La actriz Lali González se despedirá del público paraguayo con cuatro últimas funciones de su unipersonal “Loca”, en el Teatro Latino (Teniente Fariña e Iturbe). Las presentaciones serán hoy y mañana a las 21:00, sábado 10 y domingo 11 de diciembre.
Las entradas están disponibles en Red UTS a los siguientes precios: Locura Platea G. 70.000, Locura General G. 100.000 y el Sector Locura VIP G. 150.000.
Lali González hace con “Loca” un recorrido picante con el humor que la caracteriza sobre las idas y vueltas que conlleva lidiar con la faceta de actriz y madre, su intento de influencer y lo difícil que es vivir como una diva.
El show hace hincapié en la presión social después de los 30 años y las locuras que podemos llegar a cometer por cumplir nuestros sueños.
Por otra parte, la cartelera teatral de Asunción anuncia para mañana también la presentación de la obra teatral “Robin Hood”, en versión y dirección general de Mario Santander Mareco. La propuesta subirá a escena a partir de las 17:00, en la Sala La Correa (Gral. Díaz casi Don Bosco). Las boletas tienen un costo de G. 40.000.
La comedia escrita y protagonizada por Lali González anuncia sus últimas funciones.
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Últimas funciones de “Renato y Juliana”
La puesta inspirada en “Romeo y Julieta” sube con guion de Arturo Fleitas.
Hoy a partir de las 21:00 y mañana desde las 20:00 se desarrollarán las dos últimas funciones de la obra teatral “Renato y Juliana – Amor en la Guerra Grande”, en Arlequín Teatro (Antequera casi Rca. de Colombia).
La puesta está basada en una historia de José Luis Ardissone, inspirada en la inmortal obra de William Shakespeare, “Romeo y Julieta”, con un texto final a cargo del dramaturgo, actor y director paraguayo Arturo Fleitas. Actúan en la misma Patricia Reyna, Derlis Esquivel, Alma Quiñónez, Erik Gehre, Matías Miranda, Eliane Quesnel, Ariell López y Diego Pedrozo. Por otra parte, hoy a las 21:00 se presentará en la Sala García Lorca de la Manzana de la Rivera (Ayolas esq. Benjamín Constant) la obra “Raza de valientes”, escrita y dirigida por Alberto Sánchez Pastor.
Entretanto, en igual horario subirá a escena la puesta “Patas cortas”, a cargo de los elencos Luces y Sombras, bajo la dirección de Alicia Braga y Jorge Espínola.
A las 21:00 se presentará en la Sala García Lorca de la Manzana de la Rivera (Ayolas esq. Benjamín Constant) la obra “Raza de valientes”, escrita y dirigida por Alberto Sánchez Pastor.
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No es carne roja: los alimentos con más hierro para prevenir la anemia
El hierro es un mineral considerado esencial debido a que su presencia es clave para producir hemoglobina, una parte de las células sanguíneas. Debido a que el cuerpo no puede producirlo, se debe ingerir por medio de los alimentos que se consumen diariamente: las carnes rojas no son la única fuente de este nutriente.
El cuerpo utiliza el hierro para fabricar la hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno de los pulmones a distintas partes del cuerpo. También se necesita hierro para la fabricación de las hormonas y el tejido conectivo. La cantidad diaria de hierro que una persona necesita varía según la edad y el sexo.
Según la Federación Española de Nutrición, una de las principales fuentes de hierro es la alimentación, por lo que a la hora de aprovecharlo debe tenerse en cuenta factores como la disponibilidad y la combinación de alimentos. El hierro hemo es el que procede de los alimentos de origen animal y es el más asimilable para el organismo.
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Contrariamente a lo que se cree, la carne roja no es la única ni la mejor fuente de hierro. Las vísceras como el hígado o pescados como las sardinas y anchoas se destacan por su gran concentración de este mineral: pueden llegar a contener alrededor de 10 y 13 mg por cada 100 gramos. Para aprovechar al máximo sus beneficios se les puede combinar con legumbres, huevos y frutos secos, excelentes fuentes de hierro vegetal.
Los síntomas de anemia por deficiencia de hierro pueden ser el cansancio y la falta de energía, trastornos intestinales, falta de memoria y concentración, además de dificultades para controlar la temperatura del cuerpo. De ahí la importancia de consultar con un profesional médico si se presentan algunos de estos signos.
