Enrique di Flores integró uno de los dúos más recordados, Daniel y Enrique. Actualmente llevando su carrera de solista, conversó con La Nación sobre su historia y sus sueños.

• Por Lourdes Pintos
• lourdes.pintos@nacionmedia.com
• Fotos: Emilio Bazán
• Agradecimiento: Aloft Asunción

En la época de los 90, cuando en Paraguay dedicarse al arte aún significaba un gran desa­fío, contra todo pronóstico nacía un dúo que hizo his­toria. Dos jóvenes impulsa­dos por la pasión de su padre hacia la música abrazaron ese sueño. De cantar en reu­niones familiares deleitaron con sus canciones en gran­des escenarios, trascendie­ron fronteras y se posiciona­ron como uno de los artistas del género romántico más queridos, tanto en nuestro país como en Sudamérica, ellos son Daniel y Enrique Di Flores.

Con una carismática sonrisa y una alegría contagiante lle­gaba él, Enrique, presto para hacer un completo recorrido por su vida profesional. Desde sus inicios, la cúspide de su carrera, hasta el momento en que los hermanos decidie­ron apagar los micrófonos y seguir cada uno por su lado.

“Actualmente estoy como solista, soy el primer can­tante, presentador y anima­dor de fiesta. Pero ya había empezado en el año 1988, cuando con mi hermano Daniel ganábamos el pro­grama “Camino al Éxito” con una canción en portu­gués de Roupa Nova, Volta pra mim. Ahí empezaba nuestra historia”, comentó Enrique, comenzando así esta amena entrevista para La Nación del Finde.

-Todo empezó en 1992, cuando papá nos hizo gra­bar nuestro primer casete. Él antes nos llamaba cuando hacía reuniones familiares y nos daba G. 500 si les cantá­bamos a cappella a sus com­pañeros de trabajo. Fue así que nos hizo grabar nuestro primer casete, con grandes maestros como Claudio Fer­nández, César Cipolla, Óscar Fadlala, Carlos Centurión, quien hizo los arreglos a “Mi único amor”. Grabamos una canción que pegó bastante “Tú eres la única”, empezó a sonar en un programa de radio muy conocido de aque­lla época, “Mundo Latino”, lo conducía Hugo Segovia, ahí empezó la historia de Daniel y Enrique.

-La admiración por los can­tantes más que nada. Yo era de escuchar música en inglés, me gustaban las baladas. Así empezó, quisimos españoli­zar algunos temas en por­tugués con mi hermano y lo hicimos. Mi amor por la música empezó ya desde chiquito. Recuerdo que me mecía en el silloncito y escu­chaba las músicas en las radios. A partir de allí dije que la música es algo que también tengo que meter en mi vida, pero mi hermano fue el pri­mero que dijo: “Kike, vamos a hacerlo juntos”.

-Mi único amor nació en una pieza de 2x2, porque teníamos nuestras habita­ciones juntos. Le veía a mi hermano mirando el techo haciendo cosas. Cuando me presentó la canción le dije: ¡Qué música fea! Empecé a cambiar algunas que otras cositas y empezó a gustarme más. Mi único Amor se iba a lanzar en el año 1994.

-Fuimos los primeros artis­tas cantantes a dúo en tener el disco láser aquí en Para­guay, un orgullo particular nuestro. Había una famosa revista que sacaba encabe­zados de artistas internacio­nales, Luis Miguel, Ricardo Montaner, Cristian Castro y de repente Daniel y Enri­que apareció también en la portada. Se suele decir que “Nadie es profeta en su tie­rra”, pero nosotros estába­mos arrancando eso con “Mi único Amor”. Fuimos el disco más vendido en su momento con más de 40.000 copias a nivel nacional.

Posteriormente empezaron a llegar al país los grupos brasi­leños y conocieron a Daniel y Enrique, porque los teloneros éramos nosotros. Razão Bra­sileira llegó a Paraguay, llega­ron Os Morenos, Só Pra Con­trariar, varios otros grupos. Nos pareció elegante estar en otros lugares, en otros esce­narios. Empezó a sonar en Foz de Yguazú, Ciudad del Este y fue ahí que empezamos a expandirnos a nivel Suda­mérica con esa canción, mi hermano lo hizo y yo no que­ría grabar. Increíblemente esa música a la que nadie le daba ni diez centavos empezó a sonar y la gente se enamoró de ella.

-A dos años del lanzamiento de “Mi único amor” empeza­ban a llegar los grupos mexicanos. Venían tantos que ya la gente lo romántico dejó de tener, ahí fue cuando también venían los grupos brasileños y nos llevaron a cantar en el Canecao de Río de Janeiro, un ícono de la ciudad, solamente artistas como Roberto Car­los, Roberto Miranda, Sér­gio Reig iban allí y nosotros tuvimos la oportunidad de estar cantando nada más y nada menos que con Razão Brasileira.

Nos permitieron cantar una canción y nos presentaron como Los paraguayos. Ahí empezó nuestra carrera en Río de Janeiro. En Para­guay lo romántico de Daniel y Enrique iba pasando, no así en Brasil; allá empezaba nuestra historia. De Río de Janeiro fuimos a San Pablo, estuvimos 12 años, canta­mos con grandes como Só Pra Cotrariar y Roupa Nova.

-Nuestra empresaria, cuando eso María Clara Almeida, empezó a tener algunos pro­blemas de salud y se le detectó cáncer. En el 2009 falleció y ahí empezamos a tener algu­nos tropiezos a nivel empre­sarial. Yo tampoco estuve bien, era mi empresaria, mi hermana. Empecé con una pequeña depresión y regresa­mos a Paraguay. Mi hermano se presentó a un programa de TV y ganó con una chica no vidente y desde allí empezó el dúo a disolverse. Daniel viajó por el mundo en los cruceros y yo me quedé aquí. Después me di cuenta que hacía falta algo diferente y como dije al principio de la entrevista, soy el primer cantante, animador y presentador.

-Empezar de nuevo como solista, ese fue mi mayor desafío. Antes de que se vaya mi empresaria me dijo: “Enri­que, yo quiero que vos grabes solo, seis canciones, y grabé las seis. Empecé a presentar­las. Me llamó Dany Durand, fui a su programa, me pre­senté por primera vez sin mi hermano ¡Ni se imaginan lo que fue en ese momento! Fue muy difícil. De repente sentí que algo me faltaba y obvia­mente, me faltaba mi dúo.

-Yo le había prometido a papá grabar dos canciones con mi hermano y las grabamos hace dos años. Hay una que la com­puse con Dani Blaires. La hice justamente para el dúo. La canción se llama “No he podido olvidarte”. Es inédita, la hicimos a nivel de amigos, en el estudio de un amigo, con mi hermano. Fue allí que el dúo empezó a trabajarse otra vez y ahí dejamos, en stand by. Yo siempre tengo el timón del barco, necesito que mi her­mano llegue y se suba otra vez, nada más.

-El sueño es tuyo, vos podés realizarlo, nadie más que vos. Cuando te guste algo andá detrás de ello, por más veces que te caigas es un aprendizaje. Tal vez tenías que caerte todas esas veces para llegar a la meta.

Nombre: Enrique Di Flores

Fecha de nacimiento: 15 de junio de 1974

Estado civil: casado

Hijos: 4

Hobbie: La música y el fút­bol (fanático olimpista)