Jorge Zárate, jorge.zarate@nacionmedia.com - Fotos: Néstor Soto y gentilezas Ana Pin
“El espíritu de la publicación es ser un material ‘guía’, orientador, promotor, que entusiasme a conocer, investigar y experimentar responsablemente con especies nativas”, dice Ana Pin, especialista en etnobotánica y coordinadora de la edición.
“Me refiero en particular a las “silvestres” o sea, las que no están domesticadas, las que hoy están directamente en la naturaleza y no fueron aún adaptadas a sistemas de producción. Se requerirá inversión del sector público y privado, pero es un lindo desafío”, propone.
El Ministerio del Ambiente (Mades) distribuyó una primera edición del libro entre instituciones estatales, especialistas y gente que puede incidir en el objetivo. Por ello los ejemplares ya están agotados, pero en breve,estará disponible un link para poder descargarlo desde la internet, adelantó Pin. Aquí su diálogo con Nación Media:
–¿Cómo surgió la idea de elaborar este importante estudio que coordinaste?
–Hace unos 6 años, con unas colegas, inicié un relevamiento de especies nativas en viveros comerciales de Asunción. Posiblemente, esto motivó la convocatoria a elaborar una guía de “Plantas ornamentales nativas de Paraguay para el paisajismo del AMA”. Este desafío formó parte del proyecto “Asunción, Ciudad Verde de las Américas”, que proponía “Mejorar el manejo de Áreas Protegidas e Infraestructura Verde Urbanas”, donde las especies nativas se insertan como una opción interesante desde el punto de vista cultural, ambiental y de su adaptación al clima.
–Vimos que es un grupo de especialistas el que encaró la tarea. ¿De qué se ocupa cada uno?
–Sí, se formó un grupo interdisciplinario para el trabajo. En general, todos participaron de las discusiones, del proceso de selección de especies y de fotografías. Luego cada uno se ocupó en particular de algunos temas. Las personas que trabajan en botánica, Pamela Marchi, Irene Gauto, María Vera, Liz Rodríguez y yo, nos ocupamos de la descripción de las especies y revisión general de la información botánica relacionada. El ingeniero agrónomo Germán González desarrolló los aspectos de cultivo y lo relacionado al manejo básico de las plantas.
Los arquitectos paisajistas Gladys Ferreira y Carlos Zárate desarrollaron los capítulos sobre dicho tema; la arquitecta Ferreira, abordando el paisajismo a nivel global, así como el uso paisajístico de las especies tratadas, junto con el ingeniero González; y el arquitecto Zárate, abordó aspectos históricos del diseño en Asunción. Por mi parte, tuve también a cargo la coordinación general del trabajo en equipo, la compilación de información y el proceso de edición con los diseñadores, así como la organización de capacitaciones a viveristas del AMA con algunos integrantes de nuestro equipo.
–Hasta el día de hoy se privilegian las especies foráneas para ornamentar parques y jardines. ¿Por qué sigue vigente el “colonialismo” en el paisajismo latinoamericano?
–Responde a varias causas. Básicamente, las especies exóticas ornamentales son muy conocidas en su manejo y apreciadas por los usuarios, y cultivadas desde hace tiempo. Por otro lado, cuenta el aspecto cultural. Las personas que vienen de otros países a vivir acá, inmigrantes y sus descendientes, tienen en su memoria las especies de su tierra y quieren reproducir paisajes similares o, al menos tener las plantas que veían cuando chicos, o que plantaba “la abuela” en su jardín. Así, encontramos los crotos, azaleas, madreselvas, hortensias, jazmines, etc, que al final nos termina gustando a todos.
Pero, principalmente, el escaso uso de nativas se debería a la falta de conocimiento y valoración de nuestra flora local. Ya bastante avanzaron los botánicos paraguayos en estudiar nuestras especies, muchas de ellas destacadas con “potencial ornamental” en las publicaciones. Muchas especies nativas ya han sido incorporadas al uso en jardines particulares, o áreas públicas urbanas, como se destaca en el capítulo “Consideración histórica…”. Sin embargo, hay un largo camino aún a recorrer para adaptar nuevas especies nativas, principalmente las “silvestres”, al uso ornamental. Esto requiere impulsar investigaciones y experimentaciones.
–Vimos que la publicación involucra al Mades y a la Municipalidad de Asunción. ¿Qué pueden hacer el Gobierno central, los departamentales, los municipales para alentar el uso de nuestras plantas ornamentales?
–El Mades juega un papel muy importante en regular y fiscalizar el uso de la flora silvestre nativa. Por ejemplo, para la extracción de material de producción e investigación de especies con potencial ornamental, como muchas citadas en la publicación, se requiere de permisos del Mades, a diferencia de plantas nativas que se reproducen en viveros desde hace muchos años.
Por otro lado, los viveros municipales, de Asunción y otros municipios del AMA, son el objetivo principal de nuestra propuesta. Ellos deben desarrollar la infraestructura y capacidades para la reproducción de estas especies, con el fin de introducirlas posteriormente al paisaje urbano. Muchas de estas especies requerirán de un proceso de experimentación e investigación para su reproducción y manejo; acá pueden cumplir un papel importante las universidades o el sector privado.
