El periódico The New York Times, propietario del popular juego de palabras Wordle, modificó a las prisas la solución del lunes pasado, porque se trataba de la palabra “feto”, un término no muy apropiado dada la amenaza que pesa sobre el derecho al aborto en Estados Unidos a evaluación de la máxima corte.
Entre los millones de jugadores diarios de Wordle, “algunos podrían ver una solución obsoleta que parece estrechamente relacionada con un importante hecho de la actualidad reciente. Es completamente involuntario y es una coincidencia”, escribió la directora editorial de la sección juegos del prestigioso diario, Everdeen Mason.
Sin citar la palabra “feto” - fetus en inglés - Mason precisa que las cinco letras fueron generadas y grabadas “el año pasado” antes de que se filtrara la semana pasada un borrador de solución de la Corte Suprema, que, si es adoptado tal cual redactado, hará retroceder a Estados Unidos 50 años atrás y dejaría en manos de cada estado la legislación sobre el aborto en su territorio.
“En la sección juegos del New York Times, nos tomamos en serio nuestra función de espacio de diversión y evasión, y queremos que Wordle permanezca alejado de las noticias de actualidad”, agrega Everdeen Mason. Sin embargo, “Cuando descubrimos la semana pasada” que “esta palabra en particular (no la menciona) era la solución del día, era demasiado tarde para modificarlo”.
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“Queremos precisar que es algo muy poco habitual”, insistió el diario, que a mediados de febrero anunció haber limpiado Wordle de palabras “hirientes o groseras”. El The New York Times, que cuenta con una de las mayores redacciones del mundo, busca desde hace años diversificarse para ganar abonados y en enero compró este juego convertido en un éxito rotundo por varios millones de dólares.
En las redes sociales, algunos internautas compartían las dos soluciones del día, “feto” y otra palabra mucho más anodina y algunos se mostraban incluso avergonzados de las precauciones extremas adoptadas por el diario, de tendencia de centro-izquierda. El comité editorial del The New York Times, que reúne a periodistas de su sección de opinión, se posicionó la semana pasada a favor del aborto en un editorial titulado “Estados Unidos no está listo para el fin de Roe versus Wade”, el nombre del histórico fallo que lo autoriza desde 1973.
Fuente: AFP.
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The New York Times pide a Biden que abandone la carrera por su reelección
El periódico más influyente de Estados Unidos, The New York Times, pidió este viernes al presidente Joe Biden en un editorial que abandone su campaña por la reelección y permita que otro demócrata desafíe a Donald Trump en los comicios de noviembre.
Describiendo a Biden como “la sombra de un gran servidor público”, el consejo editorial del diario aseguró que el debate de la víspera entre Biden y Trump demostró que el mandatario de 81 años “no pasó su propia prueba”. “El mayor servicio público que el señor Biden puede hacer ahora es anunciar que no seguirá presentándose a la reelección”, añadió.
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“Puedo hacer este trabajo”
“Puedo hacer este trabajo”, dijo Joe Biden este viernes en un mitin después de un desastroso debate contra el republicano Donald Trump que sembró pánico entre los demócratas.
“Ya no camino con tanta facilidad como antes, no hablo con tanta fluidez como antes, no debato tan bien como antes, pero sé lo que sé: sé cómo decir la verdad”, dijo Biden en un mitin en Carolina del Norte (este).
“Les doy mi palabra de Biden. No volvería a postularme si no creyera con todo mi corazón y toda mi alma que puedo hacer este trabajo, porque, francamente, hay mucho en juego”, añadió el presidente estadounidense, que afirma tener “la intención de ganar” en este reñido estado del sudeste del país.
“Sé distinguir el bien del mal. Sé cómo hacer este trabajo. Sé cómo hacer las cosas. Sé, como saben millones de estadounidenses, que cuando te derriban, te vuelves a levantar”, añadió. No prevé por lo tanto retirar su candidatura.
El demócrata recibió un fuerte apoyo del expresidente Barack Obama, quien sigue siendo una de las voces más respetadas del Partido Demócrata. “Las noches de debates malos ocurren”, dijo.
Incluso Trump aseguró en un mitin que no cree que su rival tire la toalla “porque le va mejor en las encuestas que cualquiera de los demócratas de los que están hablando” para sustituirlo.
