En este diálogo con La Nación del Finde, el escritor y antropólogo Urbano Palacio brinda detalles sobre dos libros que fueron presentados ayer, que forman parte de una saga que tiene como protagonista a un personaje que, en medio del desarraigo, emprende un camino de retorno a sus raíces y de reencuentro con sus ancestros en una maravillosa experiencia de autoconocimiento.
En el marco de la 24.ª Feria del Libro Chacú Guaraní, que se desarrolla en el hotel Excelsior desde el pasado 23 de febrero y hasta el 10 de marzo, ayer viernes 1 de marzo se llevó a cabo la presentación de la bilogía “El libro de las hierbas preciosas” y “El libro del bosque”, de la autoría del antropólogo, filósofo y escritor Urbano Palacio. Se refirieron a las obras, respectivamente, Ana Paula Soares, experta en literatura contemporánea y directora de El Políglota, y Manuel Martínez Domínguez, director general del Ateneo Paraguayo. El libro lleva el sello editorial de Arandurã.
En contacto con La Nación del Finde, Palacio explicó que los dos libros forman parte de una saga de plantas medicinales que narra la búsqueda de la identidad propia de un personaje que creció y fue educado lejos del lugar donde nació y fuera de los parámetros de su cultura.
“Es la historia de un joven indígena que crece en la ciudad y en el mundo occidental de los jurúa, como le llaman los mbyá a ese estilo de vida. Cuando termina la universidad no se siente parte de ese universo y vuelve a su comunidad para aprender sobre las plantas y se le abre un mundo maravilloso de sus raíces paraguayas e indígenas”, refiere Palacio sobre la trama de esta historia, que según refiere son las dos primeras partes de una trilogía en cuya parte final se encuentra trabajando actualmente.
ARGUMENTO
En “El libro de las hierbas preciosas” el personaje adquiere muchos conocimientos sobre plantas, tratamientos naturales y sobre su misma identidad cultural en un viaje de reencuentro con sus antepasados.
En tanto, en la segunda parte, en “El libro del bosque” el personaje abandona nuevamente su comunidad para volver a la ciudad porque su anciana abuela le indicó que debía emprender este regreso. Sin embargo, por el camino estalla la pandemia y debe refugiarse en la casa de otro anciano, donde va hablando de toda su experiencia y el inmenso mundo de aprendizajes al cual pudo acceder gracias al viaje de retorno a sus raíces.
“Esta es la historia de ambos libros, que narran la historia del mismo personaje que entra en una satisfacción plena por encontrarse a sí mismo. Esta saga, que ahora es una bilogía y estoy trabajando en cerrar con una trilogía, es una experiencia vivida en forma de descubrimiento, de cosas esenciales y sabias, pero que en los últimos tiempos se va olvidando y desapareciendo, y quizás las nuevas generaciones ya no conocerán. Ambos libros son un oasis de antiguas prácticas”, explicó.
El autor optó por no proporcionar al personaje un nombre específico para permitir que los lectores puedan identificarse más fácilmente con las vivencias del mismo.
FICCIÓN
Con relación a por qué decidió contar la experiencia en clave de ficción en lugar de elaborar un diario antropológico, señaló que estos libros no recogen solo experiencias suyas y que, además, desde el inicio al final el relato es pura ficción y no se trata de una autobiografía.
Respecto al proceso de elaboración de los libros, subrayó que no se trata de una obra científica, sino de una ficción libre que se basa y recoge vivencias de su experiencia de más de veinte años como antropólogo con trabajos de campo en comunidades del Amazonas en el Brasil, en las regiones Oriental y Occidental del Paraguay, del norte de Argentina, Bolivia y Perú.
Así, el autor va sintetizando sus conocimientos sobre las plantas y las diversas culturas que pudo conocer a lo largo de su dilatada carrera profesional encontrando un hilo conductor entre las más diversas costumbres y nomenclaturas. En este sentido, sostuvo que cada idioma nativo asigna a determinadas especies un nombre que tiene un significado profundo vinculado a la cosmovisión de cada cultura muy anterior a las primeras clasificaciones científicas realizadas entre el siglo XVII y XVIII. Por ello, su objetivo es rescatar el contenido antropológico de la amplia nominación botánica de los pueblos indígenas más que realizar un mero inventario biológico-científico.
“EL LIBRO DE LAS HIERBAS PRECIOSAS”
Emotivo relato del choque cultural de la urbe y del campo, del bosque, de la selva, de lo primitivo, en tiempos de globalización. Un joven mestizo criado y educado en la ciudad decide dejar atrás su cómoda vida moderna e ir en busca de sus raíces indígenas. Inicia así un largo camino de verdadero aprendizaje, camino de espiritualidad en donde su ya anciana abuela lo introduce en un mundo nuevo, mágico, mundo de las plantas nativas, presentes en las tierras y suelos habitados por los mbyá-guaraní desde tiempos inmemoriales.
“EL LIBRO DEL BOSQUE”
Es el relato del descubrimiento y la coligación que se va haciendo el protagonista a medida que profundiza su aprendizaje sobre plantas medicinales, en las lecciones con el anciano abuelo, hasta que abandona la comunidad indígena. Mientras regresa a la ciudad es sorprendido por la pandemia, que termina siendo una posibilidad para aprender de un maestro inesperado, con quien convive en una situación única y a la vez extraordinaria mientras el miedo se apoderaba del mundo. “El libro del bosque” es el libro de la revelación de la identidad y de la particularidad; es el libro de la belleza de lo simple, de lo genuino, visto con los ojos del niño, del niño que todo quiere descubrir.
SOBRE EL AUTOR
Urbano Palacio es filósofo y antropólogo. Nació en Pedro Juan Caballero en 1970; estudió Filosofía y Antropología en la Universidad Nacional de Asunción (UNA), así como en la Universidad de La Habana (Cuba) y en la Universidad de Trento (Italia). Participó de la película “BirdWatchers - La tierra de los hombres rojos” (Italia, Brasil, 2008), dirigida por Marco Bechis.
Según comentó, el autor vivió entre los indígenas de varios países: “Vi la íntima relación de los pueblos con las plantas, su entorno, con el bosque o con el resto del bosque que queda. Evidentemente cuando se va narrando, se van juntando cosas en la observación y ahí, en mi peregrinar en cada pueblo he visto varias cosas, así se fue coagulando, creciendo en este libro”.
Palacio también encabeza el Centro Experimental de Recursos Medicinales (CERM), ubicado en la ciudad de Itacurubí de la Cordillera. Se trata de un espacio natural regado por las aguas del arroyo Yhaguy en el que se realizan diversas actividades como senderismo, caminatas, acampes, talleres de medicina natural, estilo de vida, bioconstrucción, tratamientos de residuos, meditación, nutrición, recorridos guiados para estudiantes que deseen tener una experiencia vivencial y de aproximación al mundo de las plantas medicinales, entre otras.