Más de una semana de actividades tendrá la celebración de los 100 años de la mujer beatificada por el papa Francisco, quien se destacó por su labor caritativa hacia el semejante. Actividades solidarias y culturales destacan en la grilla.

Con una misa cen­tral en la Catedral de Villarrica, que se anuncia para el 12 de enero próximo, se coronarán las celebraciones del centé­simo cumpleaños de María Felicia de Jesús Sacramen­tado, popularmente cono­cida como Chiquitunga. En el programa se informa que el oficio religioso será presi­dido por el nuncio apostólico Vincenzo Turturro.

“Es algo muy natural esta celebración, entendemos que está espiritualmente bien cargada, que le va a gustar a todo el país, por­que esperamos la visita de mucha gente”, comenta César Sosa, gobernador del Guairá.

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“Lo que le simboliza a ella es que fue humilde, abierta e hizo el favor a mucha gente, tratando de darle la mayor hospitalidad”, señala.

La Gobernación del Guairá junto con el Despacho de la Primera Dama organizan las actividades conmemorativas del centenario de Chiquitunga

PERIPLO

Por ello, desde hoy sábado 4 de enero, con la llegada de sus reliquias, se iniciará un periplo de visitas y rezos que involucrará a toda la comu­nidad de Villarrica y visitan­tes de todo el país.

Por su parte, fray Juan Anto­nio Vázquez, de la Comisión de Festejos, explicó que el cerebro incorrupto de la religiosa que se encuentra en un moderno reliquiario reforzado podrá ser salu­dado hoy en las distintas paradas que efectuará en su viaje desde el convento de las Carmelitas en esta capital hasta Villarrica. En el peri­plo las reliquias pasarán por Yaguarón, Paraguarí, Esco­bar, Sapukai, Caballero, Ybytymí, Tebicuary, Coro­nel Martínez, Félix Pérez Cardozo, Cruce Paraguarí hasta llegar a Villarrica.

ACTIVIDADES

Fray Vázquez recordó que, tras la recepción de la reli­quia, en el transcurso de la semana irá visitando distin­tas parroquias y colegios de la capital del Guairá.

“La vida de un santo nos recuerda los ideales que abrazamos en el bautismo. La beata nos invita a vivir con esperanza el tiempo pre­sente, recordando que ella como paraguaya e hija de la tierra estuvo comprometida con la realidad de su tiempo, tanto en la educación como docente, como trabajadora social junto a los carenciados, que supo forjar amistades y comprometerse como cate­quista que acompañó a mucha gente en su formación. Así que este centenario es motivo de alegría para ciudadanos y ser­vidores de Jesús”, señala.

Sobre la posibilidad de que la beata alcance la santifica­ción, recordó que se trata de un proceso en el que “nece­sitamos de un milagro, que Dios pueda intervenir a tra­vés de su intercesión en la vida de una persona. Se trata de una gracia sobrenatural, la sanación de alguien, por ejemplo. La intervención divina en esa gracia es lo que se necesitaría”, apunta.

“Es importante que poda­mos vivir este año con espe­ranza y gratitud, que sea de renovación de nuestra fe y camino, nuestro compro­miso cristiano”, pide.

Hoy con la llegada de sus reliquias se iniciará un periplo de visitas y rezos en Villarrica

ACTIVIDADES SOLIDARIAS

El gobernador Sosa des­taca: “Vamos a homenajearle como se merece aquí en el lugar donde nació y vivió, porque es una gran beata que puede santificarse en cual­quier momento”, apunta.

“Es algo muy importante que a una compueblana se le tenga en cuenta por su gran trabajo y esto nos obliga a hacer bien las cosas. Ella con su trabajo es reconocida a nivel mundial, nos hace bien y nos da una gran responsa­bilidad”, dice.

Sosa explica que habrá tam­bién actividades solidarias para honrar su memoria indicando que en el depar­tamento “hay organizacio­nes que todo el año están haciendo el bien común no solo por su fecha de aniver­sario, ya que se trata de pre­dicar y de hacer, mostrar con el ejemplo”, apunta.

Recuerda entonces que se tienen problemas sociales. “Tenemos carenciados a los que tenemos que cambiar­les sus casas, sus formas de vida, hay una pobreza importante que trata­mos de combatir día a día. Necesitamos mejorarle la infraestructura a la gente, enseñarle a sacar el pescado, no darle nomás el pescado, como dice la Biblia”, señala.

Expone entonces que “si bien falta mucho, demos­tramos a pasos agiganta­dos cómo vamos a ayudar a la gente carenciada, con fuentes de empleos, infraes­tructuras, kits de alimentos, etc.”, concluye.

El proceso

Nacida como María Guggiari Echeverría en Villarrica un 12 de enero de 1925, ya en el con­vento de la Orden de las Carmelitas Descalzas adoptó el nombre religioso de María Felicia de Jesús Sacramentado.

Conocida cariñosamente como Chiquitunga, la causa para su canonización comenzó en tiem­pos del papa Juan Pablo II, en 1997, después de haber recibido el título de sierva de Dios. Al con­firmarse sus virtudes heroicas, el papa Bene­dicto XVI le confirió el título de venerable el 27 de marzo de 2010 y el papa Francisco confirmó su beatificación el 23 de junio de 2018.

El proceso para investigar un milagro abarcó del 23 de marzo de 2005 hasta el 27 de abril de 2007 y recibió de la Congregación para las Causas de los Santos (CCS) la validación el 14 de noviembre de 2008. Su milagro implicó la curación de un bebé, Ángel Ramón, quien no mostró señales vitales en el nacimiento, pero los recuperó después de 20 minutos por las oraciones hechas por la intercesión de Chi­quitunga.

Los expertos médicos en Roma aprobaron el milagro, que fue presentado en su reunión el 1 de junio de 2017. Los teólogos aprobaron el caso el 30 de noviembre de 2017, así como hizo la CCS el 6 de marzo de 2018. El papa Francisco aprobó este milagro unas horas más tarde y confirmó su beatificación. Chiquitunga fue beatificada en un acto realizado en el estadio General Pablo Rojas el 23 de junio de 2018 que fue presidido por el representante del papa, el cardenal Angelo Amato, y el postulador de la causa fue el Rev. Romano Gambalunga.

Inusitada piedad

Su vida se apagó un 28 de marzo de 1959, a la edad de 34 años, por un problema de salud. Ella era la mayor de entre siete her­manos y pertenecía a una familia tradicional, de buena posición y educación de la ciudad de Villarrica.

De niña se destacó por su inusitada piedad e inclinación hacia las obras de caridad, mostrando una inusitada entrega a los más pobres y los desvalidos desde su ciudad natal, donde pudo conocer de cerca las enormes carencias y la profunda angustia que genera la pobreza. Luego de tomar los hábitos, ya en una etapa adulta, Chiquitunga decidió trabajar de lleno como car­melita descalza por los menos favorecidos y de esta manera se desempeñó activamente dentro del movimiento Acción Cató­lica hasta los 30 años.

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