Impulsado por el amor y el respeto a la enología, el arte de producir vinos, el referente gastronómico Oliver Gayet habilitó hace ya más de 15 años el restaurante Le Sommelier, el sitio perfecto para el culto al vino y degustar una variada carta con el toque de la cocina europea.

• Por Rebeca Vázquez
• rebeca.vazquez@nacionmedia.com
• Fotos Gentileza

Oliver Gayet empezó en el rubro de la gas­tronomía a finales de los 80, cuando tenía solo 16 años. Ávido por ampliar sus conocimientos, viajó hasta Francia para seguir formándose como chef. Ya, posteriormente, vino su for­mación como sommelier, que hoy es otra de sus gran­des pasiones, además de la cocina. Sus experiencias en Europa fueron el impulso paramontar Le Sommelier, un restaurante en donde la comida comparte el protago­nismo con botellas de vino premium.

“Le Sommelier surgió cuando volví a Paraguay en el 2005 como una necesi­dad en el mercado: crear un lugar gastronómico donde se le tenga respeto al vino. Así que todo surgió alrededor de esta bebida y al respeto que le tengo al enólogo y viticultor, que elaboran el vino para que esa bote­lla llegue en las mejores condiciones posibles a la mesa del cliente”, destacó Gayet en conversación con La Nación del Finde.

Tras concebir la idea, fue­ron años de trabajo hasta la inauguración del local, que tuvo lugar en agosto de 2007 cuando los primeros amigos de la casa visitaron el res­taurante, explicó el dueño. Entre 2006 y 2007 se inició el proceso de construcción de la bodega que hoy almacena miles de botellas de buen vino para compartir.

“La idea surgió y comenza­mos a trabajar en el menú, que era básicamente uno francés al inicio. En ese entonces, se presentaron muchas dificulta­des para encontrar ingredien­tes en el mercado nacional. Se buscó la excelencia, con requi­sitos sobre los que exigían acá en el mercado nacional”, men­cionó Gayet, que también es presidente de la Asociación de Restaurantes del Paraguay (ARPY).

Con más de 15 años de per­manencia en el mercado, Le Sommelier logró conquistar al público y obtener fidelidad de parte de los clientes. “En la actualidad, abrimos de lunes a sábado durante el medio­día y también en las noches y ofrecemos platos a la carta, extremadamente variados, siempre con el toque francés, pero también fuimos evolucio­nando con algunos productos europeos, llámese españoles, italianos y nórdicos. Siempre haciendo una diferencia con respecto a otros restaurantes a nivel local”, subrayó .

Gayet describió a Le Som­melier como un sitio confor­table y personalizado, con una variedad de espacios para hacer sentir a gusto a sus comensales. “Somos un restaurante pequeño. Tene­mos una parte delantera, la terraza, después un salón pri­vado y otro que está destinado para dar mis clases de inicia­ción al mundo del vino, de catas y más. Todo es pequeño y personalizado”, recalcó.

Al igual que los espacios, la variedad de platos del menú también fue diseñada para el deleite de los comensales. Desde pastas caseras, hasta una variedad de jamones españoles y quesos franceses, el arte culinario de Europa se puede apreciar en la carta. A la par, también se pueden ver en el menú otras opciones como el bife de chorizo, que fue introducido con el tiempo, pero siempre al estilo fran­cés. Gayet destacó finalmente la experiencia sin preceden­tes que se puede disfrutar en en Le Sommelier a partir de la gran variedad de vinos premium de la bodega.

“Tenemos vinos que no son de supermercado, pero los vendemos al precio de estos comercios. El objetivo es que los clientes descubran el vino. No estafarlos con los precios, sino que ven­gan a disfrutar e interiori­zarse con la bebida”, añadió.

Construido en torno a la bodega, el sitio ofrece una experiencia gastronómica sin precedentes, entre etiquetas de vino premium y deliciosos platos de la cultura culinaria del Viejo Continente.

“Hay tres platos que nunca cambia­mos por la preferencia de la gente: uno de ellos es el “risotto Elena”, que es completamente vegeta­riano. Le sigue el magret de pato con hongos; la tercera recomenda­ción de la casa es nuestro famoso ‘cordero borracho’, que se confita durante 12 horas y está acompa­ñado con una salsa de vino tinto, alcaparras y tocino”, detalló Gayet al ser consultado sobre los platillos más famosos de la casa y que nin­gún comensal debería dejar de pro­bar al visitar Le Sommelier.