero, la tranquilidad duró apenas un par de días, ya que volvieron las condiciones climáticas desfavorables, con fuertes vientos y extremo calor, reavivando las llamas y arrasando con más de 120 mil hectáreas.

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“Paraguay no cuenta con un plan para acabar con los incendios forestales. En estos casos, se necesita ingresar a los sitios afectados, pero el país no tiene medios. Por ejemplo, no tiene vehículos anfibios todo terreno. Recién hace días tiene helicópteros y aviones hidrantes. Sí hubo asistencia de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) y de las Fuerzas Armadas, pero la ayuda se dio con limitaciones presupuestarias y en equipos. Estos deben ser cambiados cada un año, porque se desgastan”, lamenta Cartes.

Sostiene que se necesita trabajar en un plan de contingencia contra incendios a nivel país y que el mismo esté liderado por la SEN y que sea acompañado por todas las entidades involucradas. Cartes indica que se quiso hacer un plan de contingencia contra incendios, pero que quedó dormido en el tiempo por los cambios políticos. “No se da la continuidad que se requiere”, dice.

ESPERAN LLUVIAS

Aunque la ciudadanía considera que es necesario declarar emergencia a nivel nacional por los incendios que no cesan, el ministro de la SEN, Joaquín Roa, afirma que el Gobierno tiene las condiciones técnicas, financieras y humanas para dar respuestas a los focos de incendio.

“Los recursos del Gobierno son, hasta el momento, suficientes para hacer frente a la problemática, sin necesidad de declarar emergencia nacional”, manifiesta y agrega que los aviones y helicópteros hidrantes son la fuerza más grande de combate a los incendios. Además, señala que se continuará realizando la maniobra contrafuego con productores y agricultores de las zonas afectadas, incluso, se utilizarán máquinas pesadas para controlar la situación.

No obstante, advierte que si no se presentan lluvias de 70 a 100 milímetros en las zonas afectadas será difícil controlar los incendios. Atendiendo a ello, la situación podría volverse aún más crítica, ya que según el monitoreo del comportamiento del clima extendido realizado por el Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay (CVBP), recién en 10 días se esperan lluvias en los puntos críticos del país.

ZONAS DE RIESGO

Las zonas de mayor riesgo para los incendios forestales, actualmente, son los departamentos de Amambay, Concepción, Alto Paraguay, San Pedro, Presidente Hayes y Canindeyú, donde se registran más de 100 focos en cada uno.

En menor medida, suman focos en zonas como Boquerón, Caaguazú, Caazapá, Alto Paraná, Itapúa y Guairá, acompañado de quemas indiscriminadas de pastizales que ocurren simultáneamente en otros varios departamentos del país. Según el Instituto Forestal Nacional (Infona), son más de 120.000 las hectáreas que fueron consumidas por el fuego.

RECURSOS DE COMBATE

Las Fuerzas Armadas, el CBVP, la SEN, pilotos y aviones de civiles se encuentran trabajando en los distintos puntos de incendio. En cuanto a equipamientos, Rafael Valdez, presidente del CBVP, dice que Paraguay no tiene los equipos suficientes para acabar con incendios de gran magnitud.

“Ni el grupo más equipado puede decir que tiene las herramientas suficientes, porque estas se destruyen al usarlas en cada incendio. Es más, si un incendio se prolonga por 15 días, indefectiblemente se arruinarán las mochilas de agua, hachas, machetes. Estos instrumentos deben ser renovados continuamente”, aclara.

Por su parte, Félix Alí, veterinario de animales silvestres que estuvo en los sitios siniestrados, enfatiza que la magnitud de los incendios escapa de las posibilidades de ayuda de las autoridades del país. Agrega que si bien los mismos estuvieron presentes e intentaron contener las llamas, poco pudieron hacer.

CULPABLES

El presidente del CBVP asegura que el 95% de los incendios forestales es de origen humano, sea por accidente o intencional para la eliminación de malezas o pastizales. Explica que la quema está permitida en Paraguay, pero aclara que existe una forma segura de realizarla, teniendo siempre en cuenta algunas condiciones climatológicas.

