El escritor español Álvaro Pombo fue distinguido este año con el Premio Cervantes, el más prestigioso de las letras en castellano, por su “extraordinaria personalidad creadora”, anunció ayer martes el ministro español de Cultura, Ernest Urtasun. “Álvaro Pombo ha creado aquello que define a los grandes escritores, un mundo literario propio, imperecedero e imprescindible, que conmueve y que conduele”, indicó Urtasun al leer el fallo del jurado, que quiso ensalzar en esta edición a este veterano autor por su “extraordinaria personalidad creadora, su lírica singular y su original narración”.
Nacido en 1939 en Santander, en el norte de España, Pombo es un prolífico autor con una obra diversa construida a lo largo de cinco décadas de publicaciones de varios géneros, atravesadas sin embargo por una mirada muy personal donde es frecuente la ironía y el humor. “A su notabílisimo nivel como poeta y ensayista se une el ser uno de los grandes novelistas de nuestra lengua, que indaga en la condición humana desde las perspectivas afectivas de unos sentimientos profundos y contradictorios”, resaltó Urtasun al leer la valoración del jurado que presidió Luis Mateo Díez, ganador del Cervantes el año pasado.
Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid, y con estudios posteriores en Londres, Pombo hizo su debut literario en 1973, al publicar todavía desde Inglaterra “Protocolos”, un poemario que había escrito en los años sesenta. Un año después llegaría “Variaciones”, por el que recibió el premio El Bardo para poetas nóveles.
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En 1977 publicó el libro “Relatos sobre la falta de sustancia”, doce cuentos por donde desfilan una serie de originales personajes. Aunque a partir de entonces prestaría más atención a la narrativa, Pombo jamás abandonaría completamente la poesía.
Sus novelas le valdrían numerosos reconocimientos, como el primer Premio Herralde que conquistó con “El héroe de las mansardas de Mansard” (1983), donde traza la historia de una familia de la alta burguesía santanderina, o el Premio Nacional de Narrativa que se llevó en 1997 por “Donde las mujeres”.
Miembro de número de la Real Academia Española de la Lengua desde hace dos décadas, su exitosa faceta como novelista le dio también populares reconocimientos como el Premio Planeta en 2006 con “La fortuna de Matilda Turpin” o el Nadal de 2012 por “El temblor del héroe”.
Con un fugaz paso por la política con un partido centrista ahora desaparecido, Pombo, conocido por su irónico aire bohemio, ha seguido cosechando reconocimientos como el Premio Francisco Umbral 2023 por su novela “Santander, 1936″, basada en una historia real en los meses previos al estallido de la Guerra Civil española.
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Con una dotación de 125.000 euros (unos 132.000 dólares), el Cervantes es, sin embargo, el premio más prestigioso de las letras en lengua castellana. El galardón se entrega cada 23 de abril, aniversario del fallecimiento de Miguel de Cervantes, en la Universidad de Alcalá de Henares, localidad cercana a Madrid donde nació en 1547 el autor de “Don Quijote de la Mancha”.
Durante una ceremonia solemne, el galardonado recibe el premio de manos de los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, en el paraninfo de la universidad.
Desde que se empezó a otorgar en 1976, la distinción ha recaído en autores como Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Mario Vargas Llosa, Camilo José Cela, Guillermo Cabrera Infante, Álvaro Mutis, Ana María Matute, Eduardo Mendoza, Carlos Fuentes, Nicanor Parra, Sergio Ramírez, Cristina Peri Rosi o Rafael Cadenas.
El año pasado el ganador fue el novelista y ensayista español Luis Mateo Díez, con el que se recuperó brevemente la costumbre de alternar a autores de ambos lados del atlántico en el palmarés. Esta tradición, ya alterada en las últimas ediciones, volvió a romperse ahora con la designación de Pombo, que encadena de nuevo a dos premiados españoles.
Fuente: AFP.