La pareja conformada por el paraguayo Rodrigo Rotela y Jiyoung Park llegó al altar en el Parque Ambassador en Samyeong, Corea del Sur. El 27 de abril, los enamorados celebraron una boda tradicional coreana que congregó a unos 70 asistentes, incluyendo familiares, amigos y visitantes de otras naciones. Aquí te mostramos todos los detalles de este evento lleno de ritos y tradiciones ancestrales.

La joven coreana, quien flechó de amor al com­patriota, es originaria de la ciudad Gimcheon-si. Ante esto, la boda de Rodrigo Rotela y Jiyoung Park se con­virtió en la 78.ª ceremonia de boda tradicional organi­zada por la ciudad natal de la novia.

a ceremonia, organizada por la mencionada ciudad y el Centro Cultural, comenzó con una vistosa procesión en un palanquín (silla cerrada utilizada por las clases altas y nobles) desde el molino de agua de Samyeongdaesa. Acompañados por el grupo Gireuk-abeom y Pungmul (tradición de música fol­clórica coreana) los novios, transportados en un palan­quín, recorrieron el camino hasta Choryecheong, ante Bukamru. Se realizó el baile de abanicos coreanos, para luego ver descender a la novia del palanquín.

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Acompañados por sus padres en esta hermosa postal para la posteridad. Rodrigo es hijo de Alcides Rotela y Mara Rotela

La boda fue dirigida por Song Gi-dong, secretario general del Centro Cultural de Gimcheon-si. Algunos de los rituales que realizaron fueron: el Chinyeongrye, donde el novio es recibido en la residencia de la novia; el Jeonanrye, en el que el novio presenta un ganso salvaje y hace una reveren­cia; el Gyobae-rye, el primer intercambio de alcohol entre los novios; y el Geun-bae-rye, donde ambos beben de una taza de calabaza, según informó el portal coreano Kimcheon.

Rotela (34) reside en Tokio, Japón, desde hace 8 años. Allí realizó un posgrado en Administración de Empre­sas; tras la maestría recibió una importante propuesta laboral en una empresa. Es jefe del Departamento de Ventas Internacionales de una compañía de ingeniería. En 2016 llegó a tierras japonesas coincidiendo con el arribo a ese país de quien hoy es su flamante esposa de 27 años, una ciudadana de Corea del Sur. Ella está en el Departamento de Marketing de una firma de cosméticos muy importante de Tokio. Se conocieron estudiando en una universidad japonesa y tras varios años de relación, decidieron dar un paso más en su compromiso.

Los novios Jiyoung Park y Rodrigo Rotela, ataviados con hanbok nupcial tradicional, lucen radiantes en su boda celebrada en Corea del Sur

PROMOCIÓN CULTURAL

“Nosotros celebramos nues­tra boda tradicional coreana en un parque-templo de la ciudad natal de mi esposa Gimcheon-si. La ciudad apoyó nuestra boda como parte de las actividades de promoción cultural de la ciudad, al año apoyan unas cuantas”, explicó Rodrigo Rotela, en conversación con La Nación del Finde.

Hay que decir que unos 70 extranjeros, especialmente japoneses y paraguayos, par­ticiparon de la boda intercul­tural. Asimismo, tuvieron invitados locales de Gim­cheon-si; también los visitan­tes del parque se sumaron al festejo, creando un ambiente cálido y festivo.

El paradisíaco Parque Ambassador, de ensoñadores jardines, albergó la ceremonia
El cortejo nupcial llegando al escenario de la boda, arropado por una exuberante vegetación.

“Decidimos tener una boda tradicional coreana, ya que íbamos a tener muchos invi­tados de afuera (especial­mente de Japón) y queríamos que experimenten y disfruten parte de la cultura coreana a través de nuestra ceremonia de bodas”, expuso Rotela.

El casamiento, que se com­puso de ritos y tradiciones ancestrales de Corea, contó con un detalle nacional muy significativo. “Incluimos una bandera paraguaya, que estaba junto a una bandera coreana, en la mesa de recep­ción”, destacó.

“Últimamente en Corea acos­tumbran a celebrar las bodas en un estilo más occidental, entonces disfruté mucho los comentarios de los coreanos, jóvenes y no tan jóvenes, de que finalmente pudieron dis­frutar de una verdadera boda tradicional coreana”, contó el compatriota.

La novia fue transportada en palanquín, siguiendo la milenaria tradición.
El novio Rodrigo Rotela, durante el ritual del kireogi

RITUALES DE UNA BODA ANCESTRAL DE COREA

  • Previa: los festejos se realizan para amenizar el ambiente y como previa a la ceremonia principal.
  • Saludo a los padres: acto en el cual el novio va a la casa de la novia a buscarla. Cuando el padre de la novia recibe al novio en el jardín, se da por iniciada la ceremonia de boda.
  • Kireogi: acto en el cual el novio ofrenda un kireogi (gansos salvajes) a la familia de la novia. Luego, el novio realiza dos reverencias ante el kireogi, que simboliza varias virtudes que la pareja debe seguir en su vida matrimonial: fidelidad, armonía, etc. Luego la novia hace entrada.
  • Encendido de las velas: momento en que las madres de ambas familias encienden las velas. Este acto simboliza que el futuro de la pareja de recién casados estará brillantemente iluminado.
  • Reverencia: los novios realizan un gesto de reverencia mutuamente. Se lavan las manos para lim­piar el cuerpo y la mente, y se inclinan mutuamente en reverencia para expresar el compromiso de vivir 100 años juntos.
  • Cierre: los novios intercambian alcohol desde una misma taza de calabaza. Los recién casados beben 3 veces de la taza de calabaza y se comprometen a vivir como marido y mujer ante los antepasados y las deidades del cielo y la tierra.
La bella Jiyoung Park es presentada por su madre y otro familiar, todas ellas enfundadas en trajes típicos de Corea
Una mesa con ofrendas y dos gansos salvajes (kireogi) que simbolizan las virtudes que la pareja debe fomentar en su vida matrimonial
La ceremonia fue dirigida por Song Gi-dong, secretario general del Centro Cultural de Gimcheon-si. La boda se enmarcó dentro de las actividades de promoción cultural de la ciudad

“Decidimos tener una boda tradicional coreana, ya que íbamos a tener muchos invitados de afuera, especialmente de Japón, y queríamos que experimenten y disfruten parte de la cultura coreana a través de nuestra ceremonia de bodas”.

RODRIGO ROTELA

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