El lunes pasado, Nueva York fue escenario de una de los eventos del mundo de la moda más importantes del año, la Met Gala 2022, a la cual asistieron todas las celebridades luciendo increíbles looks que fueron desde lo más versátil hasta el impresionante estilismo de Blake Lively, propuesto por Versace.
Kim Kardashian fue otra de las figuras que logró impactar gracias al vestido de Marilyn Monroe que la diva utilizó hace exactamente 60 años en un famoso momento, cuando cantó feliz cumpleaños al presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy. El mítico traje de Jean Louis, que lleva incrustado 6000 cristales bordados a mano, está valuado en US$ 10 millones.
¿Cómo logró entrar en el vestido?, fue la gran interrogante, teniendo en cuenta que la forma del cuerpo de Kim Kardashian es completamente distinto al de Marilyn Monroe. La respuesta se viralizó un par de días después de la prestigiosa gala, a través de una grabación que muestra paso a paso todo el proceso que atravesó la celebridad para lucir la mítica pieza.
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Bajó 7 kilos
Y para ello, la influencer y empresaria se sometió a varios ejercicios, tratamientos y una rigurosa dieta, con lo que bajó siete kilos en tres semanas. “Usaba un traje de sauna dos veces al día, corría en la caminadora, corté por completo todo el azúcar y todos los carbohidratos, y solo comí las verduras y proteínas más limpias. No me morí de hambre, pero fui muy estricta”, declaró al respecto.
De acuerdo a portales internacionales, Kim expresó: “La idea realmente me vino después de la gala en septiembre del año pasado. Me dije a mí misma, ¿qué hubiera hecho yo por el tema americano si no hubiera sido el look de Balenciaga? ¿Qué es lo más americano que se te ocurre? Y esa es Marilyn Monroe”.
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También dijo: “Siempre pensé que Marilyn Monroe tenía muchas curvas. Me imaginé que podría ser más pequeña en algunos lugares donde ella era más grande y más grande en lugares donde ella era más pequeña. Entonces, cuando no me quedó bien, quise llorar porque no se puede modificar en absoluto”.
Finalmente, luego de mucho sacrificio, la mayor de las Kardashian, que mide 1.57 de altura, alcanzó su meta: meterse al vestido de la rubia más famosa de todos los tiempos, Marilyn Monroe. Pero dejó preocupados a muchos, quienes consideran que de esta manera Kim lo que hace es promover la cultura de las dietas milagro, calificadas como muy peligrosas.