El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, con su estilo frontal retrucó a su homologo argentino, Alberto Fernández, quién esta mañana tuvo unas desafortunadas declaraciones al sostener que los mexicanos salieron de los indios, los brasileños de la selva, pero que los argentinos vinieron llegaron en barcos.
Este insólito y peyorativo comentario de Fernández se dio hoy durante la visita del presidente del Reino de España, Pedro Sánchez, a la ciudad de Buenos Aires. “Soy un europeísta. Soy alguien que cree en Europa. Porque de Europa, escribió alguna vez Octavio Paz, que los mexicanos salieron de los indios, los brasileños salieron de la selva, pero nosotros los argentinos llegamos de los barcos, y eran barcos que venían de allí, de Europa. Y así construimos nuestra sociedad”.
Ante dichas afirmaciones, Bolsonaro recurrió a su cuenta principal en la red social Twitter para responder nada más con una fotografía en donde se lo ve posando con un grupo de nativos, acompañada por la palabra “Selva”.
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Tras sus lamentables palabras, finalmente el presidente argentino progresista acabó disculpándose. En un erróneo intento por emular al laureado nobel, Octavio Paz, utilizó una frase que no es suya, con una interpretación eurocentrista del mundo. Todo esto frente al presidente del Gobierno del Reino de España, del cual la Argentina, y en específico Buenos Aires, resultó capital del virreinato español.
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Bachi pone en duda espionaje y habla sobre la connivencia de Marito con Bolsonaro
El presidente del Congreso Nacional, Basilio “Bachi” Núñez, dijo que no se puede descartar que la operación de espionaje impulsada por el Brasil contra Paraguay, en el marco de la negociación de la tarifa de Itaipú, haya tenido la complacencia del gobierno de Mario Abdo Benítez.
Núñez manifestó que la administración abdista actuó siempre en detrimento a los interés del Paraguay. Para sustentar sus afirmaciones, recordó el fallido acuerdo secreto sobre Itaipú, que guardaba relación con la adquisición de energía eléctrica.
“En el 2019 hubo un conato de traición a la patria, donde supuestos emisarios por poco no vendieron nuestra soberanía energética. Con este antecedente siempre hay que pensar lo peor, pudo haber hasta cierta connivencia con el gobierno anterior y no un espionaje a ciencia cierta”, sostuvo a los medios de comunicación.
El nefasto acontecimiento generó una profunda crisis política y social, surgiendo incluso la primera amenaza de juicio político contra Abdo y su entonces vicepresidente de la República, Hugo Velazquez, cuando apenas llegaban a su primer año de gobierno.
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De acuerdo a las publicaciones periodísticas realizadas por medios de comunicación del vecino país, como UOL y el diario O Estado, la operación de hackeo fue ejecutado por la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin). El periodo del espionaje fue autorizado por el gobierno de Bolsonaro en junio del 2022 y dejada sin efecto el 27 de marzo del 2023, refirió el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
“Hay mucha tela que cortar y se debe investigar. Se debe pedir mediante el ministerio de Relaciones Exteriores, informes, explicaciones al Brasil para saber que sucedió, pero yo no descarto que haya existido una connivencia del gobierno anterior”, remarcó Núñez.
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Lula debe identificar a autores materiales e intelectuales ante acción ilegal, afirman
El analista político, Mario Paz Castaing, opinó sobre el supuesto esquema de hackeo impulsado por Brasil contra autoridades del gobierno paraguayo en el marco de las negociaciones de la nueva tarifa de la entidad binacional Itaipú. El espionaje se habría iniciado en la gestión de Jair Bolsonaro y ejecutado en la era de Luiz Inácio Lula da Silva.
“Esto es gravísimo, porque impacta en un elemento muy fuerte de las relaciones internacionales y, en particular, en las relaciones bilaterales: la confianza. Tenemos una asociación muy fuerte con Brasil en emprendimientos del tamaño de Itaipú, entre otros. En términos diplomáticos, el gobierno de Lula dio una respuesta muy rápida, pero muy lacónica”, dijo a la 1020 AM.
De acuerdo a las publicaciones periodísticas realizadas por medios de comunicación del vecino país, como UOL y el diario O Estado, la operación fue ejecutado por la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin). El periodo del espionaje fue autorizado por el gobierno de Bolsonaro en junio del 2022 y dejada sin efecto el 27 de marzo del 2023, refirió el gobierno de Lula mediante un comunicado responsabilizando exclusivamente a Bolsonaro.
