Después de decir que aún no había decidido si levantar la prohibición a Donald Trump en Twitter, su nuevo propietario, Elon Musk, decidió lanzar una encuesta entre los usuarios de la red social para que votaran sobre la reincorporación del expresidente de Estados Unidos.
“Readmitir al expresidente Trump”, publicó el viernes el multimillonario, con la posibilidad de votar sí o no. El sábado por la mañana, más de 10 millones de cuentas ya se habían expresado y el “sí” lideraba la encuesta online con más del 52% de los votos.
A menos de once horas para el cierre de la votación, el “no” llevaba 47,7%, sin que se conocieran en términos concretos cuáles serían las consecuencias de este resultado. Musk lanzó la encuesta el viernes por la noche, horas después de restablecer varias cuentas de usuarios suspendidas en nombre de la libertad de expresión.
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“¡Es fascinante observar esta encuesta!”, tuiteó este sábado el multimillonario, quien había celebrado la tasa de votos durante la noche, alrededor de un millón por hora.
Twitter había suspendido a Trump el 8 de enero de 2021, dos días después del ataque de sus simpatizantes al Capitolio, en Washington, ante el “riesgo de una mayor incitación a la violencia”.
Musk luego abrió la posibilidad de un regreso del expresidente republicano a Twitter en mayo. Pero tal medida causó revuelo en la sociedad y la política estadounidense, especialmente una vez que Trump anunció que está en carrera por la Casa Blanca para 2024.
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Mientras el candidato republicano se regocija de que con Musk Twitter está “en buenas manos”, en los últimos días ha dicho sin embargo que permanecerá en su red social, Truth Social, pese a que esta plataforma le ofrece un alcance de público mucho menor en comparación con Twitter, donde tenía más de 88 millones de seguidores.
Fuente: AFP.
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BCP: la coyuntura económica fue óptima para otorgar créditos en el tercer trimestre
El Banco Central del Paraguay (BCP) dio a conocer este martes la Encuesta de Situación General de Crédito del tercer trimestre del año, donde resalta que la coyuntura económica para otorgar préstamos a los consumidores es óptima, mientras que las expectativas en los diferentes sectores para su concesión en los próximos tres, seis y doce meses se mantienen en zona de optimismo.
Así, durante el tercer trimestre del 2024, el 78,26 % de los encuestados respondió que la coyuntura económica fue óptima para otorgar créditos. Este porcentaje es superior en 6,26 puntos porcentuales al observado durante el mismo periodo de 2023.
“Las expectativas en los diferentes sectores para la concesión de créditos en los próximos tres, seis y doce meses permanecieron en zona de optimismo. El aspecto más importante que los acreedores tienen en cuenta para definir la situación coyuntural del crédito siguió siendo el aspecto económico”, agrega el informe.
Factores que impiden la concesión
Por otro lado, la falta de historial cliente y de información crediticia son los principales factores que impiden la concesión de crédito por parte de las entidades del sector, al igual que la baja rentabilidad de los proyectos, según se resaltó en la encuesta de la banca matriz.
Para aumentar los créditos, los encuestados manifestaron la necesidad de la presentación de iniciativas de inversiones rentables, además de mejorar la información de los prestatarios como los aspectos más importantes.
Ante un escenario de exceso de recursos financieros, se señaló que los principales destinos serían el crédito a las empresas privadas y la inversión en instrumentos de regulación monetaria (IRM).
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Sectores más riesgosos
Según los encuestados, los sectores más riesgosos fueron el crédito al consumo y los de microcrédito para mipymes. No obstante, la inversión en Bonos del Tesoro o con Garantía del Tesoro y las colocaciones de IRM fueron consideradas como las aplicaciones financieras menos riesgosas.
Los encuestados revelaron igualmente que la percepción de los tomadores de crédito respecto a que las tasas de interés son aún muy elevadas, que existe mucha burocracia en el proceso de negociación del crédito y que los requerimientos son muy complejos.
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Trump y Harris enfrentan sus visiones del mundo
Los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos tienen visiones del mundo muy diferentes, y las elecciones de noviembre pueden cambiar radicalmente la política hacia Ucrania y otros socios internacionales. La vicepresidenta Kamala Harris propone en buena medida continuar la agenda de Joe Biden, aunque busca matizar el tema de Medio Oriente; mientras que una eventual victoria de Donald Trump puede significar una fuerte ruptura en la política exterior estadounidense.
