El almuerzo de despedida a la reina Letizia en Mburuvicha Róga estuvo rodeado de mucha expectativa, especialmente por las especulaciones sobre cómo luciría la esposa del rey de España en su último acto antes de regresar a su país. La gran pregunta era si dejaría a un lado su “uniforme de cooperante” y sorprendería a todos con uno de esos atuendos tan sofisticados con los que suele impactar en sus compromisos oficiales.
La ocasión hubiera sido perfecta para que doña Letizia diera una vez más cátedra de moda, eso que tal vez esperaba la diputada Celeste Amarilla y que no vio al arribo de la ilustre visitante. La congresista criticó la informalidad del vestuario de la reina en plena sesión de Diputados.
“Vino con ropa ni siquiera de calle, con el uniforme. Me pregunto hasta dónde esto en la jerga protocolar no es un desprecio. Por un lado celebro la sencillez de la señora, pero por otro lado me molesta que cuando se va a otros países se va con atuendos que fácilmente superan los 10.000 dólares, haciendo honor de alguna manera al lugar que visita”, dijo, entre otras cosas, Amarilla, lo que le valió sendas críticas por parte de la ciudadanía.
A través de las redes sociales los internautas expresaron su completo rechazo ante tan irreverente reacción de la legisladora.
Fiel a su estilo
Pero no, Letizia de España, una mujer de mucho carácter y de fuertes convicciones, se mantuvo fiel a su estilo y se presentó a la cita con el mismo look cómodo que lució en toda su estancia en Paraguay y que lleva siempre en cada viaje de cooperación: camisa blanca básica, pantalones, botas militar camel y el controvertido chaleco rojo de la Agencia de Cooperación Española, prenda que por cierto fue confeccionada por una empresa nacional.
La anfitriona, Silvana López Moreira de Abdo, la recibió también con el mismo atuendo con el que desarrolló sus actividades por la mañana. La esposa del presidente Mario Abdo Benítez vestía una blusa étnica y palazo en tonos marrón y verde, y unas cómodas alpargatas de tejido natural con nudos en los tobillos; esta vez ya sin el chaleco marrón del Despacho de la Primera Dama que llevó en casi todos los actos de la agenda.
Y es que, más que un almuerzo de agasajo, fue un encuentro de trabajo a la hora del almuerzo.
Celebrada a puerta cerrada, la reunión tuvo contados invitados especiales, entre ellos, el canciller nacional Euclides Acevedo; la ministra de Trabajo, Carla Bacigalupo; la ministra de Turismo, Sofía Montiel; la ministra de la Niñez y la Adolescencia, Teresa Martínez, y el embajador Federico González, asesor de Asuntos Estratégicos de la Presidencia. También estuvieron acompañando a la reina sus colaboradores más cercanos en materia de cooperación internacional.
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Obsequios reales
La pareja presidencial obsequió a la reina un elegante tapado de ao po´i, hecho por maestras artesanas de la ciudad de Yataity, departamento del Guairá. Se trató de una pieza de autor de la diseñadora Gaba Esquivel para su marca de moda sustentable RUE Mariscal, que combina lujo contemporáneo y la técnica ancestral de bordado a mano de puntos, que evocan con su iconografía el imaginario colectivo de la cultura e identidad de la nación paraguaya.
Doña Letizia, una gran conocedora y exponente de la moda, quedó encantada con el atuendo. La reina también se llevó a España una artesanía llamada “Che Sy”, modelada a mano en ñai´upo (barro del estero) y engobe de tierra colorada. Una obra emblemática hecha por artesanos de la ciudad de Itá en homenaje a las madres.
Finalmente, conociendo el buen gusto de la reina, la primera dama eligió otro regalo exquisito para la ilustre visitante: unos pendientes de línea moderna fabricados con la técnica de la orfebrería tradicional, con finos hilos de plata fundidos minuciosamente y bañados en oro. Una pieza de autor diseñada y elaborada por maestros artesanos de la ciudad de Luque.
Los últimos momentos de su estancia en Paraguay, doña Letizia los quiso disfrutar de una forma amena y relajada, sin mucho protocolo. Se la vio muy espontánea durante el almuerzo, compartiendo charlas con los invitados y comentando sus impresiones sobre la experiencia vivida en tierras guaraníes.
Se mostró conforme con los proyectos apoyados por la Cooperación Española en Paraguay y reafirmó el compromiso de seguir colaborando con el desarrollo del país, en especial en las áreas de educación, salud, cultura y empoderamiento de la mujer.