En una tragedia, es prácticamente imposible que la desesperación, la impotencia y la angustia no se apoderen de quien o quienes la están padeciendo. Esto fue lo que ocurrió durante el tiroteo en San Bernardino, durante un concierto multitudinario, que terminó con dos personas muertas y varios heridos, en pleno ajuste de cuentas entre narcotraficantes.
Entre los fallecidos, desafortunadamente está la influencer Cristina “Vita” Aranda, esposa del jugador de fútbol del Club Olimpia, Iván “Tito” Torres; ambos se encontraban en el lugar, disfrutando del concierto cuando ocurrió lo peor, una bala alcanzó en la cabeza a Vita, quien no resistió y finalmente murió en el Hospital Nacional de Itauguá, hasta donde tuvo que ser trasladada a falta de un centro asistencial más cercano.
A días de cumplirse una semana del horror, su marido y sus familiares relataron las falencias de la atención que recibió Vita e hicieron especial hincapié en que fue trasladada en una ambulancia que no tenía los equipos mínimos de urgencia y también aclararon que no fue intubada.
Incluso, el Consejo Nacional de Salud, a través de la Superintendencia de Salud, anunció ayer que iniciará una investigación sobre el evento, por resolución Nº 11/2022, por lo que solicitará informes a los responsables de la organización del evento sobre si se contaba con cobertura de servicio de ambulancia y de ser así, requerir los contratos o convenios correspondientes para dilucidar las denuncias respectivas.
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Este viernes, la empresa a cargo del servicio de ambulancia que auxilió a Vita reveló a la radio 1080 que no la intubaron a causa de los familiares de la misma, a quienes culparon de actuar de manera prepotente contra el personal de salud que llegó la asistir a la influencer.
Elvio Varela, gerente de la empresa Servicio de Ambulancia y Emergencia (SAE), contó que hace cinco años vienen trabajando con la empresa G5pro y que para el evento del domingo contaban con tres ambulancias, dos de soporte avanzado y una de alta complejidad. En ésta auxiliaron a Vita, subrayó y precisó que “no se llegó a intubar por cuestiones de que ellos (los familiares) estaban encima de nosotros”.
Varela aseguró sí tenían un equipo de intubación y que se bajó a pedido del cardiólogo y médico del Club Olimpia que se encontraba en el lugar, Rubén Servián, el primero que asistió a Vita. Agregó que existen fotografías de que el aparato fue bajado, pero aclaró que ya no se lo llegó a subir a la ambulancia porque se perdió entre la multitud.
“El hermano y el doctor Servián tomaron nuestra ambulancia y se pidió el equipo de intubación que nosotros bajamos y llevamos hasta el sitio donde estaba. Allí no se le llegó a intubar por cuestión de que ellos (familiares) estaban encima de nosotros. No se pudo por la presión del hermano de la víctima”, remarcó a la 1080.
El gerente argumentó que el personal de salud estaba capacitado para la asistencia, pero que no podían ni trabajar a causa de que todos los familiares de Vita subieron a la ambulancia. Ni el médico de la empresa pudo acompañarles hasta el hospital de Itauguá; sumado esto al caótico tráfico.
“No es que era un taxi con sirenas, como dicen los familiares”, enfatizó Varela y aclaró que no buscan culpar a nadie de lo ocurrido, sino dejar constancia del porqué no la llegaron a intubar. “La presión era impresionante, inclusive recibimos amenazas constantes del familiar. Le gritaban al conductor y al paramédico, en forma prepotente”, concluyó.