Lleva el mismo nombre que la provincia, es su capital, y se destaca por ser una de las ciudades más coloridas con Argentina. San Salvador de Jujuy es uno de los corazones que revitaliza al norte argentino. Su altura no impide conocer todos los rincones que ofrece, sino que los potencia.

Desde noviembre, con Paranair, viajar a Jujuy se hizo más fácil, ya que habilitaron un vuelo directo de apenas 1 hora 10 minutos con una frecuencia de 2 veces por semana. Es la motivación o excusa perfecta para pasar varios días en el norte del vecino país rodeado de pura naturaleza.

Jujuy se divide en 4 regio­nes: Puna, La Quebrada de Humahuaca, Valles y Yungas. Cuenta con 424 establecimien­tos para alojamientos, es decir, unas 13.000 camas. La ciudad sigue apostando por el turismo interno: en 2023 recibieron a poco más de 1.500.000 turis­tas. El 92 % acude a la ciudad para vacacionar. Según datos oficiales, del 100 % de turistas, el 4 % son paraguayos.

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Entre los míticos lugares que engalanan la ciudad se encuen­tra el Museo del Cabildo, un espacio cultural que rinde homenaje a la ciudad y la his­toria de la provincia, clave para el proceso de independencia de Argentina. Fue declarado monumento histórico nacio­nal y en agosto de este año se reinauguró, ya que moderni­zaron sus instalaciones, para mejorar la experiencia de los visitantes. El costo de la entrada para extranjeros no residentes es de 7.000 pesos, equivalentes a 54.000 guara­níes.

El Cabildo fue declarado monumento histórico nacional y en agosto de este año se reinauguró, ya que modernizaron sus instalaciones para mejorar la experiencia de los visitantes

Saliendo de la ciudad, aproxi­madamente a 70 km al norte, se encuentra La Quebrada de Humahuaca, declarada como patrimonio de la humanidad por la Unesco, es adornada por paisajes fascinantes. Sus pue­blos, Purmamarca, Tilcara, Maimará y Volcán, te invitan a disfrutar de vistas semejan­tes al Gran Cañón, pero en Sud­américa.

Cuanto más profunda se vuelve la altura, la experien­cia se vuelve única. A 130 km de la ciudad, en dirección a Pur­mamarca, se encuentran las Salinas Grandes. Es el cuarto salar más grande de América Latina, considerada como una de las 7 maravillas natu­rales del mundo a unos 3.450 metros sobre el nivel del mar. Lo que cautiva del lugar es la superficie cristalizada de la sal, aparentemente nieve, y en conjunto con el agua que desprende del suelo, las foto­grafías tienen un destello espe­cial: efecto espejo. Dicen que es como tocar el cielo.

Sus vinos son especiales ya que son cultivados en viñedos situados entre 1.700 y 3.300 metros sobre el nivel del mar

A 4.170 metros sobre el nivel del mar, el punto más alto de Jujuy, se puede apreciar toda la localidad montañosa desde la Cuesta de Lipán hasta el Abra de Potrerillos. Es el camino a las Salinas y también uno de los tramos claves para el comercio local. El horizonte es majes­tuoso e inolvidable.

El primer tren que funciona solo con baterías de litio se encuentra en Jujuy y es el gran atractivo del norte. El Tren Solar tiene un recorrido de casi 40 km, empieza en Vol­cán, pasa por Tumbaya, Pur­mamarca, Maimará y Tilcara. Es completamente silencioso y libre de emisiones. Fue inau­gurado en marzo de este año. Funciona todos los días de 9:00 a 21:00 con un guía turístico.

Las empanadas jujeñas, rellenas de carne o quinoa, con papas, huevo duro y especias, un plato tradicional del norte argentino

VINOS CON ALTURA

La cultura vitivinícola de Jujuy fue creciendo con el paso del tiempo de una forma particu­lar. Sus vinos son especiales ya que son cultivados en viñedos situados entre 1.700 y 3.300 metros sobre el nivel del mar. El constante cambio de clima, de día se llega a los 28 grados y de noche, fácilmente a los 9 grados, sumado a la exposi­ción a los rayos UV, dan como resultado vinos ricos en tani­nos en sus distintas cepas. Las más conocidas son el Malbec y Cabernet Sauvignon.

Las bodegas ofrecen catas guiadas. En La Quebrada de Humahuaca gozan de la ruta de vino donde se pueden explo­rar varios viñedos con mari­daje, donde todos los vinos locales se acompañan con productos locales, sea queso de cabra o la tradicional empa­nada jujeña.

Es el cuarto salar más grande de América Latina, considerada como una de las 7 maravillas naturales del mundo a unos 3.450 metros sobre el nivel del mar

GASTRONOMÍA

Basada en la herencia colo­nial, los platos típicos de Jujuy resaltan por sus ingre­dientes auténticos y exóti­cos. El maíz es la base de su gastronomía seguido de la papa, en sus diferentes colo­res. La quinoa es un grano utilizado, prácticamente, en sustitución de la carne, ingrediente principal en las empanadas y también en postres dulces.

La llama es un mamífero domesticado por los pueblos andinos y en Jujuy se faena para hacer platos de diferen­tes sabores con su carne; al igual que la cabra, pero sobre­sale la carne de llama. Enca­bezando la lista de platos típi­cos, se encuentra el locro, un guiso espeso preparado con maíz blanco, zapallo y carne de llama.

Seguido, las empanadas juje­ñas, rellenas de carne o quinoa, con papas, huevo duro y espe­cias. La carne de llama puede ser consumida como asado, al horno o en estofados. Entre los postres más degustados se encuentran el turrón de miel de caña, el membrillo, cayote e higo, acompañados con queso de cabra.

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