“Durante un año creíamos que estaba vivo. Me habría gustado tanto abrazarlo una última vez”, cuenta Omri Shtivi. Estaba convencido de que su hermano seguía vivo en Gaza, pero hace tres días le informaron de que, en realidad, lo mataron el 7 de octubre de 2023. El ejército israelí indicó a su familia el domingo pasado, en la víspera del primer aniversario del ataque de Hamás, que Idan Shtivi ya estaba muerto cuando lo secuestraron.
Pese a la ausencia del cuerpo, la familia se puso de luto y recibió a amigos y familiares durante la semana siguiente al anuncio del deceso, siguiendo la tradición judía. Delante del edificio de Tel Aviv donde vive la familia se dispuso una gran carpa blanca. Omri Shtivi explicó a AFP que las autoridades les dijeron que tenían pruebas “médicas” de que el joven de 28 años había sido abatido el 7 de octubre, en el festival de música Nova.
Los comandos de Hamás mataron allí a más de 370 personas y se llevaron a más de 40 como rehenes. “Idan era un estudiante, se fue a bailar y nunca volvió”, comenta Omri Shirivi, de 32 años, y aseguró que su “hermano pequeño intentó salvar a gente durante el ataque en el festival”, aferrándose al relato de varios testigos sobre el comportamiento heroico del fallecido.
A los pies del edificio, a unos pasos del mar Mediterráneo, unas fotos de Idan Shtivi dan la bienvenida a los visitantes, con un escrito: “Un alma de luz, de amor y de entrega”. Un flujo ininterrumpido de personas va llegando para visitar a los padres y a los familiares del difunto. Durante un año, Omri Shtivi, su padre Eli y otros parientes aparecieron en medios de comunicación e intervinieron en numerosas protestas para exigir la liberación de los rehenes que siguen cautivos en Gaza.
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A finales de agosto, junto a otros familiares de rehenes, lanzaron mensajes hacia la Franja de Gaza con unos potentes altavoces, muy cerca de la frontera. “¡¡Idan!! Si nos oyes, estamos aquí, no nos rendimos”, clamó su padre ese día. Bajo la carpa se han dado cita una ministra, un conocido presentador de la televisión, varios oficiales del ejército y otros familiares de rehenes.
“Todas las familias de rehenes nos hemos convertido en una sola y misma familia”, comenta Shelly Shem-Tov, que lleva una camiseta con la foto de su hijo Omer, también secuestrado en el festival Nova. “A lo largo de este año hemos perdido a tantos rehenes a los que no conocemos realmente, pero conocemos a sus familiares, que se han convertido en miembros de nuestra familia, es tan doloroso”, agrega Shem-Tov.
Las vidas de todas esas familias se tambalearon el 7 de octubre de 2023, cuando combatientes del movimiento islamista palestino Hamás atacaron el sur de Israel, provocando la muerte de 1.206 personas, sobre todo civiles, según recuento de AFP basado en datos oficiales que incluye a los rehenes muertos en Gaza.
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De las 251 personas secuestradas ese día, 97 siguen cautivas en Gaza, 34 de las cuales fueron declaradas muertas por el ejército. La ofensiva militar de Israel en represalia dejó 42.010 muertos en Gaza, mayoritariamente civiles, según los datos del Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, juzgados fiables por la ONU.
“No es normal que civiles que fueron a bailar a un festival sigan retenidos en Gaza [...] Esto no es un día tras otro, es un año entero que dura como un día que no termina nunca”, apunta Shem-Tov. “Estamos muy muy cansados pero no tenemos elección. Hay que gritar y yo soy esa voz de Omar que brama: ‘¡Sálvenme! ¡Sálvenme!’”, añade.
Fuente: AFP.