Los cantantes Guaynaa y Lele Pons fueron víctimas de robo en París, Francia. Los famosos se encontraban en la capital de la moda, cumpliendo algunos compromisos laborales y durante su estadía allí, se le hurtó el anillo de boda a la influencer. Te compartimos todos los detalles en esta nota.
“Lamentamos compartirles que fuimos víctimas de un robo en París, con el anillo de bodas de mi esposa, que representaba tantas cosas hermosas para nosotros”, escribió el reguetonero vía historias de Instagram recientemente. Según el famoso, el dolor por la pérdida del anillo no recae en lo material, sino en lo sentimental.
“No hay otra pieza que reemplace lo que simboliza para nosotros esa sortija, y los hermosos y mágicos momentos que nos hizo vivir. Cuiden mucho sus pertenencias cuando vayan y no confíen en nadie. Ya esto es uso y costumbre”, comentó el cantante de “Rebota”.
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La influencer nacida en Venezuela y radicada en Estados Unidos, también relató el robo en su cuenta de Instagram. “Desafortunadamente, durante un hermoso viaje con mi marido en París, mi anillo de bodas fue robado. Esperando más información, pero hasta ahora no hay suerte”, empezó escribiendo Pons.
“Esto me rompe el corazón porque este anillo significa nuestra unidad. Si escuchan o tal vez saben alguna información, por favor siéntanse libres de responder esta historia”, pidió la famosa. Antes del robo, la pareja fue fotografiada en la Torre Eiffel y el museo del Louvre.
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Fiestas para madres ganan popularidad en Francia
- París, Francia. AFP.
“¡Nadie nos mira, me encanta, es la libertad!”, se exclama Nathalie, mientras olvida por unas horas sus obligaciones familiares y profesionales en una de las fiestas sólo para mujeres que, bajo el concepto “Mamá se va a bailar”, ganan popularidad en Francia. Son las 19:30 de un martes en París, pero la pista de baile de la sala Raspoutine, cerca de los Campos Elíseos, está repleta y seguirá así hasta las 22:00. Es “Fiesta de Divas” en el club, donde decenas de mujeres bailan al ritmo de viejos temas discotequeros.
Los únicos hombres en la sala son los camareros y un animador contratado para lanzar coreografías y “desacomplejar a aquellas que no se atreven a bailar”. “Vamos de fiesta de inmediato, es eficaz”, afirma Julie, una responsable de comunicación de 37 años que llegó directamente al salir del trabajo.
“Es un concepto ‘afterwork’, de siete a diez de la noche, exclusivamente femenino, destinado a las madres, aunque no únicamente. Es para aquellas que quieran desconectar después de la jornada laboral o al salir del túnel de escuela-deberes-baño-cena de los niños”, explica Constance d’Amécourt, que organiza estos eventos con dos amigas.
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El concepto “Mamá se va a bailar” nació en Alemania y en los últimos meses han surgido versiones en varias ciudades de Francia por iniciativa de jóvenes mujeres. Las 260 entradas para la segunda “Fiesta de Divas” en la capital, celebrada en marzo, se vendieron en cinco días.
Las asistentes, en su mayoría entre 30 y 60 años, llegan después del trabajo y muchas van en grupo. “Nos conocimos haciendo kite surf y nos vemos dos veces por mes, en restaurantes o clases de danza. Esta es una actividad más”, explica una doctora.
Flore, que trabaja en recursos humanos y es madre de cuatro niños de entre 3 y 9 años, acude con cinco amigas. En casa “la atmósfera es complicada en este momento, es bueno distraerse, es una burbuja de alegría”, se regocija Martine, de 71 años, a cuyo marido “no le gusta bailar”.
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“Nos sentimos seguras”
“Mi esposo me mostró un documental sobre estas fiestas en Alemania, llamé a personas en el mundo de los eventos, lo mencioné a mi alrededor y me dije ‘¡vale la pena intentarlo!’”, explica una de las organizadoras, Lucie de Gourcuff, que se propone celebrar dos “Fiestas de Divas” en París cada mes.
