- Por Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
Blas Agüero es un comunicador que se dedica a reconocer (y corregir) particularidades del paraguayo al comunicarse oralmente o a la hora de volcar sus impresiones en un texto. Creó una plataforma digital para dar consejos sobre el buen hablar.
“Favor golpee la puerta antes de entrar”, reza un cartel que Blas Agüero señala recordando que son expresiones muy comunes de ver y, que según las reglas de la Real Academia Española (RAE), deberían expresarse correctamente de la siguiente manera: “Por favor golpee/golpear la puerta antes de entrar”.
Sobre las facilidades y virtudes de algunas plataformas virtuales y redes sociales, Agüero llama a la gente a comunicarse hablando con propiedad y usando palabras adecuadas. Para tener una guía para quienes deseen mejorar sus mensajes e interacciones creó ¡Comunicate!, una plataforma digital que “pretende ayudar a resolv e r dudas comunes y errores cotidianos en el uso de la lengua española; así como despertar el interés de mejorar y aumentar el vocabulario, utilizando las nuevas tecnologías que actualmente están en la ‘punta de los dedos’”.
Las cápsulas audiovisuales de ¡Comunicate! aportan datos importantes para aprender a utilizar las palabras adecuadamente, para hablar y escribir con propiedad y, de este modo, tener una buena comunicación, eficiente y segura.
SALUDOS
Para Agüero, otro elemento a revisar es el “saludo peculiar del paraguayo”. “El que saluda, pregunta: ¿Qué tal?, y el preguntado responde: ¿Qué tal? Entonces ninguno de los dos hablantes responde a la pregunta. Sin embargo, para ambas partes el ‘saludo’ está hecho”, enuncia. Otra manera es: ¿Cómo estamos? o ¿cómo
andamos?, en plural, y se incluye a sí mismo, cuando lo importante del saludo es interesarse por la otra persona”, recuerda.
Otras expresiones usadas, entiende, son una forma sutil de esquivar o evitar una responsabilidad o compromiso: estoy en camino; estoy cerca; llego enseguida o llego en un rato. Según expone Agüero: “En ninguno de estos casos o expresiones se estiman distancia certera ni tiempo medible. Por tanto, no se puede reprochar nada en el caso de que haya algún tipo de retraso, ya que no se habló ni de tiempo ni distancia concretos. Lo que exime al hablante de cualquier culpabilidad. En una sociedad o entre personas con una mínima educación este tipo de expresiones ambiguas se toman como de irresponsable, falta de compromiso y es irrespetuoso”, asegura.
MULETILLAS
Las “muletillas” existen en todas las lenguas y comunidades. Sin embargo, su uso excesivo es a causa de la falta de vocabulario, indicó Agüero, recordando las más comunes en Paraguay: ¿Verdad?; el tema de..; sabés luego; justamente. “Esta última muletilla, actualmente, es la preferida o usada de forma excesiva por los periodistas”, comenta entre risas.
“Por ejemplo, en una nota un periodista está contando el caso de una persona que falleció a causa del dengue. Va al cementerio para el funeral y encuentra para
entrevistar a un pariente del fallecido y dice: Justamente ahora estamos con la madre del fallecido. La palabra ‘justamente’ se debe usar para expresar una casualidad o coincidencia. Y encontrar a la madre del fallecido durante el funeral, no es una casualidad ni coincidencia”, explica finalmente.
“La buena comunicación forma parte de una sociedad sustentable y sostenible y aquí insisto en que, indudablemente, el Gobierno de turno tiene mucho que aportar, empezando con la conformación de un gabinete de políticos y técnicos. No solamente el Ministerio de Educación debería contar con profesionales e idóneos en educación, en comunicación, porque esta aparece en todos los aspectos cotidianos de nuestras vidas”, remarcó.
“Por lo tanto, todas las instituciones del Estado tienen la obligación y deber de mantener una buena comunicación, clara y efectiva con la población. De este modo las promesas hechas durante la campaña electoral no serán solamente un deseo, sino una respuesta contundente y concreta a tantas décadas de desidia y abandono a la educación paraguaya”, indicó Agüero.