“No es fácil, pero es lindo hacer lo que te gusta”, dice el ilustrador que avanza en la composición de las imágenes de más de 100 recetas de chipas, que compilará en un libro que editará caseramente. Amante de la gastronomía paraguaya que degustó desde muy pequeño, ahora lo plasma en esta obra.
- Por Jorge Zárate
- Jorge.zarate@nacionmedia.com
Formoseño de nacimiento, Grillo Benítez tiene papá paraguayo y mamá española, aunque según cuenta: “Me enamoré de Paraguay”. Su homenaje a las personas, el paisaje, la flora y la fauna comenzó a darse entonces naturalmente en sus búsquedas como pintor, en acuarelas primero, en tazas que comercializa muy bien desde su Fábrica de Tazas, en textiles, etc.
Avanzando en la idea de hacer arte pop que involucre cierta mirada folklórica, un día tuvo la idea del libro de las chipas. “Nació de una locura de cuando empecé a ilustrar recetas. Ese famoso food art que se le llama que pinté en delantales. Y después las puse en mis tazas, al punto que la receta del mbeju es de las más vendidas, y finalmente pensé ‘tengo que hacer algo que sea bien paraguayo, algo que los cocineros de todo el mundo quieran tener, donde la gente se sienta orgullosa, donde la gente diga: ah, quiero conocer, ah, quiero hacerlo’. Por eso también va a ser un libro interactivo”, cuenta de la génesis del volumen en que trabaja.
Cuenta que vendrá en una caja con una taza de regalo, un almanaque de 2025 y stickers, para pegar con las leyendas “probé y cociné, por ejemplo, como si fuera un libro de figuritas”, se entusiasma.
Aquí su diálogo con Nacion Media:
-Ya superaste las 50 recetas de chipas ilustradas, ¿llegarás a la meta de 100, hay tantas?
-Justamente ahora terminé la número 58, llego a las más de 100 recetas. Son creo que más de 130 recetas que ya tengo. Y la idea es, bueno, en una primera tirada, terminar esas 130 recetas. Hay muchísimas porque la chipa fue mutando con el tiempo y por el hecho también de los ingredientes que se usan en cada zona. Eso es una cuestión de que la chipa en base tiene muchos ingredientes. El maíz, la mandioca, se usa maní, se usa coquito, se usa harina de trigo, qué sé yo, del maíz se usa en varias formas, del almidón también, de la mandioca también se usa en varias formas. Pero creo que las tres bases son maíz, mandioca y trigo. Se conoce mucho más la de almidón de mandioca, porque, bueno, es una forma mucho más fácil de hacer.
-¿Cómo llegaste vos a la chipa, en la infancia, por parientes?, ¿cómo es tu relación con este pan sagrado paraguayo?
-La chipa viene de chico porque mi papá era paraguayo, mi abuela era paraguaya, mis bisabuelos. Yo me crié en Formosa y en todo el norte de la Argentina la chipa es esencial. Y cuando me vine a vivir a Paraguay fue aprender más porque para mí la chipa era simplemente almidón de mandioca y queso y se terminó.
Por ejemplo, la chipa de Corrientes es totalmente diferente a la de Formosa y cuando llegué a Paraguay me encontré con una diversidad mil veces más grande, aquí entendí por qué la chipa es sagrada.
Porque cuando nace alguien, se come, en Semana Santa se come chipa, se casaba alguien y se comía chipa, fiestas, eventos donde la chipa es partícipe, ¿no? Soy un eterno enamorado de este país por la riqueza cultural que tiene, un folclore muy propio, 100 % de acá. También tiene quizás un poco de mezclas de España, Italia, pero son paraguayos, ¿me entendés?
-¿Cómo hará la gente para hacerse de un ejemplar del libro?
-El libro lo voy a hacer de forma casera, en inglés se llama scrapbook, que son esos libros que hacen los viajeros o como un diario íntimo, por ejemplo, los acuarelistas cuando salen a recorrer. Son libros caseros que se hacen a mano. Entonces, la idea es esa, que tenga ese mito y que también sea artesanal más allá de que está impreso con una impresora chiquita, común.
El libro lo voy a vender por internet y, bueno, después más adelante seguro se estará vendiendo en otros lugares.
-¿Cómo vas con tu idea del arte para mostrar el país, con la fábrica de tasas?
-Mi idea de hacer arte contemporáneo con todo el folclore paraguayo surge al enamorarme de un país rico, porque yo siempre digo que Paraguay es como el aceite que se usa, ese extracto concentrado que se usa para hacer el perfume en grandes cantidades.
Entonces, pensé: ¿cómo puedo hacer arte que todo el mundo pueda tener? Y allí surgió la idea de las tasas porque es el regalo que más se da; es coleccionable y de fácil acceso para cualquier nivel social.
“El libro lo voy a hacer de forma casera, en inglés se llama scrapbook, que son esos libros que hacen los viajeros o como un diario íntimo”.
“La chipa de Corrientes es totalmente diferente a la de Formosa y cuando llegué a Paraguay me encontré con una diversidad mil veces más grande”.
PARA TODOS LOS GUSTOS
“Hay chipa para todos los gustos”, resume Grillo Benítez a la hora de hablar de su compilación de recetas. “Hay gente que le pone anís, otro que le pone chorizo, porque cada región usa el ingrediente que más cerca tiene o el que más le facilita o el que más le conviene. Hay distintos tipos de chipa so’o, siempre rellena de carne pero en algunos lugares con masa de harina de maíz y en otros con almidón de mandioca”, comenta.
“Mi aprendizaje también es por los libros de escritoras, que son los libros de Margarita Miró Ivar, Ana María Rivarola Mato, Graciela Martínez, Sara Garófalo y Josefina Aquino, en fin, es buscar e investigar, me ayuda también un historiador muy conocido, Fabián Chamorro”, comentó Grillo Benítez, el apasionado por la gastronomía de nuestro país.
LA IDEA ES QUE EL LIBRO SE AGRANDE
“La idea es hacer un libro que se vaya agrandando, que el día de mañana, no sé, viene un alemán y me dice, mira, yo hice este tipo de chipa e incorporo también su receta. Como el pan, ¿no? Hoy estamos haciendo pan Felipe, que es francés, como el migñón, que es pan francés y se hace acá y se vende acá”, señaló Grillo Benítez sobre la proyección que quiere que tenga su libro.
“Entonces, bueno, yo creo que, no sé, si en China se hace un tipo de chipa, y tiene un nombre… Entonces, bueno, es eso, hacer un libro donde la gente conozca lo que es la chipa. La idea es hacer conocer la chipa nivel mundial”, concluye.