La tercera está prevista para el 8 de abril en un club que podrá recibir al doble de personas. ¿Por qué sin hombres? “Con la presencia de hombres, las mujeres prestan más atención a su aspecto, se preguntan qué van a pensar de ellas o están en el modo de seducción. Aquí nos liberamos”, confiesa Isaure, madre de dos niños de 5 y 7 años.
“Algunas aprecian no ser molestadas por el género masculino que puede ser un poco insistente en las fiestas. Cuando salgo, no suelto mi vaso por miedo a que le pongan algo. Aquí nos sentimos seguras”, explica Kelly Forêt, de 32 años, que trabaja en el sector inmobiliario y ha lanzado las fiestas “Mamá y sus amigas” en la ciudad de Nantes, en el oeste de Francia.
Los vasos se dejan sobre las mesas sin supervisión. En el bar, se sirve champán sin alcohol, vino rosado, sodas. La fórmula de las “Fiestas de Divas”, por 45 euros (casi 49 dólares), incluye bebidas y un bufet ligero compuesto por salmón, frutas, tomates cherry y pasteles.
Son las 22:00 y el club se dispone a cerrar. “Tengo la sensación de que ya son las dos de la madrugada”, se exclama Indre, madre de dos niños de uno y cinco años. “Pero no estamos ebrias, ni cansadas. A las once estaré en la cama y mañana lista a las siete para el desayuno de los niños”, afirma Elisabeth con una sonrisa.
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Estación de París queda parada tras hallazgo de una bomba de la II Guerra Mundial
El tráfico ferroviario quedó totalmente interrumpido el viernes en la estación del Norte de París, la más transitada de Francia, tras el hallazgo de una bomba de la Segunda Guerra Mundial en la periferia de la capital. Ningún tren de alta velocidad, ni Eurostar ni cualquier otro tipo de convoy circula en esta frecuentada estación del centro de París.
La estación del Norte es una de las más concurridas de Europa, con más de 226 millones de viajeros en 2023, y la más frecuentada del país, con unos 700.000 usuarios diarios, según cifras de la compañía ferroviaria SNCF.
El Eurostar, que cubre la conexión con Londres, Bélgica, Alemania y Países Bajos, fue desviado para que partiera de Marne-la-Vallée, al este de París. Varios trenes con destino a Lille, Dunkerque y Valenciennes, en el norte de Francia, fueron desviados para que partieran desde la estación de Lyon, en el sur de la capital.
El tráfico “sólo se reanudará al final de las operaciones de desminado que se están organizando por parte de los servicios especializados de la prefectura de policía de París”, precisó la compañía ferroviaria.
El artefacto “sin explotar” fue encontrado en la madrugada del viernes durante unas obras de mantenimiento a 2,5 kilómetros de la estación del Norte “en medio de las vías”, dijo la SNCF. Se trata de un “obús de la Segunda Guerra Mundial” que, según una fuente próxima al caso, pesaba “500 kilos”.
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“Ningún temor”
El ministro de Transportes, Philippe Tabarot, advirtió que el tráfico ferroviario se vería “fuertemente perturbado todo el día” y que, como muy pronto, podría reanudarse “parcialmente” a partir de las 16H00 (15H00 GMT).
“No hay ningún temor” en términos de seguridad, “pero hay un procedimiento y estamos obligados a cumplirlo” durante las operaciones de desminado, explicó el ministro. Tanto Tabarot como la compañía ferroviaria instaron a la población a “aplazar sus viajes”.
La decisión de interrumpir el tráfico se tomó “a instancias de la prefectura de policía de París” luego del descubrimiento del artefacto. Aún así, la bomba, que fue encontrada a unos 200 metros al norte del cinturón periférico, no requirió evacuar a ningún vecino de Saint-Denis, pues el artefacto se encontraba “bastante lejos” de las zonas habitadas, indicó el Ayuntamiento de esa localidad.
En el vestíbulo de la estación del Norte, en el sector de los trenes suburbanos RER, los viajeros parecían un tanto hartos, observó un periodista de AFP.
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“Llevo esperando desde las 06H00 un RER para Goussainville, he intentado tomar un autobús de reemplazo pero es imposible, demasiada gente, están abarrotados. Trabajo por cuenta ajena, tengo un cliente que me espera desde las 07H00 y no voy a poder facturar”, se quejó Corinne Schiavenato, una administrativa de 55 años.
