La modelo y conductora de Tropicalia, Larissa Riquelme, mencionó en su cuenta de Twitter que “ni el Viernes Santo se respeta más”, comentario que -al parecer- fue malinterpretado por varios internautas. Poco después, hizo algunas aclaraciones en sus redes sociales.
Luego de expresar indignación en ese tuit, pero sin nombrar a nadie, se especuló que la modelo se refirió a algunas figuras públicas en particular y sus publicaciones en redes sociales. Luego, Larissa volvió a hacer uso de sus cuentas personales para aclarar la situación. “¡Feliz sábado de Gloria! Solo quiero aclarar que mi tweet de ayer no hacía referencia a nadie en particular. Es molesto que la gente saque de contexto mis palabras, ¡piensan que siempre estoy pendiente de los demás!”, puntualizó la influencer.
Lee más sobre: Pati Ginzo: “Bienvenido a la vida, hijo querido”
No es el primer descargo que la modelo hizo durante esta Semana Santa. En su cuenta de TikTok también compartió un video y le pidió a los internautas que dejen de lado “tanta maldad y malos comentarios”. Todo comenzó cuando Larissa se mostró preparando chipa para sus sobrinos. El proceso de la preparación fue diferente a la chipa tradicional y varios usuarios de la plataforma criticaron el aspecto de su chipa.
En el descargo se puede ver a Larissa arreglándose para ir a trabajar; mientras tanto contó que se veía hinchada por las tiroides. “Ayer me llegaron mis análisis de las tiroides. Después de mucho tiempo me volví a controlar porque me sentía bastante cansada, agotada, con los ojos hinchadas, por más que duerma lo suficiente y esté evitando algunos alimentos, igual me seguía viendo cansada”, contó y agregó que los resultados dieron bastante altos.
Finalmente aclaró que el video era para resaltar las críticas que recibió por su video preparando chipa y preguntó: “¿cuál es la necesidad de hacerlo?”. La influencer expresó su indignación, “Estamos en Semana Santa, paz y amor. ¿Por qué la gente se volvió tan agresiva?, todo critican”, resaltó.
Te puede interesar: Lali González tuvo una Semana Santa diferente