El Hotel Villa Morra Residence, a iniciativas de su propietaria, doña Adela González Gill de Heisecke, organizó un encuentro con la delegación de artesanas japonesas bordadoras de ñanduti, en el marco de su visita al Paraguay. La idea fue enseñar a las visitantes una muestra permanente que tiene el establecimiento sobre el preciado encaje paraguayo. El hotel alberga una exposición de piezas y valiosos documentos que forman parte de las investigaciones que realizó el doctor Gustavo González, padre de doña Alita de Heisecke, sobre los orígenes del ñanduti.
“En la muestra está reflejada la obra de investigación y fotos de cada uno de los motivos que se llaman dechados, plasmando en el encaje formas de la naturaleza, de la fauna, de la flora, de la religión. Algunas de las piezas son de mi padre y otras que me prepararon especialmente las artesanas de Itauguá”, explicó la anfitriona del encuentro.
Paraguayo, egresado de la carrera de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, el doctor González realizó un sistemático y profundo estudio sobre nuestro encaje tradicional que dio como resultado el lanzamiento de un ensayo en 1966. En 2008 se realizó una reimpresión del texto junto con una presentación gráfica con imágenes a color. En el 2018 fue presentado un documental titulado “El hombre que teje”, basado en historias y leyendas en torno al ñanduti, recopiladas de la valiosa información que dejó como legado el doctor González, pionero en la documentación sobre el emblemático tejido paraguayo.
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Las tejedoras de Piribebuy que mantienen vivo el legado del Poncho Para´i de 60 listas
Por René González
Con una calidez única y amplia sonrisa, doña Rosa Segovia nos recibe en su casa. Hace pocos días pasó por una delicada cirugía, pero hizo un esfuerzo y decidió conversar sobre su pasión más grande que es el tejido del Poncho Para´í de 60 listas.
En el barrio Virgen del Rosario de la ciudad Piribebuy, varias tejedoras hilan sus sueños y se ganan el pan de cada día entrelazando hilos casi invisibles mientras comparten un tereré.
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El poncho no es solo una tela nos cuenta doña Rosa. Es mucho más profundo, es en memoria de 60 soldados que durante la Guerra contra la Triple Alianza fueron fusilados y enterrados en una fosa común en Piribebuy con ponchos, blanco y negro. En el lugar del fusilamiento hoy existe un oratorio, pero la memoria parece muy presente en la pacífica ciudad de la Cordillera.
En su elaboración, el tejido tradicional requiere de una gran habilidad y dedicación por su relevancia y legado histórico. Gracias a esto fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural inmaterial y símbolo ancestral. Desde este reconocimiento aumentaron las ventas, comentan con alegría las tejedoras.
Cada telar se convierte en parte del cuerpo de la tejedora por que ella busca su comodidad y exactitud al diseñar las telas. Es minucioso, pero no imposible, comenta doña Rosa mientras invita a que se acerquen hasta su escuela taller para aprender la habilidad de este legado.
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La técnica del tejido debe trascender. “Todas las mujeres tenemos talento para cumplir nuestros sueños, es muy importante mantener la fortaleza y dejar huellas para otras mujeres”, nos dice la profesora doña Rosa.
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Paraguay seguirá promoviendo más expresiones culturales ante la UNESCO
La ministra de Cultura, Adriana Ortiz, destacó el gran logro alcanzado por el Paraguay el pasado 3 de diciembre, cuando la guarania fue reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, durante la 19° sesión del Comité Intergubernamental de la organización que se llevó a cabo en Asunción.
En una charla en el espacio de la Vocería de Gobierno, encabezada por la vocera Paula Carro, la ministra de Cultura destacó que la guarania, genero musical creado por el artista compositor paraguayo José Asunción Flores, se convierte en la tercera expresión paraguaya que ingresa en la lista de patrimonio de la humanidad.
Recordó que en el 2020 fueron incluidos el “Tereré y el Poha Ñana”; mientras que hace un año se logró la misma distinción para el “Poncho Para’i de 60 Listas”. Explicó que Paraguay ha postulado sistemáticamente ante este comité aquellas expresiones culturales que identifican a cada paraguayo.
“Haber logrado el tercer reconocimiento es el resultado de un minucioso trabajo que se viene realizando y que se seguirá haciendo, buscando el reconocimiento de otras expresiones que forman parte de nuestra esencia”, enfatizó.
Destacó que los esfuerzos por el reconocimiento de la guarania y de su creador, José Asunción Flores, se enmarcan en la política de promoción cultural del Paraguay que emprende y lidera el presidente Santiago Peña
Próximas expresiones a ser presentadas
En ese sentido, informó que en el Comité de Patrimonio Cultural Inmaterial del Paraguay, que lidera la Secretaría Nacional de Cultura, han elegido dos expresiones que serán deliberadas en el año 2025 ante la Unesco. Por un lado, señaló el ñandutí y, que es de práctica tradicional en las ciudades de Itaguá, de Pirayú, específicamente la compañía Tuyucuá, y de Guarambaré.
Además, en carácter de salvaguarda urgente, la técnica de alfarería de las mujeres artesanas de las ciudades de Tobatí e Itá, cuyo principal elemento es el kambuchi (cántaro paraguayo).