No es la primera vez que el descubrimiento de una bomba de la Segunda Guerra Mundial paraliza el tráfico ferroviario en París. En 2019, un obús encontrado al noroeste de París interrumpió la circulación entre la estación de Saint-Lazare y la periferia oeste de la capital.
Fuente: AFP
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Charlie Hebdo publica edición especial a diez años del atentado yihadista
Diez años después del ataque yihadista que devastó su redacción, la revista satírica francesa Charlie Hebdo publicó ayer lunes un número especial con caricaturas sobre Dios, para reafirmar que sus ganas de reír “no desaparecerán jamás”. Cerca de cuarenta viñetas provenientes de 28 países, aparecen en esta revista de 32 páginas, para demostrar que el estado de ánimo de sus creadores es “¡inquebrantable!”.
En la portada aparece un lector sentado sobre un rifle de asalto, sonriendo y leyendo la revista, a la que tuvo acceso la AFP anticipadamente. El autor de la caricatura es Riss, el actual director y uno de los supervivientes de la redacción. “La sátira posee una virtud que nos ha ayudado a atravesar estos años trágicos: el optimismo. Si uno tiene ganas de reír, es porque tiene ganas de vivir. La risa, la ironía y la caricatura son manifestaciones de optimismo. Pase lo que pase, sea dramático o feliz, las ganas de reír no desaparecerán jamás”, subraya Riss en el editorial.
El 7 de enero de 2015, doce personas, entre ellas ocho miembros de la redacción, perdieron la vida en el ataque al semanario perpetrado por los hermanos Kouachi, franceses de origen argelino que habían jurado lealtad a Al Qaeda. Entre las víctimas se encontraban el dibujante Charb, así como dos leyendas de la caricatura en Francia, Cabu y Wolinski. Charlie Hebdo, una revista irreverente y de espíritu ácrata fundada en 1970, con un público fiel pero reducido, pasó tras la tragedia a convertirse en uno de los símbolos mundiales de la libertad de expresión.
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“Los valores de Charlie Hebdo”
La revista ha asumido con decisión esa bandera, y se ha vuelto más que nunca un órgano de prensa, con largos artículos que comentan la actualidad. “¿Para qué editar un diario sino es con ese objetivo?” se pregunta Riss en ese editorial. “Hoy en día, los valores de Charlie Hebdo, como el humor, la sátira, la libertad de expresión, la ecología, la laicidad y el feminismo, por mencionar solo algunos, nunca habían sido tan cuestionados”, añade.
“Tal vez porque es la democracia misma la que se encuentra amenazada por fuerzas oscurantistas renovadas”, explica. Charlie Hebdo, cuyos redactores se encuentran ahora bajo medidas extraordinarias de seguridad, ha sido objetivo de amenazas yihadistas desde la publicación de caricaturas del profeta Mahoma en 2006.
Aunque su sede es ahora secreta, la revista sigue publicando decenas de miles de ejemplares cada semana. Este lunes se abrió en París un juicio contra un hombre que en septiembre de 2020 atacó con un machete a dos personas ante la antigua sede de la revista.
El atacante pensó erróneamente que esas personas trabajaban en Charlie Hebdo. En el juicio también están acusadas otras cinco personas, todas ellas proveniente de una misma región rural de Pakistán. El principal acusado pidió “perdón” ayer lunes a las víctimas. “Son incidentes muy graves. Pido perdón a las víctimas, a sus familias y a las personas a las que hice daño”, declaró Zaheer Mahmood.
“El control de todas las religiones”
En noviembre pasado los creadores de la revista anunciaron un concurso internacional con el tema #reirsedeDios, invitando a sus colegas del mundo entero a participar para expresar su “cólera contra el control de todas las religiones sobre sus libertades”. Entre las caricaturas, una de Jesucristo crucificado haciéndose un selfie, otra con hombres barbudos y con turbante con un cartel en el que se puede leer “la teocracia es cool”.
