“Atención mayoristas, atención todo el mundooo, amigaaaaaaa estoy que quiero regalar tooooodoooo lo nuevo que acaba de llegar. Ejukeee tempraaano amiga… así llevas todo lo más lindo y en todos los calces que quieras!”, decía una publicación de “Fabrica de Calzados Yani Colman” en Facebook en 2019, antes de la pandemia.
Ese estilo de marketing en redes sociales, y el carisma de su emprendedora, que llegó a convertirse en influencer de sus propias ventas, hicieron que Yani Colmán sea un nombre de marca asociado al calzado nacional, económico y de buena calidad.
Este martes pasado se confirmó el fallecimiento de la empresaria, que tenía 29 años, en su vivienda en San Lorenzo. Yanina Elizabeth Ramírez Colmán deja una historia de superación, la historia de una mujer con un talento natural para la venta y el ingenio publicitario; pero también una historia dura y compleja, que hoy desemboca en tres hijos huérfanos.
Empezando de cero
“Nací pobre, pero con gustos caros”, bromeaba Yani, cuando hablaba sobre sus comienzos como vendedora ambulante, faceta que comenzó cuando tenía 15 años de edad. Por entonces, sus padres se dedicaban también a la venta de ropas en la calle, y ella hacía lo propio vendiendo helados y ropas que hacía su mamá. Hasta que encontró su gran oportunidad de negocios dentro del rubro del calzado, cuando le llamó la atención una importadora de zapatos.
Así, gastó 200 mil guaraníes para sus primeras mercaderías: unos seis pares de calzado. “Decidí que iba a ganar entre 5 mil a 10 mil por cada prenda para poder hacerme conocida y tener muchos clientes. Eso fue lo que me ayudó y empecé a comprar calzados para reventa en el Mercado 4. Los que hacen los calzados vieron que yo vendía mucho y me buscaron para trabajar conmigo y así fue que pude abrir mi propio local”, contó al diario Crónica en 2019.
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Posteriormente, en 2014, su visión empresarial la llevó a habilitar una fábrica de calzados nacionales, apostando por la calidad de producción, a la par de precios accesibles, por lo que era posible comprar un buen zapato de la línea Yani Colmán por solo 20 mil guaraníes.
Paralelamente, a mediados de 2015, Fábrica de Calzados Yani Colmán abrió su página en Facebook, y su propietaria se convirtió en una estrella virtual, con su estilo “arriero porte”, sencillo, directo y jocoso; que sus transmisiones en vivo llegaban a 250 mil reproducciones. Desde 2016, el éxito de Yani llegó a las primeras notas en los medios de comunicación.
Pronto, este emprendimiento llegó a tener clientes en todo el país, tanto minoristas como mayoristas, incluso con envíos de mercaderías a países vecinos. Mientras su tienda en San Lorenzo, sobre la calle Pirizal (detrás del IPS Ingavi), siempre se llenaba de compradores, y los sábados de feria convocaban masivamente a su creciente clientela. La fábrica llegó a producir 300 pares de calzados por semana, aunque esta cantidad se incrementaba en temporada invernal.
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“Che la Reina”
“Nuestra pérdida es tan grande y tan dolorosa que lo único que nos queda es recordar la hermosa sonrisa de nuestra Che la Reina”, refiere el último posteo de la empresa, en relación a la muerte de su fundadora. La página de Fábrica de Calzados Yani Colmán supera actualmente 659 mil seguidores.
Sin embargo, volviendo a su historia, la “kuña guapa” perdió la marca que lleva su nombre en una disputa legal con su exmarido, y en 2019 empezó nuevamente de cero con otra marca: “Che la Reina by Yani Colmán”, que abrió con dos locales sobre la ruta Mariscal Estigarribia, en Fernando de la Mora, en el kilómetro 7 (cerca de Calle Última) y en el kilómetro 10 (hacia la iglesia Domingo Savio).
De vuelta, la joven madre encontró el camino al éxito, superando incluso la crisis económica que conllevó la cuarentena total de la pandemia en el primer semestre de 2020; celebrando una animada reapertura en redes para convocar nuevamente a su fiel clientela, que hasta recibió serenatas con la canción de Emiliano R. Fernández que eligió para nombrar a su nueva empresa. Deja Yani Colmán la imagen de una incansable trabajadora, que luchó por alcanzar sus sueños.