Biden, de 81 años, estaba casi irreconocible este viernes, después de los 90 dolorosos minutos que pasó el jueves por la noche, cuando titubeó y dejó las frases inacabadas ante millones de telespectadores.
Llanto por el amigo
A su lado, su esposa Jill Biden, muy implicada en la carrera por la reelección de su marido, lució un vestido blanco y negro con múltiples estampados con la palabra “vota”.
El bando de Biden espera que en noviembre la terrible impresión que dejó el jueves por la noche se haya desvanecido y que la gente se quede con las “mentiras” difundidas por Donald Trump y la preocupación por la democracia estadounidense.
Será difícil. El discurso de Raleigh evidentemente no tiene la repercusión del debate organizado por la CNN en términos de audiencia.
Según el Instituto Nielsen, este último atrajo a 51 millones de espectadores.
“Joe Biden, un buen hombre, un buen presidente, no está en condiciones de presentarse a la reelección”, escribió el viernes un columnista del New York Times, Thomas Friedman. Reconoce que “lloró” por el desempeño de su “amigo” Joe Biden.
Incluso los partidarios de Donald Trump intentaron no añadir más leña al fuego.
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“Ese tipo casi me entristece. Trump se lo comió vivo”, comentó Paul Meade, un jubilado de 65 años a la AFP en Chesapeake, Virginia (este), donde se espera por la tarde un mitin del millonario de 78 años.
Fuente: AFP
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Presidente mexicano filtró número telefónico de periodista
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se justificó por haber filtrado el número telefónico de una periodista del diario The New York Times, quien publicó un reportaje sobre supuestos vínculos de allegados al mandatario con narcotraficantes.
López Obrador leyó el jueves pasado el número durante su habitual conferencia de prensa mientras revelaba un cuestionario que le envió el diario estadounidense para la nota, lo que motivó una investigación de la entidad encargada de la protección de datos, así como críticas del periódico y de organismos de defensa de la libertad de prensa.
“No puede haber ninguna ley por encima de un principio sublime que es la libertad”, argumentó el mandatario este viernes, cuando le preguntaron si la difusión del número no suponía acaso una violación de las normas de protección de datos personales.
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A su juicio, debe prevalecer la transparencia. “¿Qué pasa cuando esta periodista me está calumniando? Me está vinculando a mí y a mi familia (con el crimen organizado) sin pruebas”, se defendió López Obrador, enfrentado a un sector de la prensa al que acusa de servir a intereses privados.
The New York Times consideró el jueves que la filtración supone una “táctica preocupante e inaceptable (...) en un momento en que las amenazas contra los periodistas van en aumento”. Este viernes, organizaciones defensoras de la libertad de expresión criticaron que el mandatario izquierdista no se hubiera disculpado.
López Obrador “dijo explícitamente hoy que las leyes en el país no le aplican a él, que la violación de ellas por parte de él es intencional y que no le importan las consecuencias para el ejercicio de los derechos fundamentales”, escribió en X (antes Twitter) Jan-Albert Hootsen, representante en México del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ).
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El presidente “debería de pedirle una disculpa a la periodista”, señaló a la televisora Milenio Balbina Flores, portavoz de la organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF), luego de haber catalogado el jueves este episodio como una “represalia”. México registra unos 149 asesinatos de periodistas desde 2000, de acuerdo con esa organización.
Según The New York Times, una pesquisa de funcionarios estadounidenses “descubrió información que señalaba posibles vínculos entre operadores poderosos de los cárteles y funcionarios y asesores cercanos” a López Obrador antes de ser presidente y ya en el poder. Sin embargo, subrayó que “Estados Unidos nunca abrió una investigación formal al gobernante mexicano y los funcionarios que estaban haciendo la indagación al final la archivaron”.
Otros dos reportajes similares salieron en las últimas semanas en medios internacionales basados en fuentes anónimas estadounidenses, lo que López Obrador atribuye a un intento por descarrilar la candidatura de la oficialista Claudia Sheinbaum, favorita para las presidenciales del 2 de junio.
Fuente: AFP.
