Maestro de varias generaciones en la escena nocturna, Mario Ferreiro hace un alto en su ajetreada rutina diaria y se sumerge en un viaje al pasado. Enfundado en su rol de DJ y animador de fiestas, guía a La Nación del Finde en un nostálgico recorrido por las discotecas que a su criterio se destacaron en la movida nocturna asuncena de los 70, 80 Y 90.

Hombre de muchas facetas, Mario Ferreiro es, aparte de comunicador, presenta­dor y político, un DJ y anima­dor connotado, figura emble­mática para los melómanos y los amantes de las inolvi­dables veladas de otras épo­cas. Musicalizó y animó en las discotecas más exitosas de Asunción en un tiempo en que estos locales nocturnos arrasaban y eran el punto de encuentro por excelencia. Se codeó con los DJ pioneros de la escena, figuras de la farán­dula local y celebrities inter­nacionales.

Haciendo flashback sobre sus inicios, cuenta que comenzó “poniendo música” en las fiestas de colegio a los 15 años. “Yo llevaba mis discos a las fiestas y el resto conseguía­mos en cassettes que gra­bábamos de las radios o de amigos que tenían otros dis­cos. Era muy primitivo todo, era difícil, pero daba gusto”, memora. Sus DJ de referencia eran Caio Skill, Beto Duarte y todos los disc-jokeys pione­ros. “Michi Oliva me enseñó mucho también”, añade.

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Lo de la animación comenzó a los 20, cuando empezó a hacer radio. Pero su pasión por la música ya nació en su más tierna infancia. “Yo escu­chaba música de chiquito.

Todo el día enloquecido detrás de mis hermanos mayores, principalmente Rodolfo, Miki, que es el papá de Bruno Ferreiro de Flow y de Afi Ferreiro de Paiko. Ese fue el hermano que me influyó, me hacía escuchar todo el día Beatles. Y bueno, nunca más paré de escuchar música todos los días de mi vida”, dice.

Mario es hoy el protagonista de nuestro espacio Ellos Saben donde pone el foco en los ocho boliches más icóni­cos, sitios que marcaron su impronta en los 70, 80 y 90. Cada uno tuvo su estilo par­ticular, su esencia, su mís­tica. “Son apenas algunos de los muchos lugares mágicos de la noche de la ciudad. Cada uno tiene su propia historia. Todos nos regalaron años de mucha alegría y compañía”, expresa.

El gran furor de las discote­cas duró hasta fines de los 90. “Luego el público fue migrando hacia los restó bai­lables, fiestas electrónicas y eventos especiales tipo off-si­tes. Es de destacar que gran parte del público de las disco­tecas de aquellos tiempos hoy llena las fiestas de El Retrovi­sor”, resalta el comunicador. Estos son sus ocho elegidos.

CASAPUEBLO

De Roberto Colme­nares quien, en ini­cios de los 90, diseñó un nuevo concepto de boliche nocturno. “Comenzó como un bar de una cancha de pádel sobre la avenida Mariscal López. Luego se convirtió en el sitio más importante de la noche de Asunción. Después, Colmena­res estuvo al frente de Capricornio La Barra, Acqua y otros proyec­tos”, cuenta Mario.

CARACOL DISCOTEC

Inaugurado en 1972 sobre la avenida Félix Bogado. Luego se convirtió en Caracol Club y más tarde en Dance. “Fue literalmente ‘La Catedral del Ruido’. Reinó por 3 déca­das la noche de Asunción. Tuvo a los mejo­res DJ y trajo a una constelación de estrellas, desde Julio Iglesias hasta Virus, Mocedades y muchos más”, recuerda Mario. El Caracol volvió a fines de los noventa con la onda dance y cuando las chicas subieron a los parlantes.

MUZAK MALL

Aparece un poco después de Caracol. Vivió su etapa de oro en los 80. Tenía tres pistas y un diseño arqui­tectónico innovador. “Fue gran escuela de DJ y soni­distas de gran prestigio, desde Alan Wood y Carlos Cappello, uno de sus fun­dadores. Llegó a tener un stand de tiro en su sub­suelo, y un tobogán para bajar a la pista de música rápida”, detalla el comuni­cador.

BLUES-BAR

Era una parada obligada entre 1991 a 1995. “Un emprendi­miento mío y de Carlo Bortolami. Era un pub bailable ubicado en Sucre casi San Martin. Luego fue Coyote”, refiere Mario.

SAFARI’S

De los hermanos Johnny y Raúl Ibáñez, “primero sobre la avenida San Mar­tín y luego a la vuelta”. También eran dueños del Kaktu’s en las cercanías. “Boliches de mucha onda y música extraordinaria.

Allí tocaba el legendario DJ Hugo Villa, fallecido en accidente de tránsito. De allí también salieron Beto Duarte y Caio Skill”, menciona. El reinado del Safari’s se prolongó entre los 70 y 80.

J&C

De Charles Recalde, otro de los pioneros. Principios de los 70, se instaló en el predio que hoy ocupa el estacionamiento del Súper Real Villa Morra. “Allí debutó en Paraguay como DJ Michi Oliva. En los 80 se convir­tió en A Go Go. El J&C tenía una ambientación excelente, con mobiliario muy cómodo y gran sonido. Chingolo Silva, Jorge Barrett y otros eran sus DJ estre­lla. Allí fui con Fernando Allen a iniciarme en cabina, aprendiendo de los grandes”, señala.

SIDDHARTA - BAR DE JAZZ

Primero sobre Perú y De las Residentas, luego sobre San José casi José Ber­ges. Abierto por Luis Acosta a principios de los 80. El primer pub dedicado 100 % al jazz en Paraguay. “Por allí pasaron desde Lobito Martínez y Carlos Schvart­zann hasta Dexter Gordon y los Heath Brothers”, recuerda.

CAFÉ BOHEMIA

Abierto a mitad de los 90 con Graciela Fretes. Su primer local funcionó en Galería Colonial y luego en la hoy muy concurrida calle Senador Long. Tuvo 15 años de vigencia. Era un bar de música en vivo y DJ. Fue epicentro de la movida nocturna en Asun­ción en esa época. “Por allí pasaron Joaquín Sabina, Palito Miranda, Fito Páez, los Delive­rance y muchos más”, evoca Mario Ferreiro en este fugaz repaso por las discotecas más emblemáticas de la Asunción de antaño.

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