“Son reminiscencias que forman parte de nuestra identidad más profunda y que hoy ya están en la lista indicativa de la Unesco y se va tratar el año que viene. Por otra parte, el Comité de Patrimonio Inmaterial del Paraguay tiene la inmensa tarea, que no sé aún cómo vamos a hacer, para elegir algo de la gastronomía paraguaya. Entre la chipa y el vorivorí, la verdad está muy difícil y no sé cómo vamos a resolver aún, porque cada país debe elegir una expresión por año”, explicó.
Mapa cultural universal
En otro momento, la ministra de Cultura calificó el reconocimiento por parte de la UNESCO como un acto de justicia para el Paraguay, ya que lo ubica en el mapa de la cultura universal.
“La guarania es algo que nos identifica, que nos une y nos compromete a tener una mirada país a futuro de promover en las nuevas generaciones el amor por la cultura y prepararlas para que puedan velar por lo que es patrimonio de nuestra nación”, enfatizó.
Asimismo, Ortiz señaló que la guarania es un género que actualmente se estudia en importantes universidades del mundo, y en ese sentido declaró que junto a la Cancillería emprenderán una diplomacia cultural que permita la difusión de estas expresiones.
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El ñandutí que entrelaza culturas
Quince mujeres japonesas que a pesar de la distancia aprendieron el arte del ñandutí llegaron a nuestro país días atrás para tener un contacto cercano con la cultura paraguaya y en especial con las raíces y las cultoras tradicionales del encaje artesanal paraguayo más universal.
El pasado miércoles, el grupo de tejedoras niponas tuvo la oportunidad de compartir un emotivo encuentro con artesanas del ñandutí de una de las ciudades con mayor tradición en este tejido, Itauguá.
Tour del Ñandutí 2024 se denomina esta experiencia, que nace de la iniciativa de la profesora Mie Elena Kanazawa de Iwatani, nikkei de segunda generación originaria de La Colmena y actualmente residente en Tokio. Ella fue quien inculcó a las entusiastas mujeres japonesas el arte del ñandutí en la tierra del Sol Naciente. “Mis alumnas en Japón siempre me dicen que quieren conocer Paraguay. La primera vez que hice el tour fue en el 2016 con ocho a l u m nas, en el 2018 fue con diez p e r s o nas, y en esta ocasión, somos quince personas”, comentó Elena, quien enseña a tejer ñandutí desde hace más de 14 años en Japón.
La visita del grupo a la Ciudad del Ñandutí y el encuentro con artesanas locales fue uno de los puntos principales del tour. El evento fue en la casa de la maestra artesana itaugüeña María Cristina Pereira de Agüero, en la compañía Mbocayaty Sur. Allí, artesanas paraguayas y japonesas pudieron confraternizar y compartir sus experiencias, así como también un delicioso almuerzo con comidas tradicionales paraguayas. No faltó el tour de compras en las numerosas tiendas de ñandutí que hay en la localidad.
ÚLTIMOS DÍAS
Las tejedoras japonesas no solo mostraron su interés hacia el ñandutí. Tras la experiencia en Itauguá también pudieron conocer sobre la elaboración de otros tejidos como el aopo’i y el encaje ju. El Tour del Ñandutí 2024 también abarcó otro espectro de la artesanía paraguaya: la fabricación de la filigrana de mano de los maestros luqueños.
En el último día de la agenda, hoy tienen prevista una visita a la exquisita muestra de ñandutí que posee el Hotel Villa Morra Residence, de Asunción. Allí también compartirán un refrigerio para luego partir ya al aeropuerto para emprender el retorno al Japón.
El grupo de viajeras está integrado por alumnas de las ciudades de Tokyo, Ishikawa, Saitama, Fukuoka, Kanagawa, Hyogo y Osaka. Elena imparte clases de ñandutí en distintas instituciones de Tokyo, Yokohama, Kyoto y Osaka. Actualmente, 28 de sus alumnas están enseñando a su vez en muchas partes del país y hay más de cuarenta cursos en distintos lugares del Japón. “El arte de tejer el ñandutí está cada vez más extendido en Japón, y no solo entre las mujeres, también tengo alumnos varones”, comentó finalmente la maestra.
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Tejiendo un legado en ñandutí
Floricultura del Paraguay, comprometida con la promoción y preservación del arte y la cultura paraguaya, lanzó un libro que busca inspirar a las nuevas generaciones.
Cada página del libro “Tejiendo un Legado – Tutorial Básico de Ñandutí” de la maestra Norma Martínez atesora sabiduría, experiencia y conocimiento en torno a este emblemático y mundialmente admirado encaje artesanal paraguayo.
De acuerdo a la autora, con este libro se busca que las nuevas generaciones aprendan y tomen el gusto por la confección de estas bellas piezas y, por qué no, que se conviertan también en una fuente de ingresos extra.
En él se pueden hallar desde los materiales y herramientas necesarias hasta las técnicas básicas de tejido, con instrucciones claras y detalladas, acompañadas de fotografías ilustrativas que permiten a los lectores explorar su creatividad y dominar las habilidades necesarias para crear hermosas piezas de ñandutí.
También se puede apreciar las vivencias de destacadas artesanas y, sobre todo, los secretos que encierra cada técnica, así como los dibujos que las tejedoras van realizando conforme a las imágenes que crean en su mente.
“Este libro es fruto del trabajo de un equipo maravilloso que ha tratado de interpretarme, porque el ñandutí es un trabajo muy personalizado y que a lo largo de los años siempre se ha enseñado cara a cara, agarrándole de la mano a las personas”, explicó la artesana, quien lleva más de 40 años en el rubro.