La directora espera que su trabajo brinde una nueva luz, más íntima, sobre Frida Kahlo, quien siete décadas después de su muerte sigue cautivando público.

  • PARK CITY, ESTADOS UNIDOS. AFP.

Frida Kahlo por Frida Kahlo. Esa fue la pre­misa que movió a la directora Carla Gutiérrez a sumergirse en el diario, las cartas y las entrevistas de la famosa pintora mexicana para confeccionar su nuevo documental que estrenó en el festival de Sundance, en Esta­dos Unidos.

“Frida”, que llega a Amazon Prime en marzo, recuenta la historia de una de las grandes figuras del siglo XX a través de sus propias palabras, pero en un tono de intimidad, no de narrativa autobiográfica.

“Teníamos mucho material sobre sus sentimientos, sus emociones y también de sus reacciones a lo que estaba viendo en el mundo. Y enton­ces eso fue para nosotros una guía”, declaró la realizadora peruana Claudia Gutiérrez a la AFP.

Frida Kahlo, con sus tocados de flores, cejas tupidas y vesti­dos huipil, tiene una imagen inconfundible.

La pintora surrealista, falle­cida en 1954 a los 47 años, vivió marcada por un acci­dente que castigó su cuerpo por años, así como por la intensidad de sus emociones.

Su estilo contestatario ha sido caracterizado en pelí­culas, libros y documenta­les, en tanto que su estética vende prácticamente cual­quier objeto imaginable.

Pero Gutiérrez, quien ase­guró haberse enamorado de su obra cuando era joven, sin­tió que faltaba traer a la pan­talla grande sus palabras.

“Hace un par de años comencé a pensar en su his­toria de nuevo y comencé a ver el material que existía de su propia voz. Y descubrí de que ella podía contar la gran parte de su historia”, dijo.

“Frida” sigue un orden cro­nológico, comenzando por la niñez de la artista en su natal barrio de Coyoacán, en Ciudad de México, junto a un padre fotógrafo y una madre conservadora, seguido por su adolescencia rebelde cuando de joven se vestía como un chico.

Poco después, tuvo un acci­dente de tránsito que le generó fracturas serias en todo el cuerpo y la obligó a meses de experimentos médicos y a una vida sufrida por el dolor y uso de corsés y dolor. Luego se aborda su encuentro con Diego Rivera, el popular pintor mura­lista quien se convirtió en su fascinación y tormento, pasando por sus posiciones políticas, sus amores y sus frustraciones.

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