En esta nueva entrega de Ellos Saben, La Nación/Nación Media conversó con el historiador Fabián Chamorro, quien citó los 5 hechos más importantes en la historia de Paraguay.

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El promotor cultural, docente universita­rio y escritor Fabián Chamorro considera que estos eventos marcaron el desarrollo de Paraguay y dejaron heridas que siguen sin sanar.

Su lista incluye la guerra de la Triple Alianza (1864-1870); la Constitución de 1870 (1870-1940); la guerra del Chaco (1932-1935); el militarismo postguerra del Chaco y el golpe de 1989.

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GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA (1864-1870)

Esta guerra destruyó a Paraguay y su existencia como nación estuvo en juego. Paraguay perdió más de la mitad de su población (más de 280.000 personas) y gran parte de su territorio (más de 150.000 kilómetros cuadrados). Lo más estremecedor de esta contienda fue que la mayoría de las víctimas paraguayas no fueron soldados, sino población civil, incluyendo a niños, ancianos y mujeres. Además, el país tuvo que soportar la ocupación aliada de 7 años y la exigencia de una impagable indemnización de guerra. En la historia de América Latina, no hay otro conflicto bélico similar, un desastre demográ­fico que retrasó el desarrollo de Paraguay y cuyas heridas persisten hasta la actualidad.

CONSTITUCIÓN DE 1870 (1870-1940)

El 25 de noviembre de 1870 se sancionó la que podría considerarse la primera Constitución de Paraguay. Fue prácticamente la copia de la Constitución de Argentina, que fue publicándose en el diario “La Regeneración”, de manos de Juan José Decoud.

Durante décadas, en honor a esta fecha, los presidentes de Paraguay asumían el 25 de noviembre. Recién en 1912 se instruyó el 15 de agosto. A pesar del ordenamiento político que en principio significaba esta constitución, la coyuntura política siguió siendo inestable y la situación económica y financiera no mejoró. Esta constitución estuvo vigente durante setenta años y fue la madre de nuestros partidos políticos.

GUERRA DEL CHACO (1932-1935)

Esta guerra representó una victoria paraguaya colectiva. José Félix Estigarribia entendió que era una guerra de todos y no solo le dio visi­bilidad a importantes y hegemónicos políticos colorados, sino que también les dio un espacio en el ejército. La inteligencia paraguaya estuvo a cargo de Tomás Romero Pereira, referente del Partido Colo­rado; mientras que Juan E. O’Leary fue llevado al Chaco para motivar a la tropa. El ejército paraguayo le hizo retroceder 150.000 kilóme­tros cuadrados al boliviano. Ese territorio ya era ocupado por Bolivia desde 1905 en adelante. En la última etapa de la guerra, Bolivia tenía 50.000 hombres y Paraguay 15.000. Se llegó a la paz a tiempo; si con­tinuaba, podía ser catastrófico para Paraguay.

MILITARISMO POSTGUERRA DEL CHACO

Durante la guerra del Chaco se mantuvo la unidad nacional, pero al terminar la contienda, la tardanza en las negociaciones de paz, la difí­cil situación económica y el descontento político derivó en una serie de golpes de Estado y revoluciones. En 1942, Higinio Morínigo instaló un campo de concentración en el Chaco y se creó la Denapro (Depar­tamento Nacional de Prensa y Propaganda), que era una especie de Gestapo que vigilaba a todos. Con Morínigo se instaló nuevamente el autoritarismo en Paraguay. Después de la revolución de 1947, vuelve definitivamente el Partido Colorado al poder. Luego de algunos años de inestabilidad política, por la reorganización de los cuadros colora­dos, el general Alfredo Stroessner llegó al poder en 1954.

GOLPE DE 1989

“El golpe del 89 es funda­mental por­que quiebra un proceso que comenzó luego de la guerra del Chaco, que es el militarismo. El militarismo justamente termina con una dicta­dura que fue brutal para Paraguay, que más allá de los mitos que hay existen en torno al estronismo, fue nefasta para nuestro país”, explica Chamorro. Entre la noche y madrugada del 2 y 3 de febrero de 1989 se concretó el golpe de Estado contra Stroessner, quien gobernó Para­guay durante 35 años. El derrocado dictador terminó exiliado en Brasil, donde murió el 16 de agosto de 2006. La recordada como la “Noche de la Candelaria” tuvo como protagonista al general Andrés Rodríguez. El plan se gestó 3 o 4 meses antes de su ejecución y el propio Stroessner estaba al tanto, pero no creía que Rodríguez lo encabezara. Los golpis­tas tuvieron que adelantar el alzamiento al trascender los rumo­res, se dio una lucha entre la Caballería y la Escolta presidencial, que dejó como saldo 39 caídos. Así terminó el régimen más san­griento de la historia nacional, pero quedaron problemas estruc­turales que sufrimos hasta la fecha.

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