Charlie Hebdo publica igualmente los resultados de una encuesta realizada en junio de 2024 que muestra que el 76 % de los franceses considera que “la libertad de expresión es un derecho fundamental y que la libertad de caricaturizar forma parte de ello”. Además, el 62 % de los encuestados está a favor del “derecho a criticar de manera provocadora una creencia, un símbolo o un dogma religioso”, aunque el mismo porcentaje cree que no “se puede reír de todo”.
Los atentados del 7 de enero de 2015 causaron una conmoción mundial y dieron origen a un eslogan de apoyo que se hizo famoso: “Je suis Charlie”. El 11 de enero, cerca de 4 millones de personas se manifestaron en toda Francia, con la participación de numerosos jefes de Estado y de gobierno en el desfile de París. Diez años después, las conmemoraciones organizadas el martes contarán con la presencia del presidente Emmanuel Macron y varios ministros. La lucha contra el terrorismo debe continuar “sin descanso” pidió este lunes Macron. “El riesgo sigue siendo alto en nuestras sociedades”, añadió.
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Acto conmemorativo
Las autoridades francesas y la revista Charlie Hebdo recordaron este martes los atentados yihadistas que causaron una docena de muertos hace diez años, con un acto solemne en París y un número especial del semanario satírico con nuevas caricaturas sobre la religión. El presidente francés, Emmanuel Macron, y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, depositaron juntos flores ante la antigua sede de la revista, antes de observar un minuto de silencio.
En la ceremonia se leyeron los nombres de las ocho personas de la redacción que murieron asesinadas el 7 de enero de 2015, cuando dos hermanos franceses de origen argelino, Chérif y Said Kouachi, que habían prestado juramento de fidelidad a Al Qaeda, penetraron con rifles de asalto en la sede de Charlie Hebdo.
Otras cuatro personas murieron en ese sangriento periplo de los hermanos Koauchi, hasta que la policía los localizó y abatió en las afueras de París, dos días después. Charlie Hebdo, símbolo desde entonces de la lucha por la libertad de expresión, optó por su parte por utilizar su conocido sentido del humor.
Sus actuales responsables publicaron un número especial de 32 páginas, bajo el lema “¡inquebrantable!”, con el dibujo de un lector alegre sentado sobre un fusil de asalto. Junto a la revista, en los quioscos, varios diarios dedicaron su portada al décimo aniversario del ataque: “¡Libertad, Libertad Charlie!”, tituló Libération, mientras que Le Figaro advertía que Francia sigue “bajo la amenaza islamista” diez años después. “La amenaza terrorista nunca ha sido tan presente”, afirmó el ministro del Interior Bruno Retailleau en la portada de Le Parisien.
Ciclo de violencia yihadista
En el ataque sin precedentes de 2015, que causó consternación mundial, murieron su emblemático director, el dibujante Charb, así como dos leyendas de la caricatura en Francia, Cabu y Wolinski. Durante nueve años, desde que Charlie Hebdo publicó caricaturas del profeta Mahoma en 2006, la revista de tono ácrata había vivido bajo la amenaza islamista.
La violencia iniciada por los hermanos Kouachi provocó otras muertes a lo largo de dos días de terror y persecución policial, entre el 7 y el 9 de enero de 2015. Una policía y cuatro clientes judíos de un supermercado kosher murieron en otro ataque separado, protagonizado por otro yihadista amigo de los hermanos.
Aunque Francia ya había sufrido atentados yihadistas durante décadas, la tragedia de Charlie Hebdo marcó simbólicamente el inicio de un ciclo especialmente mortífero, con los sangrientos ataques de noviembre de 2015 que causaron 130 muertos en París, principalmente en la sala de fiestas Bataclan.
Y desde entonces ha habido otros ataques esporádicos: en octubre de 2020 un profesor de secundaria que mostró la caricatura de Mahoma de Charlie Hebdo en clase, como parte de un ejercicio sobre la libertad de expresión, fue degollado por un checheno.
Un mes antes, en septiembre de 2020, un hombre de origen pakistaní había atacado con un machete a dos personas ante la antigua sede de la revista. El atacante pensó erróneamente que esas personas trabajaban en Charlie Hebdo. El juicio por ese ataque se inició el lunes, y también están acusadas otras cinco personas, todas ellas proveniente de una misma región rural de Pakistán.
