Parece una versión real de “Pinocho”: un pescador de langostas de Estados Unidos dice haber sido engullido por una ballena jorobada el viernes y haber sobrevivido para contarlo. “Estuve en su boca cerrada entre 30 y 40 segundos antes de que subiera a la superficie y me escupiera”, escribió Michael Packard en Facebook horas después de su experiencia.
“Una ballena jorobada intentó comerme”, añadió. “Estoy muy magullado, pero no tengo ningún hueso roto”. La increíble historia de Packard comenzó, según declaró al periódico local Cape Cod Times, cuando buceaba en busca de langostas en la costa del estado de Massachusetts (noreste).
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“De repente, sentí un enorme empujón y luego todo se hizo negro”, dijo tras ser dado de alta en el hospital. Estaba a unos 10 metros de profundidad y su primer pensamiento fue que había sido atacado por un tiburón, pero la falta de dientes y heridas evidentes le hicieron reconsiderar.
Packard dijo que empezó a luchar, pero a diferencia de lo que ocurre en el clásico cuento infantil “Pinocho”, no hubo necesidad de encender un fuego para asegurar su huida. “Vi luz, y (la ballena) empezó a agitar la cabeza de lado a lado y lo siguiente que supe es que estaba fuera”, en el agua, dijo Packard al periódico.
El artículo dice que el compañero de pesca de Packard, Josiah Mayo, “vio la explosión de agua cuando la ballena salió a la superficie y Packard fue expulsado”. Jooke Robbins, directora de estudios sobre ballenas jorobadas en el Centro de Estudios Costeros de Provincetown, Massachusetts, dijo que no tenía motivos para dudar del relato.
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“No pensé que fuera un engaño porque conocía a las personas implicadas... Así que tengo todas las razones para creer que lo que dicen es cierto”, dijo a la AFP. Robbins dijo que nunca había oído hablar de un “accidente” de este tipo, pero “puede ser que él (Packard) estuviera simplemente en el lugar equivocado en el momento equivocado”.
Cuando las ballenas pescan, “se precipitan hacia delante, abren la boca y engullen el pescado y el agua muy rápidamente”, dijo, añadiendo que tienen bocas grandes, pero gargantas tan estrechas que no serían capaces de tragarse a un humano. Aunque todavía no se conocen todos los detalles, una cosa estaba clara para Robbins: “Es importante que la gente esté muy atenta... Y cuando vean una ballena, mantengan una buena distancia. Es muy importante dar a las ballenas su espacio”.
Fuente: AFP.