“Ante una acción ilegal que daña e impacta en la confianza y la transparencia en las relaciones bilaterales, yo hubiese esperado una investigación seria, que el gobierno de Lula da Silva se comprometa a determinar quienes fueron los autores materiales, intelectuales y mediante el resultado de esas investigaciones que se ratifique los intereses y vínculos que compartimos con el Brasil”, sostuvo Castaing.
Señaló además que dependerá del presidente de la República, Santiago Peña, determinar las acciones legales a tomar en el ámbito internacional. “Un país serio se comprometería a investigar a fondo esta situación; esperaba que Brasil diga que trabajará en esto para determinar a los responsables. Peña es quien maneja las relaciones internacionales en términos constitucionales. Tenemos un servicio de inteligencia, un área que se llama Codena, que deberá estudiar y ver hasta dónde llegan las responsabilidades sobre este tema”, comentó.
Antecedentes
La información fue dada a conocerse tras las declaraciones de un servidor de Abin a la Policía Federal realizadas en noviembre del año pasado y que tuvo una participación directa en la acción. En las declaraciones del servidor de Abin señalan que fue utilizado un programa llamado Cobalt Strike, usado para la invasión de dispositivos informáticos.
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Brasil: Bolsonaro moviliza a sus simpatizantes y pide “amnistía”
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, que enfrenta un juicio por un presunto intento de golpe de Estado y no puede ser reelegido hasta 2030 por decisión de la Justicia, afirmó este domingo frente a miles de partidarios que su caso constituye “una negación de la democracia”.
“Quiero decir a quienes no me quieren en Brasilia: unas elecciones sin Bolsonaro son una negación de la democracia en Brasil”, expresó durante una manifestación en la famosa playa de Copacabana, en Río de Janeiro. Según un fotógrafo de la AFP, había en el acto menos gente que en una concentración realizada en el mismo lugar en abril de 2024.
El dirigente de extrema derecha que presidió Brasil entre 2019 y 2022 llegó alrededor de las 10:15 locales (13:15 GMT) al estrado, abriéndose paso entre manifestantes vestidos de amarillo y verde, los colores de Brasil. En el escenario, un cartel mostraba al presidente estadounidense Donald Trump con el puño en alto, después del ataque que sufrió en julio durante la campaña electoral en Pensilvania.
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“Vamos a enviar un mensaje a Brasil y al mundo”, afirmó el ultraderechista en un video publicado en redes sociales. “Estoy aquí porque quiero dejar un Brasil mejor para mis hijos. Vivimos un momento oscuro”, declaró a la AFP uno de los manifestantes, el exmilitar de 64 años José de Souza Vitorino.
El lema de la manifestación es reclamar una “amnistía” para las personas condenadas por su implicación en los disturbios del 8 de enero de 2023 en Brasilia. Ese día, miles de bolsonaristas asaltaron y vandalizaron el palacio presidencial, el Congreso y la sede de la corte suprema, una semana después de la investidura del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. Mientras Bolsonaro se encontraba en Estados Unidos, sus simpatizantes exigían una intervención militar para derrocar a Lula, quien había derrotado a su líder en las elecciones de 2022.
Esos disturbios son una de las razones que llevaron a la fiscalía a inculpar en febrero al expresidente por un supuesto plan de golpe de Estado para mantenerse en el poder. Se le acusa de ser el líder de una “organización criminal” que conspiró durante meses con ese propósito. Podría enfrentar una pena acumulada superior a 40 años de prisión.
Candidato “por el momento”
El jueves, la Fiscalía refutó los argumentos de la defensa, que sostenía, entre otras cosas, que la corte suprema no era competente para juzgar a Bolsonaro, junto con otras 33 personas, incluidos exministros y altos mandos militares. La próxima etapa será el 25 de marzo, cuando el máximo tribunal examinará si existen suficientes elementos para abrir un juicio.
Bolsonaro, de 69 años, asegura que es víctima de una “persecución” política para impedir que sea candidato en las elecciones presidenciales de 2026. Fue inhabilitado hasta 2030 por cuestionar la fiabilidad del sistema brasileño de urnas electrónicas, pero él espera que la condena sea anulada, o que se reduzca su pena, para postularse a un segundo mandato.
“Por el momento, soy candidato”, reiteró el miércoles. “¿Por qué debería renunciar a mi capital político para apoyar a alguien?”. Sueña con un regreso al estilo Donald Trump, de vuelta en la Casa Blanca a pesar de sus problemas judiciales, y espera que el presidente estadounidense, a quien admira, ejerza “influencia” a su favor.