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El origen de la sopa paraguaya despertó el interés de New York Times
El famoso diario The New York Times destacó este martes a la tradicional sopa paraguaya y se abocó a investigar sus orígenes en un material especial. “¿Qué delicioso error llevó a la creación de este plato nacional?”, se preguntó el prestigioso periódico neoyorquino en un intento por difundir las raíces de la cultura gastronómica paraguaya.
Para The New York Times, todo el mundo está de acuerdo en que la sopa paraguaya “es un pan de maíz único”, elaborado a partir de harina de maíz, queso, leche y huevos, cuyos orígenes históricos aún se debaten. Fue así que en su edición del 23 de enero el medio estadounidense indagó sobre los orígenes históricos de este emblema nacional, que se remontarían a mediados del siglo XIX, en plena administración de Carlos Antonio López.
Según el periódico neoyorquino, en la época de Carlos Antonio López, a menudo se servía sopa de maíz en el almuerzo. No obstante, un día, el chef del presidente no cuidó la cantidad de harina de maíz y le añadió demasiada. En un intento por preparar el plato, el cocinero metió la sopa en el horno y la sirvió al presidente como pan de maíz. Al mandatario le gustó tanto que decretó el menú como plato nacional y decidió que se llamaría sopa paraguaya.
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De ahí que Cristina Morales, la autora del material dedicado a la sopa paraguaya, se pregunta si la creación del tradicional plato paraguayo fue solo cuestión de azar. “Este pan de maíz, de consistencia densa y con un rico contenido de queso, proviene de una cuestión que divide a los historiadores: ¿fue el resultado de un desmedido empeño de un chef presidencial?”, cuestionó en el material.
Otras fuentes apuntan en el material que fueron en realidad los cario-guaraníes quienes probablemente usaban maíz nativo y horneaban un tipo similar de pan cuando aprendieron sobre los lácteos gracias a los colonos españoles. Por este motivo, se cree que esta receta ya estaba muy arraigada en los hogares paraguayos previo al “error” del chef presidencial.
Una historiadora de la Universidad Estatal de Buffalo, Bridget María Chesterton, colaboró en la elaboración del material especial y aseguró que la primera receta de sopa paraguaya fue publicada en un libro de cocina de 1931 de Raquel Livieres de Artecona. Más allá de sus orígenes, a criterio del The New York Times, este alimento es emblemático no solo por su sabor, sino también por su historia y el papel que desempeña en la identidad gastronómica de Paraguay.
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Barco Aquidabán, un supermercado flotante de la selva, según un periódico de EE. UU.
El legendario barco Aquidabán es uno de los principales medios de transporte para las comunidades ribereñas del departamento de Alto Paraguay. Durante 44 años, esta embarcación blanca de madera ha sido el servicio regular de ferry de la localidad, que en su nivel inferior funciona como un supermercado flotante.
El Aquidabán es el protagonista del periódico estadounidense The New York Times, en el que se lo describe como un viejo barco de río que se traslada por el mayor humedal del mundo, desplegándose como ferry, supermercado, carguero y bar. “El barco ha atraído durante mucho tiempo a pintorescos personajes”, resalta el material.
Es el único ferry en una de las zonas más remotas de Sudamérica y ahora puede desaparecer, menciona una parte del artículo. Relata que por la plancha de desembarco de madera, en una sola fila, casi todo un pueblo indígena se apiñaba en la cubierta frontal del Aquidabán, también los tomarahos habían tomado la embarcación río abajo para votar en las elecciones nacionales de Paraguay y luego durmieron cuatro días a la intemperie en espera de que el bote los regresara a casa.
Más de 200 de ellos estaban en cuclillas sobre baldes volteados al revés, apretujados en hamacas y desparramados por el suelo. Nadie sabía a ciencia cierta cuántos chalecos salvavidas había a bordo, pero casi todos estaban seguros de que los tomarahos los superaban en número.
“Desde que yo era chiquita ya había Aquidabán”, dijo Griselda Vera Velázquez, de 33 años, una artesana en la aldea tomaraho, donde no hay carretera. Suele tomar la embarcación para llevar a su hija con síndrome de Down a los especialistas médicos a 640 kilómetros de distancia. “Nosotros no tenemos camino”, agregó y expresó: “Estamos aislados”.
