Ante la crítica situación económica, el futbolista Bladimiro Ojeda Dávalos, de 27 años, decidió dedicarse a la venta de frutillas y verdeos, a la par de desempeñarse como jugador de fútbol en el club de la División Intermedia Sportivo Iteño.
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En comunicación con La Nación, Bladimiro relató que además de eso, en varias ocasiones ya se había abocado a otras labores como la construcción y trabajos de campo en la chacra, por lo que esta vez tomó la iniciativa de vender los productos frutihortícolas que están en temporada y tienen una buena salida.
Esto para poder sostener a su familia y llevar un poco más de plata a la casa debido a que el sector económico aún está bastante golpeado a consecuencia de la pandemia. “No se puede estar pendiente solamente de una entrada de dinero”, destacó Ojeda.
Bladimiro reveló que utiliza sus redes sociales para ofrecer sus productos, medio a través del cual lo contactaron varios de los jugadores de fútbol con los que fueron compañeros de cancha en otros clubes menores para hacerle pedidos.
Fue así como luego de un par de años volvió a reunirse con el también futbolista Alberto “Beto” Espínola, con quien había coincidido en el año 2012, jugando para la misma casaca en Rubio Ñu y ahora se encuentra en Cerro Porteño y en la selección nacional.
Al realizar la entrega, el jugador del Sportivo Iteño se tomó una fotografía con su cliente y colgó en su estado, donde escribió: “Antes éramos compañeros. Hoy en día él jugando en un equipo grande y de Primera. Yo en la Intermedia, vendiendo frutillas y verdeo, pero jamás cambió conmigo y con muchos seguro. En esta vida vale la amistad. Gracias por tu humildad y por tu compra, amigo”.
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En este contexto cabe destacar que Bladimiro Ojeda Dávalos proviene de una familia de escasos recursos y muy humilde que vive en la compañía Pacheco de la ciudad de Carapeguá, del noveno departamento. Tiene una hija pequeña de dos años tres meses y desde hace tres años reside en J. Augusto Saldívar.