María Victoria Sosa, directora general de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), habló con La Nación/Nación Media sobre las dos décadas de trayectoria, los desafíos que se presentaron y los aportes que realiza a la cultura esta organización.

  • Por Jimmi Peralta
  • Fotos Jorge Jara / Gentileza

La escena local está experimentando la emergencia de una camada de músicos con alta formación académica. Para que ello sea posible dos ins­tituciones fueron centra­les: el Conservatorio Nacio­nal de Música (Conamu) y la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), que fueron frutos del aporte, el trabajo y de los sue­ños de generaciones de maes­tros que se encarnaron en ese tiempo en Florentín Giménez. Formación y profesionaliza­ción de los músicos fueron los aportes de estas institu­ciones que demostrando el fundamental papel que tiene el Estado en el desarrollo de las artes, hoy ya cuentan con resultados de reconocimiento internacional.

Para comprender la misión y la relevancia de la OSN, La Nación/Nación Media con­versó con su directora gene­ral, María Victoria Sosa, quien habló de su perfil, del trabajo que realizan, los proyectos y la celebración de las dos décadas de la institución.

–¿Cómo llegaste a la música y cuál fue tu formación?

–Llegué a la música a mis 10 años de edad, en la época de oro del Conservatorio Nacio­nal de Música bajo la direc­ción del maestro Florentín Giménez. Inicié mis estudios en el violín para, sin saberlo, abrazar dicho instrumento y la música como la carrera principal de mi vida profesio­nal. Curso y culmino en dicha institución los niveles tercia­rios de profesorado elemen­tal y superior en violín hasta el año 2012. Posteriormente, realicé mis estudios de grado en la Universidad Nacional de las Artes de Buenos Aires, Argentina, institución en la cual además me encuentro cursando actualmente el segundo año de la maestría en Musicología.

–¿En qué momento te sumaste a la OSN?

–Me sumo a la OSN en el año 2005 tras una primera audi­ción pública a mis cortos 15 años de edad en carácter de pasante. Posteriormente, cumplida la mayoría de edad en 2008, vuelvo a audicio­nar quedando seleccionada por concurso público, ahora ya como miembro estable del plantel sinfónico ininterrum­pidamente hasta la actuali­dad. En enero de 2023 asumo como directora general de esta maravillosa entidad a la que pertenezco hace 19 años con el tremendo desafío de conducir los procesos orga­nizacionales y gerenciales de la orquesta más importante del país.

María Victoria Sosa, directora general de la OSN.FOTO: JORGE JARA

NACIMIENTO

–¿Podrías contarnos bre­vemente algo respecto al origen de la orquesta?

–La OSN nace el 19 de agosto de 2004 para convertirse en la primera orquesta ofi­cial del Estado paraguayo con alcance nacional, ya que desde 1957 hasta 2003 solo existía una orquesta sinfó­nica y era la de la Municipali­dad de Asunción, es decir, su misión y alcance se limitaba por naturaleza a las inmedia­ciones de la capital del país. A partir de la creación de la OSN se busca el fomento de la obra sinfónica universal y nacional, buscando potenciar a compositores, directores de orquesta y solistas (intérpre­tes) paraguayos que puedan brindar este servicio público desde un enfoque más descen­tralizado.

–¿Qué implica para la cul­tura musical paraguaya la existencia de su Orquesta Sinfónica Nacional?

–La Orquesta Sinfónica Nacional de cualquier país representa su agrupación musical más emblemática y representativa por consti­tuirse en una poderosa herra­mienta de desarrollo e inter­cambio cultural a nivel local, regional y mundial. En este caso, la OSN del Paraguay representa la concreción del trabajo y los sueños de gran­des músicos de nuestra his­toria, quienes allanaron el camino para que las nuevas generaciones podamos dedi­carnos profesionalmente a la música. Por todo esto, la OSN ha sido declarada en su propia ley como Patrimonio Cultural de la República.

ETAPAS

–¿Cuál fue el proceso que llevó a la consolidación del proyecto de la orquesta?

–La OSN pasó por tres etapas significativas que marcaron su consolidación como ins­titución. La primera (2004-2008), su origen, que demandó mucho esfuerzo, muchos pro­cesos complejos a nivel orga­nizacional, pero con todo el entusiasmo que un proyecto nuevo de tal envergadura inspira para sus miembros. La segunda (2009-2022) fue la etapa de consolidación de infraestructura y recursos materiales y presupuesta­rios, acompañado de impor­tantes avances a nivel musi­cal y de visibilidad de la OSN como una institución más consolidada. Y la tercera etapa, la actual, en la que se busca desarrollar estrategias de jerarquización de la profe­sión musical, gestiones para potenciar la institucionalidad y, por sobre todo, estrategias que permitan una consolida­ción organizacional en aten­ción al contexto social, jurí­dico y presupuestario en el que la OSN cumple con su misión y visión en la actualidad.

ELABORACIÓN DE REPERTORIO

–¿Cuáles son los criterios que plantean a la hora de abordar un repertorio a lo largo de una temporada?

–En el marco de esta nueva etapa de la OSN es importante mencionar que la ruta de objeti­vos artístico-musicales se halla en proceso de construcción. El último trimestre del año nos abocamos a diseñar lo que será el calendario artístico para el siguiente ejercicio fiscal, consi­derando las necesidades de crecimiento musi­cal, desafíos de repertorio universal o nacional que enriquezca el nivel técnico e interpretativo de nuestros integrantes, así como el equilibrio de estas con propuestas musicales que, por un lado, sean atractivas al público y, por el otro, que permitan seguir ampliando la cosmovisión y el gusto por nuevas expresiones musicales.

–¿Cuáles fueron algunas de las composicio­nes más desafiantes en estos años?

–En la inmensidad de las obras de compositores universales de diferentes épocas y géneros musi­cales podemos mencionar la inclusión de obras del barroco como el “Concierto de Brandenburgo N.º 1″ de Johann Sebastian Bach interpretado con ins­trumentos modernos, pero con criterios de época; el ciclo de sinfonías de Johannes Brahms, la pri­mera audición en Paraguay de la “5.ª sinfonía” de Dmitri Shostakovich, “Ballet/suite” de Max Reger, “El teniente Kijé” de Serguéi Prokófiev, la “Suite del pájaro de fuego” de Ígor Stravinsky, entre otras.

PROYECTOS

–¿Cuáles son algunos de los proyectos futuros que tiene la orquesta?

–A futuro tenemos proyectado abordar la primera interpreta­ción del “Concierto para violín” de Erich Wolfgang Korngold, la “Suite del mandarín maravilloso” y el “Concierto para orquesta” de Bèla Bartok y algunas de las sinfonías de Anton Bruckner, las siempre intrigantes pero maravillosas obras de Leoš Janacek. También hemos iniciado la inclusión de obras sinfónico-corales como la “Misa de coronación” de Wolfgang Amadeus Mozart, en un futuro próximo realizar la “Cantata Alexander Nevsky” de Serguéi Prokófiev y “Carmina Burana” de Carl Orff. La música de nuestro tiempo también ha tenido un lugar preponderante en nuestra programación como diversos estrenos mundiales de autores nacionales y de la región, obras que estamos abor­dando como desafío para nuestro crecimiento musical hacia la excelencia.

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