El material periodístico continúa relatando las escenas en el Aquidabán. Dice que cerca de ahí, cuatro vaqueros bebían una cerveza tras otra, lanzando las vacías al río, camino a un turno de trabajo en los campos ganaderos que duraría un mes. Una madre de seis, en una vacación luego de un divorcio, se balanceaba en el barandal de la cubierta, gritando para un video destinado a sus amigos en Facebook. Arriba, una joven pareja indígena acunaba a su hija de 17 días de nacida en el largo trayecto del hospital a la casa.
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Una embarcación blanca de madera
Durante 44 años, esta embarcación blanca de madera de 40 metros de largo ha sido el servicio regular de ferry para llegar a esta espesura del Pantanal, un terreno inundable más grande que Grecia, recorriendo 800 kilómetros del río Paraguay de martes a domingo, llevando desde motocicletas de cross hasta recién nacidos. Su nivel inferior es un supermercado flotante, con 10 vendedores que ofrecen frutas y verduras, carnes y dulces desde las mismas bancas en las que duermen. El comedor del barco es el único lugar donde muchas comunidades pueden hallar cerveza fría.
Pero tan vital como ha sido el Aquidabán para los locales, sobre todo las personas indígenas, para viajar con libertad por su hogar selvático, también es un crisol de la mezcla cultural que hace mucho caracteriza a Paraguay. Este país sudamericano sin salida al mar de siete millones de habitantes durante generaciones ha atraído a un desfile constante de zelotes, idealistas, utopistas y desadaptados extranjeros. Y durante décadas, el barco ha sido uno de los pocos lugares donde todos estos grupos se mezclaban.
A bordo van misionarios mormones y granjeros menonitas, jefes indígenas y chef japoneses. Madres amamantan en hamacas a niños pequeños, campesinos amarran pollos a los barandales de la cubierta y cazadores venden capibaras sin cabeza, pero ahora las travesías de la embarcación podrían llegar a su final.
Paraguay ha estado trazando nuevas carreteras por todo el norte apartado, como parte de un proyecto para construir un corredor transcontinental de Brasil a Chile a fin de conectar los océanos Atlántico y Pacífico. Dichas carreteras y otras han mermado las ventas de carga del Aquidabán y la familia que maneja el bote dice que el negocio se hunde.
“Hay muchas partes que están rotas, y para arreglar eso no sobra la plata”, dijo Alan Desvars, de 35 años y uno de los dueños del navío, de pie en la cubierta frontal con una camiseta de thrash metal alemán. Añadió que este puede ser el “último año” que viaja el barco.
La embarcación
“El Aquidabán es ruidoso y sucio. La comida, sospechosa. La tripulación, malhumorada. Los mosquitos, voraces. Y para el cuarto día el aire pesa con los aromas de los productos agrícolas que se malogran, el ganado y los rancheros que vuelve luego de pasar meses en el campo”, describe el periódico internacional.
Sin embargo, comenta que para los Desvars, una familia constructora de buques, es la niña de sus ojos. Los Desvars se iniciaron vendiendo canoas por el río hace casi un siglo. Con el tiempo, la generación más joven se dio cuenta de que las comunidades ribereñas más alejadas requerían algo más que canoas. Requerían todo.
Así que construyeron un navío con forma de zapato largo hecho de la madera rosa del lapacho e impulsado por el motor de un viejo camión Mercedes y lo bautizaron Aquidabán, en honor a un afluente cercano. Fue un éxito instantáneo. Luego de su lanzamiento en 1979, la tripulación en ocasiones tuvo que bajar pasajeros en los puertos para que no se hundiera.
Desde entonces, el Aquidabán y sus aproximadamente 10 tripulantes y 10 vendedores han atravesado el río 51 semanas del año, algunos de ellos durante más de 25 años. “Es como una familia”, comentó Desvars. “Hay con quien te llevas mejor, con quien te llevas peor, a veces lo quieres matar”, dijo.
Un tour demora apenas unos minutos. El cavernoso pozo de almacenamiento está repleto de cajones de leche, tanques de aceite y televisores. Los artículos de dimensiones extrañas -motocicletas semiautomáticas, un armario con espejo, una cabra- van en la cubierta. Dentro, los vendedores ofrecen banana, pollos congelados y desodorante.
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