Ucrania
Pocos temas dividen tanto a los dos candidatos como Ucrania. Trump ha hecho mofa de los miles de millones de dólares de ayuda estadounidense a Ucrania, al decir que Rusia, que inició la invasión en febrero de 2022, está destinada a ganar. En el pasado, el expresidente ha mostrado admiración por el mandatario ruso, Vladimir Putin, quien recientemente calificó a Trump de “sincero” al intentar poner fin a la guerra en Ucrania. El republicano ha sugerido el retiro de la ayuda estadounidense para forzar a Kiev a hacer concesiones territoriales y acabar con la guerra de forma rápida.
Trump también se ha burlado del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, al llamarlo “el más grande de los vendedores” en referencia a su gestión para obtener la ayuda militar estadounidense, pese a lo cual, ambos sostuvieron una reunión cordial en setiembre. Harris ha prometido mantener el apoyo a Ucrania y dijo en el debate de setiembre que “si Donald Trump fuera presidente, Putin estaría sentado en Kiev justo ahora”.
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Medio Oriente
Harris y Trump son proisraelíes, pero divergen en cuánta presión ejercer sobre el aliado estadounidense en sus casi 13 meses de guerra, iniciada tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, extendida a Líbano y con ataques de toma y dame entre Israel e Irán. Harris, al igual que Biden, ha dejado claro que seguirá armando a Israel, distanciándose de los llamados de la izquierda del Partido Demócrata a un embargo de armas por la seguridad de los civiles.
Pero Harris también ha defendido una “autodeterminación” palestina y vio en el asesinato del jefe de Hamás, Yahya Sinwar, una oportunidad para acabar con la guerra en Gaza. Trump, cuya base republicana es incondicionalmente proisraelí, acusó a la administración Biden de intentar injustamente restringir a Israel y dijo que está en contacto regular con el primer ministro Benjamín Netanyahu.
Como presidente, Trump tomó una serie de medidas históricas a favor de Israel, como el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén o los incentivos que dio a países árabes para reconocer al estado hebreo. Pero él también tiene una compleja historia con Netanyahu, a quien critica por ser parte del grupo de líderes mundiales que reconocieron la victoria de Biden en las elecciones de 2020, un resultado que Trump rechaza.
China y Taiwán
Los congresistas demócratas y republicanos ven a China como el mayor desafío en el largo plazo, sin embargo, difieren en su enfoque y retórica. Trump ha atacado a Pekín de forma incesante en sus discursos y ha prometido que impondrá masivas tarifas a los bienes provenientes de China, con el ánimo de impulsar la manufactura doméstica. Pero pese a sus declaraciones, también ha indicado que está abierto a buscar acuerdos con el presidente chino, Xi Jinping.
De cierta forma, Biden ha ido más lejos que Trump al prohibir radicalmente las exportaciones de chips de alta tecnología. Harris ha subrayado la reticencia de Trump para tomar medidas similares mientras estuvo en el cargo acusándolo de que “básicamente nos vendió”, y que el ejército de China se beneficia de tecnología estadounidense.
En Taiwán, la isla de democracia autónoma que Pekín reclama como parte de su territorio, Trump causó nerviosismo al sugerir que pague por su defensa, comparando a Estados Unidos con una compañía de seguros. Como vicepresidenta, Harris ha pedido mantener el statu quo, al afirmar que “apoyamos la autodefensa de Taiwán, en consonancia con nuestra política de larga data”.
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Aliados de EE. UU.
En un profundo contraste con respecto a presidentes de ambos bandos, Trump ha cuestionado la utilidad de la alianza atlántica OTAN, que integran desde el inicio de la Guerra Fría varios países occidentales. Trump incluso dijo en febrero que animaría a los rusos a hacer “lo que quieran” a los miembros de la OTAN que no aporten los fondos para defensa.
Harris ha señalado con frecuencia los comentarios de Trump, y al igual que Biden ha prometido trabajar con los aliados y apoyar a la OTAN. En su presidencia, Trump se mostró a favor de romper acuerdos internacionales que no le gustan, incluido el acuerdo nuclear con Irán. También se esperaría de Trump una mayor presión sobre líderes de izquierda en América Latina, sobre todo en Cuba y Venezuela, aunque ni Biden ni Harris parecen desmarcarse de esa política.
Fuente: AFP.
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Si Trump pierde, ¿habrá violencia?
