Por Paz Godoy, paz.godoy@nacionmedia.com.

El conductor de Montecarlo/Nación Media, Pablo Rodríguez, brindó varios detalles sobre su infancia en Uruguay, su encanto por la escuela y sus travesuras junto a su hermano. El locutor de “Más despiertos que nunca”, en una charla para La Nación-Nación Media por el especial del “Día del niño”, afirmó que hasta hoy mantiene vivo su espíritu de niño.

“Siempre jugábamos a tirarnos piedras, puntería con mi hermano y yo nunca le acertaba a nada, él tenía mucha puntería y yo estaba escondido detrás de un tacho, digamos, él siempre acertaba el tacho, si yo no me escondía, me pegaba y él ni se escondía porque sabía que yo no tenía puntería, y en una tiré y me escondí, sin darme cuenta escuché un grito y era él, le corté prácticamente con una piedra la cabeza y se fue llorando a casa, después lo que me pegó mi mamá fue monumental”, relató Pablo Rodríguez para La Nación-Nación Media.

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El locutor de Montecarlo/Nación Media recuerda con gran felicidad por haber acertado al ´blanco´, ya que nunca antes lo había logrado: “Esa vez le pude pegar, pero fue sin querer queriendo como se dice”, indicó Pablo. Asimismo, el conductor de “Más despiertos que nunca” afirmó que recuerda su época de infancia desde los 5 a 7 años, “Tengo recuerdos muy lindos de mi infancia, gracias a mis viejos”, confesó Pablo Rodríguez.

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Pablo Rodríguez en sus primeros meses de vida. Foto: Gentileza.

En su infancia, la figura de Nación Media disfrutaba viendoBugs Bunny” y “Silvestre y Piolín”. El locutor se recuerda como un niño muy juguetón: “Era muy inquieto y comilón también, en la escuela me comía la comida de los compañeros, siempre tenía líos mi madre por eso. Si yo veía árboles sí o sí me tenía que trepar, yo estaba convencido de que era un mono, no sé que tenía en la cabeza, pero me encantaba treparme a donde sea”, indicó Pablo para LN/NM.

Asimismo, era un niño que le gustaba ir al aula: “A la escuela recuerdo que me encantaba ir”, dijo el locutor de Montecarlo. Por otra parte, Rodríguez expresó que sigue manteniendo vivo su espíritu de niño. “Yo no puedo ver niños, porque me quedó jugando con ellos, parece que me meto otra vez en la mente de ellos y me pongo a jugar lo que les gusta”, comentó para LN/NM.

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