Ante la posibilidad de que próximamente se desate una guerra nuclear, debido a que supuestamente Rusia podría estar lanzando una bomba atómica, una gran cantidad de ucranianos se encuentran organizando una fiesta denominada “Orgy on Shchekavystsa: Official”.
De acuerdo a lo publicado por varios medios internacionales, se trata de una fiesta del fin del mundo, que tiene como condimento principal encuentros sexuales y la cual ya es difundida por diversas plataformas digitales, entre ellas Telegram.
Según los reportes publicados, el evento se llevará a cabo en una montaña situada en los alrededores de Kiev, capital de Ucrania; además de resaltar que ya cuenta con unos 15.000 inscriptos aproximadamente, quienes serán clasificados debidamente, considerando las preferencias de cada asistente.
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Las personas estarán identificadas con símbolos o números, teniendo en cuenta que en la también llamada “fiesta sexual” o “fiesta salvaje”, se podrán realizar todo tipo de prácticas, sin censura alguna. La tentadora fiesta está logrando una gran repercusión a nivel mundial; con reacciones polémicas, por un lado; mientras que por el otro, creen que es buena idea.
Sin embargo, es importante recordar que existe gran riesgo de que la guerra entre Rusia y Estados Unidos sea desatada en cualquier momento. Y es que el presidente ruso, Vladímir Putin, ya había advertido en varias ocasiones que podría hacer uso de sus armas nucleares en caso de que Rusia se vea amenazada. Por su parte, Estados Unidos se mantiene firme apoyando a Ucrania, y dio aviso de que ante cualquier ataque nuclear contra la población será el principio del enfrentamiento.
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El papa Francisco donó cuatro ambulancias a Ucrania
- Ciudad del Vaticano, Santa Sede. AFP.
El Vaticano anunció la donación, por iniciativa del papa Francisco, de cuatro ambulancias a Ucrania específicamente para su despliegue en el frente de la guerra contra Rusia. “El Santo Padre decidió enviar de nuevo a su limosnero [el cardenal Konrad Krajewski] a Ucrania para donar cuatro ambulancias, equipadas con todo el instrumental médico necesario para salvar vidas, que se destinarán a zonas de guerra”, indicó en un comunicado.
Con esta donación, el pontífice argentino quiere “llevar la luz de la Pascua en la noche de las tinieblas” a la “Ucrania martirizada” desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022. Francisco ya donó anteriormente tres ambulancias con los colores de la ciudad-estado vaticana, así como una gran caravana médica y ecógrafos para los hospitales golpeados por los bombardeos rusos.
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El Vaticano también envió alimentos no perecederos, generadores, ropa y medicamentos. La Casa de la Moneda del Vaticano acuñó además medallas en las que aparecen varias mujeres y niñas ucranianas que huyen de la guerra, y cuyos beneficios se destinan al papa para su labor caritativa en Ucrania.
La diplomacia del Vaticano no desempeña oficialmente ningún papel en las conversaciones para obtener un alto el fuego entre Ucrania y Rusia, y los incesantes llamamientos del papa para que se silencien las armas siguen sin ser escuchados. Sin embargo, la Santa Sede facilitó varios intercambios de prisioneros entre Kiev y Moscú.
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Grupo de rock realiza gira en Ucrania bajo bombardeos rusos
- Vinnytsya, Ukraine. AFP.
En plena guerra, Nadia Kukla dirige la gira de un grupo de rock. Se encarga de los desplazamientos, los boletos, las comidas... pero “el principal desafío”, cuenta la joven ucraniana, son las alarmas aéreas que saltan cada día por los bombardeos rusos. Los Susidy Sterpliat (“Los vecinos tolerarán”), un dúo pop-punk, tienen doce actuaciones previstas en Ucrania en esta primavera boreal.
