Hace aproximadamente dos décadas que el furor de las motos se trasladó desde las ciudades a las comunidades rurales, donde los desplazamientos de un lugar a otro se realizaban casi exclusivamente por medio de caballos, burros o mulas. Ahora, con la escalada de los precios de combustibles, una inusitada situación que no parece tener visos de una pronta solución, en varias zonas del interior del país los pobladores vuelven a recurrir a los fieles amigos equinos para trasladarse.

Según reporta un portal de noticias de Itapúa, en el distrito de San Pedro del Paraná los estudiantes y profesores de una institución retomaron la costumbre de moverse a caballo, encontrando así una rápida salida ante el constante incremento del gasoil. En efecto, varios de los miembros de la comunidad educativa del colegio Augusto Roa Bastos decidieron dejar en sus casas sus motocicletas y en su lugar tomaron de nuevo las riendas de sus caballos para asistir a las clases en la localidad de Curupicay.

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Si bien movilizarse de esta manera es más lento, el hecho de que este medio de transporte no requiera de combustible es una razón más que suficiente para volver a mimar a los leales équidos, que solo precisan de un poco de pasto y agua para que recuperen las energías tras un viaje de algunos kilómetros.

Itapúa en Noticias compartió las imágenes de un seguidor al que se lo ve feliz montado en su caballo blanco de manchas grises recorriendo el predio de su colegio a bordo de su “4x4 de tracción a sangre”, como señala jocosamente el estudiante, quien destacó que su móvil, además de trasladarlo gratis, “mientras estamos en clases corta el pasto de la cancha de fútbol”.

En los comentarios en las redes sociales algunos se muestran a favor de volver a esta práctica debido a la actual crisis económica que se vive en el país, en tanto que otros señalaron que los caballos requieren de más cuidados de los que se acostumbra dar a estos animales, que no solo es cuestión de darles pasto y agua, sino que también necesitan de una atención veterinaria regular, lo que también implica un gasto económico.

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Un móvil más ecológico

Según algunos estudios sobre ecología, el uso de estos animales reduciría en un 25% la emisión de gases de efecto invernadero. Con un caballo se puede recorrer entre 15 y 25 kilómetros diarios yendo al paso, en trayectos de entre 6 y 8 horas, dependiendo de la inclinación del terreno, pero lo recomendable es alternar la monta con caminar a su lado.

Expertos en etología equina recomiendan no emprender viajes de larga distancia a no ser que el animal “esté entrenado, tenga al menos 5 años y la marcha incluya materiales adaptados para no provocarle rozaduras”, pues las heridas pueden tardar en curarse.

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