En el nordeste de Itapúa existe un increíble paseo dorado que adorna el distrito de Natalio. De a poco, y muy tímidamente, se está dando a conocer la avenida central de 2.500 metros que nutre y mantiene con vida a más de 300 árboles de lapacho amarillo.
- Por Rocío Gómez
- Corresponsal en Itapúa.
- Fotos Gentileza de Ramón Prieto y familia Sylveira
Todo comenzó en 1972, cuando don Olimpio Silveyra Villalba, junto a sus 9 hijos, plantaron pinos en este paseo central. Al poco tiempo, estos pinos crecieron en gran manera y, lamentablemente, llegaron a ocasionar accidentes de tránsito. Así fue que decidieron talarlos, venderlos y reponer lapachos en su lugar, todo como iniciativa de la familia Silveyra.
Los lapachos fueron plantados aproximadamente en 1999, casi comenzando el 2020, por la misma familia y con acompañamiento de los vecinos. Hasta hoy, la familia Silveyra tiene tierras cerca del paseo, ya que siempre se dedicaron a la agricultura. Están firmemente convencidos de que la tierra pertenece a quien la trabaja.
El hijo mayor de la familia, Olimpio Silveyra, de 75 años, recuerda con orgullo a su padre. “Él era un visionario, siempre soñó y supo el futuro que iba a tener el distrito de Natalio. ‘No va a haber un terreno tan fértil como el de Itapúa’, decía; y fue así que decidió construir un paseo central de lapachos, para que quede como legado familiar con su nombre”.
Los vecinos del kilómetro 15 al 18, en el trayecto de Natalio hacia María Auxiliadora, tienen una comisión vecinal avocada a conservar el paseo y mantenerlo limpio. Hace pocos meses se asfaltó esta avenida principal, y pertenece al Ministerio de Obras Públicas. Igualmente, son estos vecinos quienes se turnan y ayudan para proteger los árboles y reconstituir las plantas que son afectadas por las inclemencias de la lluvia y el viento.
Mezquinan mucho la avenida Olimpio Silveyra porque a través del tiempo y los políticos de turno, lograron mantener el nombre de una familia que invirtió años y esfuerzo allí. “A veces se pone nombre de algún diputado que pasó por el lugar y que no ganó ningún mérito. Nosotros decimos que hay que ganarse méritos para poner nombres, trabajando honradamente para dejar un legado que nadie les pueda quitar”, señala don Olimpio.
FLORECEN CADA AGOSTO
Cada 5 metros, aproximadamente, hay un lapacho y el recorrido total del paseo es de 2.500 metros o 2,5 km. Cada agosto florecen más de 300 lapachos ofreciendo un espectáculo lleno de magia. Allí cerca tienen la capilla Virgen de la Asunción y es tradición que cada 15 de agosto se compartan las fotos de estos lapachos en flor por ser la época en que están en su auge.
“Hace algunos años que la gente conoce y admira mucho este paseo. Vienen a tomarse fotos en el lugar, convirtiéndose en un atractivo importante para Natalio. Por supuesto que no es el único, tenemos el Salto Plomo, también muy visitado”, menciona Marco Maidana, intendente de Natalio.
El salto natural que menciona el jefe comunal es una pequeña caída de agua sobre el río Pirayu’i, donde se instaló un parque municipal para acampar, con parrillas para el asado y sanitarios instalados. Los turistas suelen peregrinar hasta allí el 8 de diciembre para visitar la imagen de la Virgen de Caacupé.
POTENCIAL TURÍSTICO
Natalio es conocida como la “Capital de la soja”, tiene dos puertos de exportación de granos y gran potencial turístico que se deja conocer de a poco. Existen varios hospedajes en la zona: cabañas a orillas del río Pirayu’i, posadas, hoteles y hostales. Para obtener toda esta información, los interesados pueden acercarse a la oficina de turismo de la Municipalidad de Natalio, acceder al perfil de Facebook, a www.natalio.gov.py o en el teléfono (0984) 179-297.
“Gracias a la iniciativa de don Olimpio Silveyra Villalba, que comenzó a plantar lapachos amarillos en 1972, hoy los habitantes de Natalio pueden sentir que lograron rescatar esta especie nativa, sabiendo que pueden continuar cuidándola a través de las nuevas generaciones”.
“Debemos reforestar nuestra zona y recuperar especies importantes como el cedro, el lapacho, el guatambú. Luchemos para proteger nuestros árboles nativos”.
HONRAR NUESTRAS ESPECIES NATIVAS REFORESTANDO
La familia Silveyra busca dejar en alto el mensaje principal del fundador del paseo de los lapachos. “Mi padre conocía muy bien la explotación a nuestra selva virgen. Por mucho tiempo se vio en la necesidad de trabajar labrando rollos de árboles que eran luego vendidos a exportadores de madera. Una vez yo mismo viajé a Buenos Aires y vi los pisos de parquet que se hacían con nuestros lapachos. Y es por eso que en homenaje a nuestra selva, a nuestros lapachos, él quiso plantar lapachos en lo que se conoce hoy como el paseo central de los lapachos amarillos de Natalio”.
El finado don Silveyra sabía que las especies nativas iban a acabarse, porque conoció de primera mano la deforestación y explotación. Gracias a su iniciativa, los habitantes de Natalio pueden sentir que lograron rescatar esta especie nativa, sabiendo que pueden continuar cuidándola a través de las nuevas generaciones.
“A mí me duele el alma cuando busco y no encuentro las especies nativas que antes había. Fueron explotadas por extranjeros. Por eso debemos reforestar nuestra zona y recuperar especies importantes como el cedro, el lapacho, el guatambú. Luchemos para proteger nuestros árboles nativos”, se despide don Olimpio, con un mensaje que no debe ser olvidado.