La Municipalidad de Asunción hace esta propuesta en el marco del Proyecto “Asunción Capital Verde de las Américas”, dirigida a todos los municipios del área metropolitana y puede ser adoptada en diversos departamentos del país. Esto ya dependerá de cada especie y sus características ecológicas.
–Por ejemplo, la gente suele pedir árboles de raíces pivotantes para que no le dañen sus veredas. ¿Qué árboles nativos se pueden ofrecer?
–De acuerdo con el ingeniero González, gran cantidad de plantas poseen raíces pivotantes, todas las dicotiledóneas. Sin embargo, son las monocotiledóneas, como palmeras, pastos, ka’i takuere’ê que crecen en longitud más que en grosor, y no levantan pisos o veredas.
SELECCIÓN DE LAS FLORALES
–A la hora de las especies florales, ¿qué se recomienda?
–La selección de especies depende mucho del gusto del usuario, sea para áreas verdes públicas o jardines de viviendas particulares; del paisajista, de las condiciones ambientales del sitio en que se desea colocar y del uso que se quiera dar. Por eso, esta guía es una orientadora en el tema. En las fichas descriptivas de cada especie figuran las características de la planta y sus requerimientos como agua, luz, suelo, etc. que ayudarán a elegir las especies adecuadas.
–¿Hay algunos ejemplos de paisajismo con plantas ornamentales de nuestro país para destacar?
–Sí, hay algunos. Tenemos referencia de algunos emprendimientos privados con el uso de especies nativas, como el jardín de la Conmebol y de Aquaterra. Suponemos que hay más, pero todavía son pocos los ejemplos de proyectos paisajísticos de este tipo.
A ellos hay que sumar los esfuerzos de cultivo e investigación que aportan información a este tipo de proyectos, como los del jardín de aclimatación de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Asunción, y cultivos de producción y venta en el Jardín Etnobotánico de Patiño de la Asociación Etnobotánica Paraguaya.
En el material también se incluyeron cuatro especies nativas amenazadas en sus hábitats naturales, por lo que su reproducción en viveros será una forma de conservación. Una especie de jaguarete ka’a (Baccharis trimera), una cola de caballo (Equisetum giganteum), una especie de cangorosa (Monteverdia ilicifolia) y otra de doradilla (Hemionitis rufa) que en la naturaleza se vuelven vulnerables por la destrucción de sus hábitats.
–Sabemos de importantes estudios universitarios de ejemplares frutales de la flora nativa. ¿Hay también desarrollo, en el sentido de viveros que ya trabajen la flora ornamental propia?
–Como se menciona en la publicación, en la página 197, hay algunos viveros municipales del Gran Asunción que cuentan con algunas nativas, entre 5-8 especies, lo que resulta poco. No se hizo un relevamiento exhaustivo de viveros municipales; podría haber más. El vivero etnobotánico del Jardín Botánico de Asunción tiene unas 21 especies nativas con potencial ornamental, pero no es un vivero proveedor, sino de investigación. Por otro lado, hay varias especies nativas comerciales en viveros particulares; principalmente especies arbóreas.
Entre los años 2016 y 2017 realicé con unas colegas un relevamiento de especies nativas ornamentales en viveros comerciales de Asunción, Areguá y Villa Elisa, y encontramos entre 12 y 56 especies a la venta. Esto se menciona con más detalles en la publicación, en la página 30.
UN TEMA CRUCIAL
Para el arquitecto Carlos Zárate, uno de los autores de la Guía de Plantas Ornamentales Nativas del Paraguay, “la base de cualquier ecosistema son sus especies nativas porque su pertenencia al medio está fundamentada en una relación de equilibrio con las demás especies vivas, el suelo, el agua y el aire. Por lo tanto, la introducción de especies foráneas sin control, puede generar importantes alteraciones a la calidad del suelo, a la fauna que habita o frecuenta un ambiente determinado y a las demás especies vegetales, que pueden reducirse y hasta desaparecer cuando varían drásticamente las condiciones del entorno”, recuerda.
“Promover el cultivo de especies nativas no solo es importante para recuperar las cualidades de nuestros ambientes tan degradados, también es una táctica válida para preservar, mediante el incentivo a la reproducción, especies que hoy están amenazadas”, apunta.
A la hora de explicar por qué permanece la preferencia por plantas foráneas a la hora de parquizar o establecer jardines, expone que “por un lado, se debe al alto prestigio y valor simbólico, a veces milenario, que poseen algunas especies exóticas, que presentan además facilidades de adaptación al medio”.
Agrega que “por otro lado, para el caso paraguayo la cuestión política tiene un peso importante. La degradación progresiva de la dirigencia local durante las últimas ocho décadas se hace visible en muchos campos, entre ellos el paisajismo. A inicios del siglo XX el Estado incentivaba la investigación y cultivo de especies nativas, así como su consideración en jardines públicos”.
En ese contexto se creó la Escuela Agrícola (1898 - 1908), el Jardín Botánico de Asunción (1914), el Vivero Municipal de Asunción (1918), el primer Parque Municipal (1919) y se desarrollaron diversas estrategias que tendían a lograr un equilibrio entre especies nativas y exóticas en los espacios públicos. “Hacia 1921 la mitad de las especies ornamentales del vivero municipal de Asunción eran nativas. Hoy el mismo vivero cultiva aproximadamente cuarenta especies exóticas por cada nativa”, señala.