Impactantes, luminosas, las imágenes que consigue este alemán radicado en Loma Plata realzan la belleza de la flora y fauna del paisaje de la región Occidental, un territorio que calificamos como agreste, pero que tiene una belleza única.
Jorge Zárate jorge.zarate@nacionmedia.com - Fotos: Oliver Förster
“Ya había hecho algo de fotografía en Alemania, pero solo de viajes. La primera vez que me fascinó el arte fue en Paraguay”, confiesa Oliver Förster, dueño de una mirada muy especial sobre el paisaje chaqueño que va ganando adeptos gracias a las redes sociales.
“Vengo de Augsburg, una ciudad mediana de Alemania, cerca de Múnich y siempre me ha interesado la naturaleza, he viajado mucho, pero aquí la gente me inspira, especialmente lo tranquilo y amable que son. También me encanta el clima cálido y el entorno natural de aquí, apunta.
Förster, de 57 años, trabaja como diseñador web para clientes de Europa y cuenta que aquí puede hacer su tarea “sin ningún estrés” y que, por las tardes y noches, después de concluida la jornada laboral nace el espacio para su cámara inquieta.
“Salgo a pasear y dejo que la naturaleza me inspire. Y siempre descubro algo nuevo en el magnífico paisaje de aquí. O voy a una estancia con amigos por la noche y fotografío el cielo estrellado que es maravilloso”, comenta.
“Con mis fotos quiero mostrar a la gente una visión diferente de esta flora y fauna únicas. Quiero que la gente aquí la ame y la proteja sobre todo para que no se pierda tanta riqueza y diversidad”, comentó.
Aquí su diálogo con Nación Media:
– ¿Cómo llegaste al Chaco paraguayo? ¿Dónde estás viviendo actualmente?
– Hace unos años emigré de Alemania, primero al este de Paraguay, pasé un tiempo en Paraguarí. Pero, como siempre me interesó la naturaleza salvaje del Chaco me mudé hace unos años a Loma Plata.
– Tu registro de los atardeceres destaca el sol chaqueño, todo un símbolo del espacio, ¿cómo fuiste descubriendo esa imagen?
– Las puestas de sol aquí en el Chaco son especialmente intensas y coloridas debido al polvo y al humo que hay en el aire. Me di cuenta enseguida de ese detalle y me fascinó lo que se podía lograr. También me gusta jugar con la luz natural en la fotografía y en eso el sol es el elemento principal.
– ¿Cómo se fue dando tu encuentro con la fauna nativa como objeto a fotografiar?
– Por supuesto también me interesan los muchos animales salvajes que hay aquí en el Chaco y mi gran sueño siempre es un puma o un yaguareté. Pero también me encantan las muchas aves acuáticas aquí en las lagunas saladas y especialmente los flamencos que no existen en Alemania, mi país de origen.
– ¿Cómo ves la convivencia de la ganadería, los cultivos con el paisaje natural, como ves la situación?
– Sí, desgraciadamente es un tema triste. Cada vez más naturaleza y sobre todo bosques tienen que ceder el paso a la prosperidad humana para más y más ganado. Eso no me gusta y creo que hemos llegado a un límite y que la deforestación debe parar.
– En el Chaco se dan temporadas de sequía y luego de grandes lluvias, esas transiciones modifican el paisaje, ¿qué podés contarnos de tu experiencia captando esos momentos?
– Sí, el cambio entre la sequía y el infierno verde, como se llama al Chaco, se produce muy rápidamente. En cuanto llueve un poco en primavera, todo se vuelve verde en pocos días. El verde es muy intenso. Pero la sequía, con sus colores al sol, también es fascinante de fotografiar.
– Vimos que también hacés fotos de celebraciones y eventos. ¿Cómo se da ese rubro en el Chaco paraguayo?
– Sí, ahora la gente de aquí me conoce y me invitan a sus fiestas, bodas y otros acontecimientos. A los menonitas les gusta celebrar estas ocasiones en la naturaleza y aquí hay muchos parques con zonas de barbacoa, parrillas le dicen ustedes.
– ¿Tuviste exposiciones?, ¿cómo hace la gente para contactarte, para ver tus imágenes?
– Todavía no hice ninguna exposición de mis fotos, pero ese es mi gran sueño, junto con otros artistas del Chaco. Aparte de eso, las publico en Instagram y Facebook y la gente puede ponerse en contacto conmigo a través de Messenger.
Un dejarse llevar
“Nunca sé lo que estoy fotografiando. No hago un plan a menos que tenga que fotografiar personas o eventos. Simplemente salgo a la naturaleza y me dejo inspirar. A veces son animales, a veces paisajes, a veces estrellas o atardeceres. Por ejemplo, en estos días me voy en coche a Laguna Capitán a que me sorprenda lo que voy a ver”, cuenta Oliver Förster, el fotógrafo alemán del paisaje del Chaco.
Al hablar de sus equipos cuenta que “no es nada especial. Tengo una cámara Fuji APS-C con diferentes distancias focales (12mm, 23mm, 27mm, 35mm, 57-300mm). Siempre trabajo en modo manual y con trípode para darme tiempo extra para la foto. Hago la posproducción con Lightroom”, comentó.