Gran parte de la preocupación del mundo durante la campaña de las presidenciales estadounidenses de 2024 se ha centrado en qué pasará en caso de que gane Donald Trump. Pero muchos estadounidenses están también preocupados por el resultado opuesto. El expresidente republicano de 78 años, que está empatado en las encuestas con la demócrata Kamala Harris en la carrera por la Casa Blanca, nunca ha reconocido sus derrotas electorales, desde las primarias de Iowa de 2016 hasta las presidenciales de 2020.
“Si pierde este año, no tengo dudas de que alegará fraude, no dejará piedra sin remover para revertir los resultados y se negará a asistir a la toma de posesión de Harris”, dijo Donald Nieman, analista político de la Universidad de Binghamton, en el estado de Nueva York. “No solo es un mal perdedor, es alguien que nunca admitirá que perdió”, comentó.
El magnate carga con 34 condenas por delitos graves por un escándalo que involucra pagos encubiertos por el silencio de una estrella porno que temía que estuviera a punto de arruinar su campaña de 2016 con una historia lasciva sobre un encuentro sexual. Y ha sido acusado de difundir falsas acusaciones de irregularidades y fraude en las elecciones de 2020.
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Disturbios mortales
Sus críticos temen que se repitan las escenas de violencia que provocaron esas mentiras. Una asonada protagonizada por una turba enfurecida alentada por el propio Trump en las afueras del Capitolio, en enero de 2021, causó muertos y heridos. Trump ha insinuado que hechos así pueden volver a ocurrir.
“Si pierdo, les diré una cosa, es posible porque hacen trampa. Esa es la única manera en que vamos a perder: porque hacen trampa”, dijo el mes pasado el candidato republicano durante un mitin de campaña en Michigan. El candidato republicano, que intentó cooptar al Departamento de Justicia en su intento de anular las últimas elecciones, según un informe del Congreso sobre la asonada de 2021, ya no cuenta con el respaldo del poder del gobierno federal.
Pero ha estado difundiendo las mismas denuncias infundadas sobre la fiabilidad del voto por correspondencia y sobre el propio escrutinio. A Harris, además, la acusó de “espiar” su campaña y de estar detrás de sus múltiples procesamientos, así como de violar la constitución al reemplazar al presidente Joe Biden como candidata demócrata.
El exmandatario y sus aliados prepararon el escenario para los disturbios de 2021 a través de medios legales, presentando más de 60 demandas por la forma en que las autoridades estatales y locales habían cambiado las reglas de votación en el contexto de una pandemia. Todas fueron rechazadas por los distintos jueces, que coincidieron en que esas demandas debían haberse presentado antes de que comenzara el recuento de votos.
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“Violencia esporádica”
Esta vez, Trump y sus aliados tuvieron en cuenta esa objeción y elevaron más de un centenar de demandas antes de que comenzara la votación anticipada, cuestionando desde cómo los estadounidenses se registran y emiten sus sufragios hasta quién puede votar. La mayoría de ellas no estarán resueltas antes del día de las elecciones, pero diversos analistas sostienen que el objetivo real de la campaña del republicano es sembrar la desconfianza sobre el proceso de recuento de votos.
Debido a que los republicanos bloquearon las reformas electorales para acelerar el conteo en Pensilvania, el escrutinio en ese estado podría prolongarse varios días, un tiempo de incertidumbre ideal para levantar sospechas sobre los comicios del 5 de noviembre. “Las escaramuzas legales podrían prolongarse durante semanas y, dependiendo de su intensidad, podrían conducir a protestas o incluso a actos esporádicos de violencia en ciertas áreas”, dijo la analista política Adrienne Uthe, fundadora de la firma de relaciones públicas Kronus Communications, con sede en Utah.
Tres de los seis analistas contactados por la AFP para conocer las implicaciones de una derrota de Trump esperaban que no se repitiera la asonada de 2021 en Washington, y que cientos de procesamientos posteriores de los alborotadores jugaran como un potente elemento disuasorio.
Algunos dijeron que la verdadera preocupación esta vez serían las tácticas de intimidación en los estados más disputados el propio día de las elecciones. People For the American Way, un grupo de expertos liberal, advierte que los activistas que han promovido afirmaciones sobre fraude electoral están reclutando funcionarios electorales para operar en esos estados fluctuantes. Otros grupos han advertido que podría haber manifestaciones violentas en esos sitios. “Mi mayor temor es la violencia en Madison, Wisconsin, Lansing, Michigan o Harrisburg, Pensilvania, por parte de partidarios armados de Trump, diseñada para impedir que los electores emitan sus votos”, dijo Nieman.