SALUD

Las consecuencias de los incendios ya se ven y se sienten en la capital del país, donde la calidad del aire se tornó “insalubre para grupos sensibles”, conforme la estación de monitoreo de la Universidad Católica, Campus Asunción, sede Santa Librada. La medición del Índice de Calidad de Aire (ICA) se obtiene a partir de mediciones de partículas finas de MP 2,5 (Material Particulado).

Esta masa atmosférica cargada de humo es particularmente nociva para personas con cardiopatías y enfermedades pulmonares, adultos mayores y niños, quienes pueden presentar un agravamiento en su estado de salud. Precisamente, la Dirección General de Vigilancia de la Salud activó una alerta epidemiológica por riesgos y daños a la salud que puedan darse como consecuencia de los incendios registrados en territorio nacional. Las autoridades sanitarias enfatizan en el alto riesgo de transmisión y dispersión del Síndrome Pulmonar por Hantavirus (SPH), teniendo en cuenta que el Chaco paraguayo (Boquerón, Presidente Hayes y Alto Paraguay) es considerado zona endémica.

FLORA

De acuerdo a un informe técnico de una comitiva independiente de la sociedad civil, integrada por veterinarios, biólogos y agrónomos con experiencia en trabajos de campo y monitoreo de fauna y flora de Paraguay, hasta el momento los incendios afectaron paisajes naturales, áreas silvestres protegidas y paisajes productivos.

La sabana palmar del Chaco Pantanal, constituida por un mosaico de palmar chaqueño de karanda’y matorrales hidrófilos y vegetación palustre, dentro del área del Parque Nacional de Río Negro y alrededores, fue la formación vegetal más afectada por los incendios en territorio paraguayo.

También, al menos en parte, fueron afectados algunos de los bosques matorrales ribereños de villetana (Triplaris gardneriana) – yvyra ne (Microlobius foetidus) – ñandypa guasu (Genipa americana) – mataojo (Pouteria sp.) – pakuri guasu (Salacia elliptica) – inga guasu (Inga uraguensis) – canasita (Cassia grandis) – cepillo de mono (Combretum fruticosum) – Cissus spinosus - pajagua naranja (Crateva tapia) – canavalia (Canavalia brasiliensis) – mbokaja’i (Bactris glaucescens) – timbo’y (Albizia inundata) – Psidium sp juasy’y (Celtis sp.) y toda su biodiversidad característica.

FAUNA

Los focos de incendios provocan el desplazamiento de fauna, entre los principales grupos están la avifauna y macromamíferos corporal, quienes presentan mayores posibilidades de escape por su desplazamiento rápido. No obstante, que puedan evadir el incendio no significa necesariamente que sobrevivan o que sus poblaciones no sean afectadas, ya que salir de su hábitat también es peligroso para ellos.

La mayor tasa de mortalidad se presenta entre los grupos de especies no voladoras y de menor tamaño, como artrópodos, anfibios, reptiles y micromamíferos terrestres (roedores y marsupiales), que presentan un desplazamiento más lento.

El fuego puede tener efectos graves sobre la fauna de vertebrados e invertebrados, pudiendo causar una muerte directa e indirecta, por medio de lesiones por quemaduras, asfixia o estrés, pérdida de hábitat, alimento y refugio. La desaparición de organismos de gran importancia para los ecosistemas forestales, tales como dispersores de semillas, polinizadores y descomponedores puede retardar de forma significativa el periodo de recuperación de los ecosistemas.

Más allá de la mortandad directa, la erosión posterior y la llegada de la lluvia, las cenizas acaban en el agua, de modo que modifica el pH y aumenta la turbidez, pudiendo esto ocasionar la mortandad de especies acuáticas, tanto vertebrados (peces, a los que se les obstruyen las branquias) como invertebrados.

AGRADECIMIENTO

Blas Cuenca y Unidad de Rescate y Extinción de Capiatá-Central URECC.

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