Nuestra “Pantera guaraní” reveló que competir en su país y frente a su gente es un sueño que le costó 17 años de espera. Camila Pirelli es una de las atletas paraguayas que buscará conquistar una presea en el heptatlón este viernes 14 y sábado 15 de octubre en los Juegos Suramericanos Odesur ASU 2022.
“Ella creyó que podía, entonces lo hizo. Mi niña interior está feliz, cumpliendo su sueño de competir en casa”, reflexionó Pirelli en su cuenta de Instagram junto a una fotografía suya en blanco y negro. La deportista de 33 años ya lleva casi 20 años dedicándose de lleno al atletismo, y cuenta con una historia de superación digna de ser conocida.
Si bien inició este camino siendo nadadora, fue volcándose poco a poco a la pista por situaciones que ella vivió junto a su familia y también porque no tenía los recursos suficientes para convertirse en nadadora profesional. Ayer, antes de cerrar el día en un vivo por Instagram respondió varias dudas de sus seguidores respecto a ella, su vida y lo que le espera en los próximos días. Una de ellas es que está por cumplir uno de sus más grandes sueños.
“Tengo 17 años de trayectoria. Tengo 33 años y tuve que esperar 17 años para competir frente a ustedes, y estoy muy emocionada. Es muy emocionante decirles a mis amigos argentinos, colombianos, venezolanos, uruguayos, brasileños, que a Paraguay no le falta nada”, expresó.
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“Parece hombre”
Así también contó una anécdota que sufrió cuando apenas era una niña que se empezaba a gestar dentro del rubro deportivo. “Cuando tenía 12 años yo ya parecía de 16 por ahí, era altísima para mi edad y desarrollada para mi espalda porque era nadadora cien por ciento. Y me vine a Asunción. Me puse una musculosa, orgullosa yo de mi brazo y de mi hombro”, recordó.
“Famoso los albañiles que te tiran piropos a los 12, 13 años y me dijeron: ‘parece hombre’ y casi me morí porque yo no tenía la personalidad que tengo ahora. Era muy tímida, muy introvertida y dejé de mostrar mi físico. Me puse una campera y nunca más una musculosa”, continuó.
Finalmente mencionó que su mamá “le retó” y que “le hizo entrar en razón” respecto a su cuerpo y que debía aceptarse tal cual era. En medio de su despedida realizó un pedido especial. “Les quiero mucho, recen por nosotros, recen por mí para que todo salga bien. Que disfrutemos, que yo disfrute con ustedes, que se emocionen conmigo”.