Fuente: AFP.
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Del abandono de Biden al intento de asesinato: los hitos de la campaña electoral
Estos son los momentos claves de una campaña fuera de lo normal, cuando falta una semana para las elecciones presidenciales estadounidenses.
Las primarias
Las elecciones primarias comenzaron en enero. El presidente Joe Biden no se enfrentó a ningún rival de peso de su partido y ganó, a pesar de un movimiento de protesta por su apoyo a la guerra de Israel en Gaza. En el partido republicano, el expresidente Donald Trump tuvo más competencia, sobre todo de la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU Nikki Haley.
Pero su éxito fue arrollador y todos sus rivales tiraron la toalla. En marzo, ambos acumularon suficientes delegados para asegurarse la nominación. Se daba por sentado que se batirían de nuevo en duelo electoral y los estadounidenses parecían poco entusiasmados con la idea.
Juicio en Nueva York
Un mes después comenzó en Nueva York el juicio penal de Donald Trump por pagos ocultos a una exactriz porno. Tras semanas de vistas judiciales, el multimillonario fue declarado culpable, algo nunca visto para un expresidente estadounidense. Pero le esperaba una sorpresa: a finales de junio, el republicano obtuvo una victoria en la Corte Suprema que retrasó su sentencia y debilitó el resto de procesos penales contra él.
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El primer debate
Ese mismo mes, concretamente el día 27, la campaña dio un vuelco. Donald Trump y Joe Biden se enfrentaron en un debate en la cadena CNN. El demócrata de 81 años tuvo un desempeño desastroso: se atropellaba al hablar y a veces parecía perdido. El pánico se apoderó de las filas demócratas. Para sorpresa de todos, Donald Trump optó por la moderación ante los problemas de su rival.
Intento de asesinato
Por si los vuelcos fueran pocos el 13 de julio Donald Trump sobrevivió a un intento de asesinato durante un mitin en la localidad de Butler, en el estado de Pensilvania (noreste). Resultó herido en una oreja por disparos efectuados por un hombre desde una azotea. Sale rodeado de agentes del Servicio Secreto con un puño en alto. Se le oye murmurar “Lucha”.
Tras un breve paréntesis de unidad nacional, republicanos y demócratas reanudaron la campaña y sus ataques. La convención republicana dejó patente el dominio de Trump sobre el partido. Eligió al joven senador J.D. Vance como compañero de fórmula. En setiembre, el multimillonario volvió a ser objeto de un intento de asesinato en su campo de golf de Florida. Semanas después el magnate republicano regresó a Butler para un gran mitin con Elon Musk, el hombre más rico del mundo y propietario de Tesla y SpaceX.
El abandono de Biden
Pocos días después del fin de la convención republicana hubo otra voltereta: Joe Biden anunció que tiraba la toalla. La campaña se sumía en lo desconocido. En una breve carta publicada en las redes sociales el 21 de julio, el presidente saliente cedía a la presión de los demócratas por las dudas sobre su estado físico y mental. Anunció que apoyaba a su vicepresidenta Kamala Harris para sucederle.
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El éxito de Harris
En apenas unas horas, Kamala Harris logró el apoyo de los principales demócratas y se erigió como la nueva candidata del partido en un tiempo récord. La entrada en la carrera de esta mujer negra de ascendencia surasiática, exfiscal y casi veinte años más joven que Donald Trump movió las fichas. Animada por una ola de entusiasmo, fue coronada en agosto en Chicago en una convención eufórica. Eligió como compañero de fórmula a Tim Walz, antiguo profesor y entrenador de fútbol americano reconvertido en gobernador.
Debate
El 10 de setiembre Donald Trump y Kamala Harris se enfrentaron en su primer -y último- debate. El republicano rechazó otro cara a cara. La demócrata se impuso, atacando a su rival en los temas que más hieren su ego: su capacidad de convocatoria en sus mítines y su reputación internacional. Donald Trump lanzó sus ataques habituales, en particular sobre la migración y acusó a su rival de “marxista”.
Al término del debate atacó a los moderadores, cuestionando su imparcialidad. Aunque el debate fue seguido por más de 67 millones de telespectadores, no está claro que haya tenido impacto en la campaña. Los sondeos pronostican unas elecciones extremadamente reñidas.
Fuente: AFP.