“Si no estaba la pandemia probablemente nadie iba a saber quién es Guillermo Sequera, iba ser uno más del Ministerio de Salud, trabajando técnicamente ahí”, admite Guillermo Sequera en una entrevista televisiva. “Entonces este problema global nos expone, un poco”.

El director general de Vigilancia de la Salud cumple este martes 42 años, convertido en un personaje clave de la pandemia de Paraguay, tanto en lo formal desde su oficio como epidemiólogo, como en el impacto que ha tenido en las redes sociales por sus comentarios, en memes y videos viralizados.

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“Vale un trago”, “Yo te voy a vacunar”, las reacciones de admiradoras como “Ya me curé” o una fila femenina para tomarse fotos en el ex-Aratiri son algunos momentos que protagonizó Sequera, quien también ha sido objeto de controversia y críticas por su “futurología” al dar números de escenarios trágicos que pintaba el COVID-19, u opiniones por las cuales los internautas lo acusaron de izquierdista, por ejemplo.

Guillermo Sequera nació en Asunción, el 20 de julio de 1979. “En mi infancia pequeña prácticamente no tuve competencia”, dijo a Héctor Luis Rubin en una reciente emisión de su programa “Únicos”; debido a que su hermana nació cuando él ya tenía 5 años. Así, es el mayor de cuatro hermanos.

Vivió su infancia en diversos lugares, pero más en la zona detrás del Ministerio de Defensa. Después su familia se mudó hacia la Crucesita, en Sajonia, donde se desarrolló su juventud y la etapa de colegio. Hacia las 11 o 12 años perdió a su padre.

Sequera hizo primero el cursillo de economía, pero cambió a la carrera de medicina, donde tuvo diversos pacientes. Foto: Captura de video.

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Sequera no tiene ningún médico en los brazos familiares, solo lejanos, los hermanos de abuelos; y su madre, oriunda de Villarrica, es química farmacéutica. Así que cuando eligió la medicina, las reacciones de su entorno fueron: “No, médico no. No vas a tener vida”. Sin embargo, primero hizo el curso de economía, pero cambió de carrera e ingresó en 1999 a la Universidad Nacional de Asunción, hasta su graduación en 2004.

En cierta etapa, Guillermo decide viajar, primero al interior del país, donde visita asentamientos indígenas. Llega a zonas aisladas como Fuerte Olimpo, Carmelo Peralta, o Bahía Negra, que lo conectan un poco con la labor de su tío, el antropólogo y etnólogo Mito Sequera, que trabajó en esa área con comunidades nativas.

Posteriormente, sus ansias de viajar cruzan fronteras y durante un año trabaja en cooperaciones en el Amazonas venezolano, también asistiendo a comunidades indígenas. A su vuelta a Paraguay, va por la especialidad de medicina interna en el Hospital de Clínicas, donde hace mucho de terapia y llega a tener pacientes que hasta ahora le siguen hablando, cuenta.

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Una fuerte etapa de viajes llevó al doctor por el interior de Paraguay, luego por varios parajes del mundo. Foto: Captura de video.

Por entonces le pica el bicho de: “Tengo que hacer salud pública”, relata. Así, toma maletas y parte rumbo a España en 2009, donde empieza a trabajar en salud pública durante unos cuatro años, teniendo a Barcelona como base. Desde ahí se le abren las puertas para trabajar en Mozambique, luego en Estados Unidos.

Después de seis años, en 2015 vuelve a Paraguay y, como epidemiólogo, accede al Ministerio de Salud, en la Vigilancia de la Salud, donde finalmente es designado como director general, en agosto de 2018, por el entonces ministro Julio Mazzoleni. Ya en el cargo, en 2019 le toca la epidemia de dengue y desde 2020 afronta la pandemia de COVID-19.

“Dejar de poner curita”

“Yo creo que el hecho de ser crítico genera roncha a alguien y te critica desde su posición, y ahí te pone a su izquierda o a su derecha. Yo creo que ese es el fenómeno que ocurre”, manifiesta Sequera, acerca de su postura por la cual algunos lo tacharon de izquierdista, pese a que en la Amazonia venezolano le dijeron derechista por cuestionar al entonces presidente Hugo Chávez.

“Lo que yo intento ser es crítico a las raíces de los problemas, y por ahí siempre vamos a encontrar intereses. Un poco en esa orientación mía de dejar de poner curita a los problemas, de buscar la raíz de los problemas”, agrega.

“Medio argelito soy. Pongo muchos filtros”, expresa Sequera sobre la exposición que le da el cargo de Salud Pública y la fama que adquirió en la pandemia, señalando que es accesible para conversar con quien se le acerque, pero que es más cerrado con su vida personal. De todas formas, remarca: “Primero que no tengo tiempo”. Entre dirigir “un montón de reuniones”, equipos de análisis, suplir a viceministros, seguir fenómenos epidemiológicos con Vigilancia, excusa que requiere toda su concentración.

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