“Enviar un mensaje”
El año pasado tuvieron lugar tres grandes concentraciones a favor de Bolsonaro. Mientras que la primera, en febrero en Sao Paulo, atrajo a cientos de miles de personas, las otras dos tuvieron menos éxito. Para el analista político André Rosa, el objetivo de la manifestación del domingo va “mucho más allá de lograr la amnistía” para los agitadores de Brasilia.
Se trata de “enviar un mensaje a sus competidores dentro de la derecha (...) y reafirmar su intención de ser candidato en 2026″. Bolsonaro se resiste a respaldar a otro candidato, aunque se ha animado a mencionar como posibles relevos a su esposa Michelle y su hijo el diputado Eduardo Bolsonaro.
Pero suenan sobre todo otras figuras como el gobernador del estado de Sao Paulo y exministro de Bolsonaro Tarcisio de Freitas y el popular cantante Gusttavo Lima. “Sigue activo con la esperanza de lograr las condiciones jurídicas para disputar las elecciones”, explica a la AFP Rosa.
La incertidumbre también rodea a la izquierda: Lula, de 79 años y con una popularidad lastrada principalmente por la inflación, se mantiene ambiguo sobre sus intenciones de aspirar a la reelección. Mientras tanto, no deja de atacar a su predecesor, a quien tilda de “cobarde” por haber “planeado un golpe de Estado” antes de “huir” a Estados Unidos a finales de 2022.
Lula llamó el sábado a “defender cada día la democracia contra quienes todavía hoy tienen como proyecto el regreso del autoritarismo”, con motivo del 40º aniversario del fin de la última dictadura militar, que Bolsonaro evoca con nostalgia.
Fuente: AFP
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Golpe de Estado: desestiman defensa de Bolsonaro y sus socios y plantean que sean imputados
La Fiscalía de Brasil ha desestimado las alegaciones de la defensa del expresidente Jair Bolsonaro y sus socios y se ha mostrado a favor de que sean imputados por el Tribunal Supremo por delitos de golpe de Estado e insurrección. Se trata, no obstante, de una declaración protocolaria, como parte de la denuncia que recibió el Tribunal Supremo, que abre un periodo para que las defensas de los acusados puedan presentar sus alegaciones.
La Fiscalía ha apuntado que la investigación contiene “de manera pormenorizada” los hechos constitutivos de delito, ahondando además de “forma comprensible e individualizada la conducta criminal por cada uno de los denunciados”.
Además de Bolsonaro, la Fiscalía hace referencia, entre otros, a los exministros de Defensa Paulo Sergio Nogueira y Walter Braga Netto; al exministro de Seguridad de la Presidencia, el general Augusto Heleno; al exasesor del expresidente brasileño Mauro Cid; o el antiguo jefe de la Marina, Almir Garnier Santos.
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Entre otras alegaciones, las defensas argumentaron que el Tribunal Supremo no es el foro competente para juzgar estos casos, la falta de acceso a todas las pruebas, o que el relator del caso -el juez Alexandre de Moraes- se habría excedido en su competencias. Todas ellas improcedentes, según ha desestimado la Fiscalía.
Archivar o imputar
Ahora compete a De Moraes preparar sus alegaciones sobre cada uno de los acusados y presentarlos a sus compañeros jueces del Supremo, que decidirán si archivar las denuncias o bien imputar a Bolsonaro y su círculo más cercano.
Bolsonaro forma parte de una treintena de personas sobre las que la Fiscalía ha presentado una acusación de golpe de Estado por los ataques a las instituciones del 8 de enero de 2023 en Brasilia, cometidos por una turba de acólitos del expresidente, descontentos con la victoria electoral de Luiz Inácio Lula da Silva.
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La Fiscalía ha subrayado que Bolsonaro intentó impedir de forma coordinada que se cumpliera el resultado de las presidenciales de 2022, si bien “el plan” comenzó en 2021 con otra serie de acciones y declaraciones con las que cuestionaba las decisiones de los tribunales y la limpieza del sistema electoral.
Asimismo, la Fiscalía ha alertado de la existencia de un plan de Bolsonaro para llevar a cabo no solo un golpe de Estado, sino también los asesinatos de Lula, el vicepresidente, Geraldo Alckmin, y el juez del Supremo, Alexandre de Moraes.
Fuente: Europa Press