“Si una alerta aérea dura más de una hora, cancelamos y lo reprogramamos”, explica con voz ronca Nadia Kukla, una ucraniana de 30 años. Los cortes de electricidad son otro problema. Este día, el grupo se prepara para tocar en Vinnytsia, en el centro de Ucrania, en un pub situado no muy lejos de donde el 14 de julio de 2022 hubo un terrible bombardeo ruso contra una sala de conciertos perteneciente al ejército. El ataque dejó 27 muertos, incluyendo tres niños, y 202 heridos. Han pasado casi tres años, pero el edificio sigue ahí, destrozado.
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“Renacimiento”
Frente a esta violencia, en un país lleno de heridas, la resistencia cultural asesta un golpe a ojos y oídos. El espectáculo continúa. En el camerino, poco antes del concierto, el baterista Oleksander Pavlov, de 28 años, y el guitarra Artur Zubarev, de 27, están de muy buen humor. Ambos se juntaron en 2017 en Mikolaiv, en el sur, y desde entonces producen una música “alegre” con letras que “no tienen sentido necesariamente” pero que “dan fuerza” a quien las escucha, según Oleksander.
Desde 2022, según varios actores del sector, la cultura en la Ucrania no ocupada vive un “renacimiento”. El público ha dejado de lado las producciones rusas y rusófonas y tiene verdadera sed por obras nacionales, y las ganancias de los músicos ucranianos en las plataformas de streaming han ido en aumento.
Los Susidy Sterpliat, que al principio cantaban en ruso, se pasaron al ucraniano y, según dice, ahora tienen más seguidores. Aunque rechazan cualquier comparación con los militares que arriesgan su vida en el frente, ambos consideran que su trabajo también se opone a la agresión rusa. “Hay un combate para apoderarse de nuestras tierras, pero también de nuestras cabezas”, subraya Artur. Esta noche, el guitarrista desea “abrazar” a la sala. En el escenario, llevará una camiseta negra transparente, mientras que Oleksander actuará sin camisa y con la cara llena de purpurina.
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Punk anti-Kremlin
Al concierto han venido unas 260 personas, muchas de ellas adolescentes. Como teloneros actúan los Krash Test, un trío punk de Sumy, una región del noreste muy devastada por las bombas rusas. Uno de sus temas trata sobre “una neonazi”, una “ucraniana típica” que “bebe sangre de bebés rusos”; una burla al Kremlin, que asegura que en Ucrania está luchando contra los herederos de Hitler.
Varias veces, la multitud exclama: “Nakhouï soussidiv!” (“¡Que se jodan los vecinos!”), un lema contra Rusia que, al tiempo, hace alusión al dúo cabeza de cartel. Y entonces llegan los Susidy Sterpliat, que ofrecen más de hora y cuarto de furia, gritos y saltos de alegría. En un momento dado, unas bragas, sin que se sepa de quién son, caen en el escenario.
El dúo toca una oda a la borrachera, una balada nostálgica sobre el verano de 2021, meses antes de que empezara la invasión rusa; un tema sobre “la dependencia” que corea toda la sala... Antes de terminar, se celebra una subasta cuyos beneficios irán destinados a los médicos de la brigada Azov, una unidad formada en 2014 por ultranacionalistas que se han granjeado fama de héroes desde que comenzó la invasión.
Calzoncillos en venta
La primera oferta: entradas gratuitas y el derecho a tomar unas copas con los Susidy Sterpliat, por los que dos personas acaban pagando 15.000 grivnas (362 dólares) y 11.000 grivnas (265 dólares) respectivamente, unas sumas importantes en Ucrania. Al final, el baterista Oleksander se quita sus calzoncillos de golpe, delante de todos (aunque lleva otros puestos) y también los subasta.
La prenda se vende por 3.000 grivnas (unos 72 dólares) y se la lleva Anastassia, de 17 años, que asegura haber sentido “las mejores emociones posibles” durante el concierto. A Nazar, de 19 años, la música le ayuda a olvidar “la locura del ambiente”. “La situación es muy estresante, muchos familiares combaten. Esto permite alejarse de eso y volver a la época de antes de la guerra”, cuenta. En unas horas, el grupo volverá a echarse a la carretera. Próxima parada: Odesa.
