Se trata de Paul Richard Alexander, un hombre de 78 años de edad que hace 72 vive en un pulmón de acero, tras haber adquirido polio durante su infancia. Hasta los 6 años, la vida de Paul transcurrió con normalidad en Texas, Estados Unidos, pero todo cambió cuando contrajo la enfermedad y quedó paralizado por el resto de su vida.
Él es una de las dos personas en el mundo que sigue dependiendo de un pulmón de acero, una máquina que le permitió mantenerse con vida, pero que actualmente es obsoleta. Su vida transcurrió anclado a la cápsula, y si bien consiguió despegarse de ella en algunas ocasiones, su dependencia es clave para su supervivencia.
Su condición no le impidió estudiar y graduarse de abogado e incluso ejercer su profesión en Dallas, donde reside. Actualmente, desarrolla su vida valiéndose de un teléfono móvil, una computadora y un altavoz para solicitar ayuda.
También tiene un sorbete para beber agua y un aparato que le permite manipular los ordenadores acostado, conectado a su pulmón de acero. Paul tiene una amiga que le ayuda en el día a día y también una cuenta en Instagram, donde cuenta su historia y muestra parte de su asombrosa rutina.
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Sobre la polio
La polio es una enfermedad discapacitante y potencialmente mortal causada por el virus de la poliomielitis o poliovirus, que se transmite de una persona a otra y puede infectar la médula espinal, causando parálisis.
La mayoría de las personas que se infectan con el virus de la poliomielitis no tiene ningún síntoma visible. Aproximadamente 1 de cada 4 personas (o 25 de cada 100) con infección por el virus de la poliomielitis tiene síntomas parecidos a los de la influenza (gripe).
La parálisis es el síntoma más grave porque puede provocar discapacidad permanente y la muerte. Mueren entre 2 y 10 de cada 100 personas porque el virus afecta a los músculos que las ayudan a respirar.
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