Por otra parte, el ex responsable del sitio internet de Charlie Hebdo, Simon Fieschi, gravemente herido en el atentado, murió en octubre pasado, a los 40 años. Charlie Hebdo sigue publicando decenas de miles de ejemplares semanalmente, aunque su sede es secreta, y sus dibujantes y periodistas viven bajo extraordinarias medidas de seguridad.
Fuente: AFP.
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Aeropuerto de París reporta cada vez más “mulas”
Perplejo, un agente de aduanas saca de la maleta de un afgano una bolsa con pequeños y duros bloques de un color blanco nieve. ¿Es “yogur seco” como afirma el pasajero o el enésimo cargamento de droga que transita por el principal aeropuerto de París?
El funcionario lleva el producto sospechoso a una sala apartada y, con dificultad, desmenuza un trozo con el mango de un cuchillo. Frota el polvo con una lengüeta y la desliza en un detector. No hay reacción química. “No, no son estupefacientes”, dictamina. Pero la desconfianza está justificada en el aeropuerto de París-Charles de Gaulle, el mayor de Francia con 67,4 millones de pasajeros anuales, situado en el municipio de Roissy.
Desde hace meses notan un fuerte aumento de traficantes de drogas (“mulas” en jerga policial). El fenómeno no es nuevo, pero este recrudecimiento coloca a las autoridades aeroportuarias bajo presión. A finales de noviembre, la fiscalía de la zona ya llevaba acumulados 250 procedimientos contra mulas en 2024, lo que representa un aumento del 18 % respecto al conjunto de 2023, según las cifras comunicadas a la AFP.
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Este auge se explica por el aumento del consumo de cocaína sudamericana en Francia y, en general, en Europa. Ante la saturación del mercado estadounidense, los narcotraficantes se orientan hacia el Viejo Continente y aprovechan la mínima brecha para colarse. “Nunca vimos tanta cocaína en Roissy”, afirma Simon Decressac, director de aduanas por la parte de pasajeros en este aeropuerto.
Aunque no quiere dar cifras de las cantidades incautadas este año, asegura que ha habido al menos un “aumento de dos cifras” respecto a los 700 kilos de cocaína interceptados en pasajeros en 2023. En los vuelos procedentes de Colombia, la droga va generalmente escondida en maletas. Pero en Brasil suelen recurrir a mulas que ingieren cápsulas de cocaína comprimida y protegida por una envoltura de plástico duro (más fiable que los preservativos usados antes, que podían romperse y matar al portador).
Jóvenes y pobres
El jefe de la división de aduanas a Roissy, Philippe Zeinulabedin-Rafi, precisa que el “90 % droga pasa por rutas marítimas y terrestres”. “Por vía aérea, realmente no tenemos más que una pequeña parte del espectro”, afirma. Pero con los controles más estrictos en puertos europeos y desde ciertos aeropuertos de salida, el narcotráfico busca “multiplicar los canales” para abastecer el mercado, explica.
“Hacer pasar pequeñas cantidades, es al menos una garantía de que habrá cantidades que pasan regularmente”, agrega. El conjunto más importante de mulas detectadas en Roissy no procede de América del Sur, sino de África Occidental, una región usada como plataforma para el envío de droga desde Latinoamérica. Carne de cañón para los narcotraficantes, que les pagan miles de dólares para el viaje y las abandonan a su suerte si son arrestadas, las mulas son generalmente personas jóvenes, pobres y, en su mayoría, mujeres.
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La semana pasada, una pasajera de 23 años procedente de Sao Paulo, poco habituada a viajar en avión, sufrió un ataque de pánico al no encontrar la salida de la terminal en el aeropuerto parisino. Llorando, se entregó a los agentes aduaneros que descubrieron que portaba 2,2 kilos de cocaína ajustados en una faja sobre su piel.
Los casos de droga ingerida o escondida por todos los orificios del cuerpo necesitan procedimientos médicos largos de parte de las autoridades aeroportuarias. Emmanuel Bizeray, jefe de los servicios aduaneros de una de las terminales del aeropuerto, aprovecha para “recordar a los consumidores que cuando esnifan cocaína, a menudo ha pasado por el ano de una persona a la que no conocen”.
Fuente: AFP.