Durante la jornada histórica que se vivió este lunes 19 de septiembre por el funeral de Estado en honor a la reina Isabel II en Londres, dos de los corgis de la soberana, Sandy y Muick, estuvieron presentes durante la procesión del féretro en el castillo de Windsor. Isabel y los perros corgis han sido compañeros por muchos años. También uno de sus ponis, Emma, vio el histórico cortejo fúnebre.
El velatorio tuvo lugar en la Abadía de Westminster en presencia de mandatarios de todo el mundo, antes de ser enterrada la monarca en privado en la capilla del Castillo de Windsor. El féretro, cubierto con la corona, el cetro y el orbe -símbolos de la reina-, fue trasladado sobre un fuste de la Royal Navy en manos de decenas de marinos.
Uno de los detalles llamativos de este acontecimiento es que el ataúd de la reina fue fabricado hace más de 30 años por la londinense Henry Smith, una empresa, ahora cerrada, que también construyó el féretro de Felipe de Edimburgo, el esposo de Isabel, y de otras celebridades británicas como Freddie Mercury y Jimi Hendrix, según Infobae.
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El director de la empresa durante una conversación con The Times en 2018 explicó que el roble inglés del que está hecho el ataúd es “muy difícil de conseguir” y que sería “demasiado caro” usarlo ahora. Smith fabricó el cajón utilizando un método llamado caparazón y caja de plomo, en el que un ataúd interior simple se hace de madera, se cubre con plomo y luego se coloca dentro de un ataúd exterior.
¿Por qué? porque este sistema tiene un diseño que evita que entre humedad una vez que sea enterrado en la cripta en la capilla real en Windsor. Hoy se cumplieron 10 días de haberse confirmado el fallecimiento de Isabel II a sus 96 años, poniendo fin a sus más de 7 décadas de soberanía, noticia de impacto internacional, pero sobre todo en Reino Unido.
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