Simone Biles, el azar, la fama, el infierno y su regreso a la gloria olímpica, una historia que todavía se seguirá escribiendo en las páginas doradas del deporte.
Nació en un hogar donde sus padres se ahogaban en drogas y alcohol, la rescataron sus abuelos, en su camino se cruzó el azar y la introdujo al deporte. En la cúspide su carrera, tal vez los problemas familiares de infancia le pasaron una dura factura, anunció su tempranero retiro por una enfermedad mental que padecía, sin embargo, la fuerza de aquel destino que la marcó a los seis años, la catapultó nuevamente a los Juegos Olímpicos París 2024 y hoy Simone Biles vuelve a brillar.
El 14 de marzo de 1997, en el seno de una familia con problemas con drogas y alcohol en Columbus, Ohio, nacía Simone. Sus padres decidieron que esa niña iba a estar mejor con sus abuelos maternos y los dieron en adopción.
Una excursión escolar a los seis años, llevó a la niña al centro de Gimnasia de Bannon, donde quedó asombrada al ver a las gimnastas hacer todo tipo de piruetas en el aire. Simone, tras volver a su casa comenzó a imitar los saltos y acrobacias, ante esto sus abuelos decidieron que una buena manera de canalizar su dificultosa infancia, podría ser el deporte, sin imaginar que estaban abriendo la puerta a una futura estrella que iba a traspasar fronteras.
TALENTO PURO
En las primeras clases que tomó Simone, dejó con la boca abierta a sus entrenadores, ya que mostraba un talento que parecía traer de nacimiento, ya que lograba hacer piruetas perfectas que otras alumnas que llevaban meses practicando,
Aimee Booman, entrenadora olímpica, fue convocada para ver una sesión de entrenamientos de la niña. Después de eso una carta llegó a la casa de los abuelos, donde se le cursaba una invitación a la nieta, para que entrene en otro nivel.
Booman fue la entrenadora que llevó a Simone a los 16 años a ganar su primer titulo mundial de gimnasia artística en Bélgica. Título revalidado al siguiente año en China.
De ahí en más Biles ya era considerada como la mejor gimnasta del mundo.
Pero lo mejor estaba por venir para la atleta, ya que en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, se colgó cinco medallas, cuatro de oro, en equipo, suelo, salto y múltiple individual. Esto hizo que ella se convirtiera en la única gimnasta estadounidense con más medallas ganadas en un solo juego olímpico.
LOS DEMONIOS INTERNOS
Parada en la cima del mundo, Simone iba a su segunda Olimpiada Tokio 2020, pero en plena competencia la atleta decidió retirarse. Ella dijo que estaba lidiando con problemas mentales. La presión, exigencia o tal vez los antiguos demonios internos de su infancia, la terminaron quebrando.
La prensa la destrozó. La tildaron de sabotear al equipo estadounidense, que no pudo conseguir el oro y quedó detrás de Rusia. Pero nadie vio a la persona, sobre la deportista.
El fin de una brillante carrera quedó marcado con el retiro de Simone o al menos eso se creyó.
En silencio y llevando una vida particular bien en paralelo de sus actividades deportivas, al parecer Biles logró encontrar nuevamente el equilibrio y por sobre todo el hambre de seguir ganando, sin importar el qué dirán.
Cuatro años después Simone volvió al equipo estadounidense, pero no por compasión, se ganó un lugar a fuerza de trabajo y talento. Hoy en París 2024 irrumpió con toda su luz y deslumbró a todos y en gimnasia artística por equipo ella ganó su primera medalla de oro.
ACLAMADA
El lunes 29 de julio se anunció la primera participación en París de Simone. El mundo deportivo se paralizó para ver el regreso de una leyenda. Pero en las gradas del estadio estuvieron Lady Gaga, Snoop Dog, Ariana Grande y hasta Tom Cruise, para ser testigos del regreso de Biles.
Estas estrellas mundiales dieron su aliento a la talentosa gimnasta y la aplaudieron cuando salió a hacer su rutina.
La historia deportiva de Simone en París todavía no acaba y lo más probable es que luego siga compitiendo, para demostrar al mundo entero que ella fue, es y será una campeona dentro y fuera del deporte.
Simone en Río de Janeiro se convirtió en la única gimnasta estadounidense con más medallas ganadas en un solo juego olímpico.