La exmodelo y actriz paraguaya que reside actualmente en Chile, vivió una experiencia “de terror” durante un vuelo desde Santiago a Luque, Paraguay, en el que la aeronave aterrizó sin un motor, tras las inclemencias del tiempo. Uno de los pasajeros grabó lo que pasó mientras el avión intentaba realizar un aterrizaje forzoso en el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi.
Hoy, después de la tormenta, escribió parte de todo lo que sintió ayer: “Son las cinco de la mañana y no puedo dormir. No estoy bien. Anoche estuve en el vuelo 1.325 de Latam. Pasé por el momento más terrorífico de mi vida. Pasamos por turbulencias de tal magnitud que el capitán pidió a su tripulación prepararnos para un aterrizaje forzoso”, inició.
“La azafata nos pidió a todos que nos pusiéramos en posición de impacto. Mientras todos entraban en pánico, mi cinturón se desabrochó y pedí a gritos que alguien me ayudara. Yo no podía hacerlo sola porque le tenía a Almita en mis brazos sujetándola fuerte. Mi marido no nos pudo acompañar esta vez”, siguió.
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Después expuso que uno de los pasajeros “se apiadó” de las dos y les ayudó en medio del caos. “Gracias a Dios un hombre se apiadó de nosotras vino a socorrernos. Mi hija saltó por el hombre aferrándose a él mientras me ponía mi cinturón. Empecé a vomitar”, recordó. Luego acotó: “Después le agarré a mi hija. Me iba despidiendo de ella diciéndole que la amaba y que siempre estaríamos juntas”.
Contó cómo tuvo que proteger a su hija con todo su cuerpo, hasta con sus piernas. “La abracé hasta con mis piernas y también el hombre que vino a socorrernos se puso como escudo. Le quise llamar a mi marido para despedirme, pero por supuesto no se puede hacer llamadas desde arriba. Esta angustia esperando el impacto no terminaba nunca. Escuchaba cómo la lluvia golpeaba las ventanas y el sonido era ensordecedor”, refirió.
Finalmente describió el alivio que sintió al ver las luces de la ciudad y al darse cuenta que iban a aterrizar. “Por obra y gracias de Dios Todopoderoso empezamos a ver las luces de la ciudad. De repente empezó a bajar la velocidad. No podía creer que después de pensar que nos íbamos a estrellar estábamos sanos y salvos”, dijo.