“¡Viejos los trapos!” habrá dicho su majestad al informársele que la nominaron a un premio por su senectud. A los 95 años, la reina Isabel II de Inglaterra se sigue sintiendo joven de espíritu, dinámica y con buen ánimo para seguir cumpliendo con sus obligaciones reales.
Su espíritu está tan firme que la monarca más longeva del mundo no cree que reúne los parámetros para recibir una distinción como la del “anciano del año”, porque, al decir de la soberana, “eres tan viejo como te sientes”.
En efecto, la madre del príncipe Carlos (72), quien sigue esperando con férrea paciencia ser alguna vez coronado, se negó a aceptar un galardón reservado a las personas ancianas, conferido por la revista británica The Oldie.
Este medio, que pretende ser una alternativa “desenfadada” a una prensa “obsesionada con la juventud y la celebridad”, anunció que había propuesto al Palacio de Buckingham otorgar su “Oldie of the Year” (“viejito del año”) a la soberana que pronto celebrará siete décadas en el trono.
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El martes se hizo público una carta a la citada revista explicando el rechazo. Enviada el 21 de agosto desde el castillo de Balmoral, en Escocia, donde la Reina pasa los veranos, la misiva estaba firmada por su secretario privado adjunto, Tom Laing-Baker. “Su majestad cree que eres tan viejo como te sientes y, por lo tanto, no cree que cumplir los criterios para aceptar” el galardón, explicó.
Por el contrario, el esposo de la reina, el príncipe Felipe de Edimburgo quien falleció en abril, a un mes de cumplir 100 años, sí había aceptado recibir el premio “Oldie” en el 2011, cuando cumplió 90 años.
“A regañadientes”
Aunque ella siga demostrando que puede continuar con sus compromisos, sus médicos creen que ya debería delegar ciertas actividades y descansar más. Hoy y mañana, la viuda del príncipe Felipe de Edimburgo debía realizar una visita a Irlanda del Norte, pero tuvo que aceptar “a regañadientes” la recomendación del personal de blanco que la cuida de suspender el viaje y “guardar reposo” durante unos días.
No se sabe que la reina haya tenido algún problema de salud grave en los últimos años, pero la semana pasada se la vio caminando en público con un bastón, algo que no ocurría desde el 2004, situación que puso en alerta a toda Gran Bretaña.
“Su majestad tiene buen ánimo y está decepcionada por no poder visitar Irlanda del Norte, donde tenía previsto una serie de compromisos hoy y mañana”, dijo un portavoz del Palacio de Buckingham, subrayando que “espera poder visitar en el futuro” la región.
Los medios británicos informaron que la monarca, ya completamente vacunada contra el COVID-19, se encuentra descansando en el castillo de Windsor, unos 40 km al oeste de Londres, donde había pasado los sucesivos confinamientos, y que el consejo de sus médicos no tiene relación con el coronavirus.
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Tal vez la cansó un poco la actividad que desarrolló este martes, en el marco de la Cumbre de Inversión Global que se realizó en Londres. La soberana, junto con el primer ministro Boris Johnson, ofrecieron una recepción en Windsor en honor a decenas de líderes empresariales, entre quienes estuvo el fundador de Microsoft, Bill Gates.
Ella lucía radiante y sin mascarilla, saludando a todos y compartiendo de pie con sus invitados. Reina desde los 25 años, Isabel II lleva casi siete décadas en el trono; una gran fiesta se prepara para el próximo año para celebrar este hito.