- Por Gloria Ocampos-Prieto
- gloria.ocampos@nacionmedia.com
- Fotos: Néstor Soto
Sobre la avenida Mariscal López, frente a Mburuvicha Róga, un Nacimiento interactivo ofrece una experiencia única, fusionando lo tradicional con la tecnología.
Asunción vive la magia de la Navidad y se ve decorada en todos sus rincones con arbolitos y pesebres que desparraman alegría y esperanza, pero hay un Nacimiento en particular que está dando mucho que hablar. Se trata del Belén montado por los Heraldos del Evangelio, una congregación religiosa que está presente en Paraguay desde el 2001, que fusiona lo tradicional con la tecnología. Ofrece una puesta de luces, sonidos y movimientos que sorprende por su originalidad, en una atmósfera llena de misticismo que encanta y emociona a los visitantes.
“La personas llegan esperando un pesebre tradicional, pero se sorprenden al ver que se trata de algo diferente, y salen muy emocionados, hasta las lágrimas, incluso, por el efecto que causan la combinación, luces, movimientos, el sonido, junto con la narración que abarca desde el nacimiento de Jesús hasta su muerte y resurrección”, explica a La Nación del Finde el padre Ismael Fuentealba.
El público puede visitarlo de jueves a domingo, de 17:00 a 20:00, en avenida Mariscal López 1941 casi Brasilia, frente a Mburuvicha Róga. La entrada es libre y gratuita y no hace falta confirmar presencia ni hacer reserva alguna.
“Cada función dura unos 15 minutos, en una sala preparada para 30 personas. Las funciones son continuas, termina una y al momento inicia otra para que todos puedan disfrutar de la presentación. Vamos a recibir a la gente hasta el 5 de enero”, añade Fuentealba, al tiempo de comentar que es la primera vez que presentan este pesebre en Paraguay, aunque en otros países ya forma parte de las tradiciones navideñas; en España, por ejemplo, es una de las atracciones más visitadas en Madrid.
EL MENSAJE
El sacerdote, de nacionalidad chilena, enfatiza que el espíritu de esta obra es recordar la importancia que tiene la Navidad y el mensaje que Cristo quiere transmitir en este tiempo, que es sobre todo de paz, armonía, de pasar con la familia, de reecuentros y de perdón.
“Las personas van a encontrar ahí un mensaje para esta Navidad, para vivir este tiempo con fe, con devoción, tomando conciencia del amor que Dios nos tiene, y todo lo que nuestro Señor sufrió por nosotros por amor. Es importante vivir la Navidad con este verdadero sentido y sobre todo pasar en familia, reconciliarnos con quienes no hemos pasado bien este año y vivir este tiempo en paz. Y así como los pastores y los reyes magos han llenado de regalo al Niño, el mejor regalo que podemos darle es nuestro corazón y entregarnos a él con confianza”, señala.
OBRA DE ARTE
El pesebre tiene unos tres metros de largo y dos metros de ancho aproximadamente, superficie en la que se despliegan más de 30 imágenes hechas con resina e impresiones en 3D; la mayor parte de las construcciones que se observan de fondo fueron realizadas en isopor y otros materiales. Todo el diseño, la pintura y el montaje de esta obra estuvieron a cargo de expertos en arte de la comunidad de los Heraldos del Evangelio que vinieron especialmente de San Pablo, Brasil para armar este precioso Belén de mecanismo automático y ofrecer a los paraguayos una experiencia única.
El padre Fuentealba destaca que para esta organización católica el arte es sustancial ya que, según entienden, a través de su belleza se puede llegar más fácilmente a Dios. “Nuestro fundador, monseñor João Scognamiglio Clá Dias, ha tomado el arte y la música como un medio de apostolado. Y este pesebre pues procura, a través del arte, a través de la propia narración, a través de la iluminación y los movimientos, representar de una manera diferente, artística, la belleza del nacimiento de nuestro Señor”, expresa.
Los Heraldos cuentan con un conservatorio de música en Asunción, tienen coros y colaboran con las celebraciones litúrgicas. En Ypacaraí se destaca su gran obra arquitectónica que representa la iglesia Madre del Buen Consejo, una edificación de estilo neogótico de extraordinaria belleza, llena de arte y de llamativos colores, que impacta a todo aquel que la visita.