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Trump fustigó a Putin y Zelenski por el estancamiento en las negociaciones de paz
- Washington, Estados Unidos. AFP.
El presidente estadounidense, Donald Trump, fustigó ayer domingo a sus homólogos de Rusia y Ucrania y expresó su frustración por el estancamiento en las negociaciones para un alto el fuego. Trump impulsa el fin de la guerra de más de tres años entre Rusia y Ucrania, pero no ha logrado pactar un cese el fuego pese a las conversaciones con ambos bandos.
En un cambio de tono radical con Rusia, Trump dijo a la periodista de NBC Kristen Welker que se puso “muy enojado” y “furioso” cuando Vladimir Putin empezó a atacar la credibilidad del presidente ucraniano Volodimir Zelenski. Horas más tarde, Trump suavizó su tono con Putin y en su lugar arremetió contra Zelenski, a quien le advirtió que estará en “grandes problemas” si se arrepiente del acuerdo sobre derechos de explotación de minerales entre ambos países.
Trump presiona a Zelenzki para que empresas estadounidenses participen de la explotación de minerales ucranianos, en el marco de las negociaciones de un alto el fuego. “Veo que está tratando de salirse del acuerdo sobre minerales y tierras raras. Y si lo hace va a tener algunos problemas, muy grandes problemas”, dijo Trump a reporteros en el Air Force One.
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Trump moderó su tono respecto a los dichos sobre Putin a la presentadora de NBC. “Estaba decepcionado de cierta manera” por declaraciones recientes del mandatario ruso, afirmó. Putin “considera que Zelenski no tiene credibilidad. Se supone que debería hacer un acuerdo con él, sin importar si le gusta o no”, afirmó.
“Así que no estaba contento con eso, pero creo que va estar bien y ciertamente no me gustaría poner aranceles secundarios a Rusia”, añadió. El mandatario estadounidense explicó a NBC que los “aranceles secundarios” implicarían que “si compras petróleo a Rusia, no puedes hacer negocios en Estados Unidos”. Putin rechazó un plan de Estados Unidos y Ucrania para un alto el fuego por 30 días, y el viernes insinuó que Zelenski debería dejar su cargo como parte de un proceso de paz.
Ucrania acusa a Rusia de dilatar las negociaciones mientras continua con su ofensiva militar. Este fin de semana hubo nuevos ataques en la ciudad fronteriza de Járkov, en el noreste ucraniano. Trump dijo a la NBC que Putin sabe que él está enojado, pero aseguró que “tiene una muy buena relación” con el mandatario ruso y que “el enojo se disipa rápidamente... si él (Putin) hace lo correcto”.
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Aliento a Rusia
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su acercamiento a Moscú preocupan a Kiev y a sus aliados europeos, que temen un acuerdo de paz con condiciones beneficiosas para Moscú. Las amenazas de Estados Unidos de cortar su ayuda militar a Ucrania han alentado la ofensiva rusa. Putin, que lleva 25 años en el poder y ha sido electo repetidas veces sin verdadera oposición, propuso el viernes establecer una “administración de transición” en Ucrania bajo la égida de la ONU y sin Zelenski.
Desde el inicio de la ofensiva rusa en febrero de 2022, Putin justifica la operación en Ucrania como una forma de derrocar al gobierno de ese país, que considera a las órdenes de Occidente, pese a que Zelenski fue elegido en comicios legítimos en 2019. La ley marcial que rige desde el inicio de la ofensiva en Ucrania impide la celebración de elecciones, en un país azotado por bombardeos diarios, con muchos ciudadanos desplegados en el frente y otros que huyeron al exterior.
El propio Trump ha mantenido relaciones complicadas con Zelenski, a quien ha llamado “dictador” y con quien se peleó en vivo durante una visita del presidente ucraniano a la Casa Blanca el mes pasado. Estados Unidos anunció el martes que Rusia y Ucrania acordaron detener los ataques en el Mar Negro, pero Moscú señaló que la tregua no entrará en vigencia hasta que los aliados de Kiev no levanten ciertas sanciones.
