Eliana Ortega es una mujer ecuatoriana que migró a Estados Unidos en el 2014, precisamente a la ciudad de Nueva York, sin hablar inglés, sin trabajo y con una hija de 8 años. La mujer salió de la capital de Ecuador con sus últimos ahorros, en su país de origen se desempeñaba como ejecutiva de una empresa de seguros, pero en la gran manzana la realidad era muy diferente, hasta que emprendió su negocio de sacar piojos a niños neoyorquinos.

Tomó diferentes trabajos de mando medio como: repartidora de volantes, mesera, personal de limpieza en casas, oficinas, además fue cajera y delivery de pizzas. “Nunca me imaginé que al llegar a Estados Unidos mi vida daría un giro de 180 grados”, afirmó la ecuatoriana para Telemundo.

Según la joven madre, tenía más de un trabajo, pero era imposible sobrevivir hasta fin de mes. Hasta que un día una amiga le comentó que una empresa buscaba personas para matar piojos, Eliana fue a la entrevista y le indicaron que le pagarían 25 dólares la hora, por lo que la mamá aceptó sin dudarlo.

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Su primera clienta la maltrató, según recuerda la latina, fue complicado el trato con las personas por su poco manejo del idioma, pero gracias a la primera mujer que atendió supo el valor real del servicio que prestaba, el precio por sacar piojos era de 175 dólares. Esta confesión motivó a la latina a crear su propio emprendimiento para extraer liendres de la cabeza.

“Me puse a buscar cómo hacer para montar mi negocio y encontré un curso en Florida, en el que me iban a dar los recursos para poder lograrlo”, aseguró Eliana. Luego de dos meses de trabajar en la empresa para sacar piojos, renunció y abrió su emprendimiento, al principio le costó obtener clientes, por lo que ofreció sus servicios en escuelas y a padres de familia.

“Me terminé yendo a las casas de los niños para tratarlos. Ese fue mi arranque y luego me mandaron con sus familiares. Les cobré 80 dólares la hora, la mitad de mi tarifa”. Sus clientes eran de Manhattan, las familias adineradas convocaban a la latina para eliminar los piojos de las cabezas de sus hijos, ya que las personas que padecían esta situación debían ser retirados del centro educativo y retornar una vez que hayan solucionado la situación con los piojos.

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Gracias a Eliana, los hijos de los ricos retornaban a la escuela al día siguiente. La emprendedora, según relata, ganó hasta 3.500 dólares en un día y que sus clientes eran dueños de mansiones, penthouses, entre otras posesiones lujosas.

“Yo iba a cualquier departamento y no lo podía creer, estuve con famosos, directores de cine y hasta visité a un expresidente de Estados Unidos. Todos me han pedido que no los nombre por privacidad, nadie quiere que se sepa que sus hijos tienen piojos, descubrí que esto realmente es un imperio. Es una mina de oro. La industria de la pediculosis humana no está explotada como se debería”, apuntó la ecuatoriana.

En la pandemia, la poderosa emprendedora lanzó un curso online para que otros inicien el emprendimiento de la extracción de piojos. Puesto que su negocio no pudo continuar por las restricciones y la cuarentena, pero su negocio online también resultó ser todo un éxito.

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