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Fiestas para madres ganan popularidad en Francia
- París, Francia. AFP.
“¡Nadie nos mira, me encanta, es la libertad!”, se exclama Nathalie, mientras olvida por unas horas sus obligaciones familiares y profesionales en una de las fiestas sólo para mujeres que, bajo el concepto “Mamá se va a bailar”, ganan popularidad en Francia. Son las 19:30 de un martes en París, pero la pista de baile de la sala Raspoutine, cerca de los Campos Elíseos, está repleta y seguirá así hasta las 22:00. Es “Fiesta de Divas” en el club, donde decenas de mujeres bailan al ritmo de viejos temas discotequeros.
Los únicos hombres en la sala son los camareros y un animador contratado para lanzar coreografías y “desacomplejar a aquellas que no se atreven a bailar”. “Vamos de fiesta de inmediato, es eficaz”, afirma Julie, una responsable de comunicación de 37 años que llegó directamente al salir del trabajo.
“Es un concepto ‘afterwork’, de siete a diez de la noche, exclusivamente femenino, destinado a las madres, aunque no únicamente. Es para aquellas que quieran desconectar después de la jornada laboral o al salir del túnel de escuela-deberes-baño-cena de los niños”, explica Constance d’Amécourt, que organiza estos eventos con dos amigas.
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El concepto “Mamá se va a bailar” nació en Alemania y en los últimos meses han surgido versiones en varias ciudades de Francia por iniciativa de jóvenes mujeres. Las 260 entradas para la segunda “Fiesta de Divas” en la capital, celebrada en marzo, se vendieron en cinco días.
Las asistentes, en su mayoría entre 30 y 60 años, llegan después del trabajo y muchas van en grupo. “Nos conocimos haciendo kite surf y nos vemos dos veces por mes, en restaurantes o clases de danza. Esta es una actividad más”, explica una doctora.
Flore, que trabaja en recursos humanos y es madre de cuatro niños de entre 3 y 9 años, acude con cinco amigas. En casa “la atmósfera es complicada en este momento, es bueno distraerse, es una burbuja de alegría”, se regocija Martine, de 71 años, a cuyo marido “no le gusta bailar”.
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“Nos sentimos seguras”
“Mi esposo me mostró un documental sobre estas fiestas en Alemania, llamé a personas en el mundo de los eventos, lo mencioné a mi alrededor y me dije ‘¡vale la pena intentarlo!’”, explica una de las organizadoras, Lucie de Gourcuff, que se propone celebrar dos “Fiestas de Divas” en París cada mes.
La tercera está prevista para el 8 de abril en un club que podrá recibir al doble de personas. ¿Por qué sin hombres? “Con la presencia de hombres, las mujeres prestan más atención a su aspecto, se preguntan qué van a pensar de ellas o están en el modo de seducción. Aquí nos liberamos”, confiesa Isaure, madre de dos niños de 5 y 7 años.
“Algunas aprecian no ser molestadas por el género masculino que puede ser un poco insistente en las fiestas. Cuando salgo, no suelto mi vaso por miedo a que le pongan algo. Aquí nos sentimos seguras”, explica Kelly Forêt, de 32 años, que trabaja en el sector inmobiliario y ha lanzado las fiestas “Mamá y sus amigas” en la ciudad de Nantes, en el oeste de Francia.
Los vasos se dejan sobre las mesas sin supervisión. En el bar, se sirve champán sin alcohol, vino rosado, sodas. La fórmula de las “Fiestas de Divas”, por 45 euros (casi 49 dólares), incluye bebidas y un bufet ligero compuesto por salmón, frutas, tomates cherry y pasteles.
Son las 22:00 y el club se dispone a cerrar. “Tengo la sensación de que ya son las dos de la madrugada”, se exclama Indre, madre de dos niños de uno y cinco años. “Pero no estamos ebrias, ni cansadas. A las once estaré en la cama y mañana lista a las siete para el desayuno de los niños”, afirma Elisabeth con una sonrisa.