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No hay que esperar una lesión: la fisioterapia sirve para ganar calidad de vida
La fisioterapia es una rama de las ciencias de la salud que permite la rehabilitación después de una lesión o una enfermedad. Pero, su campo de acción no solo se limita a este aspecto, también tiene un enfoque preventivo: sirve para ganar calidad de vida, especialmente en los adultos mayores, que van perdiendo movilidad.
El licenciado Mario Núñez, fisioterapeuta y kinesiólogo, detalló en conversación con La Nación/Nación Media que no se debe esperar una lesión para acudir junto a un profesional de su rama, atendiendo a que su principal función es maximizar o mejorar la calidad de vida.
“Mientras la fisioterapia se trata de la terapia a través de agentes físicos como el frío, el calor, tecnología de ultrasonido y campos magnéticos, la kinesiología es la ciencia que tiene como pilar fundamental la prevención a través del movimiento. Se busca promover el bienestar y la rehabilitación a través del movimiento. Ambas son fundamentales y se complementan”, detalló.
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Mal llamados “masajistas”, la labor de los profesionales se “revalorizó” tras la pandemia del covid-19 y las posteriores epidemias de dengue y chikungunya. Fue entonces cuando se demostró que la fisioterapia y la kinesiología son disciplinas muy completas, que se pueden utilizar en diversos campos: con fines terapéuticos, estéticos y más.
“Desde la rehabilitación muscular hasta el fortalecimiento de la parte cardiopulmonar, los campos de acción son numerosos. Por ejemplo, ahora se está trabajando en la rehabilitación del suelo pélvico tanto para mujeres embarazadas como para quienes practican deportes de alto impacto. No hay que olvidar la parte geriátrica”, resaltó para LN/NM.
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Rol del fisioterapeuta en la vejez
Núñez hizo énfasis en que Paraguay está en plena transición demográfica. De ahí que la población de adultos mayores está en aumento y a un ritmo de variación más rápido respecto a la infantojuvenil. “Es importante hablar sobre el rol que tenemos los fisioterapeutas y kinesiólogos en esta transición demográfica y en cómo ayudamos a las personas a llegar a la edad adulta y a la vejez con una óptima calidad de vida, previniendo o disminuyendo posibles condiciones incapacitantes”, explicó.
Lo mejor, a criterio de Núñez, es actuar desde la prevención, atendiendo que desde los 65 años se experimenta un declive notorio en algunas funciones importantes como en la fuerza, la pérdida de masa muscular, el equilibrio, la memoria y las funciones cardio respiratorias.
De ahí que, según recalcó el profesional, no se debe esperar una lesión para acudir al fisioterapeuta. Antes de empezar cualquier actividad física, se puede recurrir a realizar evaluaciones físicas y pruebas físicas a fin de determinar el estado de músculos, articulaciones y otras áreas que hacen al movimiento del organismo.
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Entre lo culto y lo popular, la imaginación creativa puesta en sonido
Los ganadores del Premio Nacional de Música 2023 en las categorías clásica y popular, José Ariel Ramírez y Lizza Bogado, respectivamente, conversaron con La Nación/Nación Media sobre sus creaciones galardonadas, sus inicios en el mundo del arte y sus perspectivas de cara al futuro.
- Por Jimmi Peralta
- Fotos: Néstor Soto / Gentileza
Su padre Octavio, según cuenta José Ariel Ramírez, marcó en él con su voz y su guitara parte de su destino. Hoy el hijo celebra el reconocimiento del Premio Nacional de la Música en la categoría clásica.
De origen humilde, en su hogar José Ariel y sus cinco hermanos recibieron el mandato de la educación, el sacrificio y la perseverancia.
Esa cuna de músicos no tuvo escasez de afecto, creatividad, intelectualidad, sentido crítico y búsqueda espiritual por sobre lo material. Sin dudas, Victorina Duarte, su madre, tuvo un rol fundamental.
“El lado oscuro de aquella noche” es su obra que fue distinguida por la Cámara de Senadores con el Premio Nacional de Música 2023. Se trata de una propuesta narrativa instrumental que tiene inspiraciones en la epopeya de la guerra contra la Triple Alianza.
José Ariel Ramírez, director artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional, es parte de una nueva camada de músicos formados en el país y en el extranjero que aportan composiciones al acervo musical contemporáneo de la música erudita paraguaya.
–¿Cómo nace tu afinidad con la música y en qué momento se convirtió en una profesión?
–Mi afinidad por la música y por el arte nació en mi casa. Primero porque siempre sentí fascinación por la lectura, medio por el cual desarrollé una imaginación creativa y conocí las diferentes culturas, principalmente las culturas antiguas. Hasta ahora esa fascinación por los modos y medios de expresión que tenían los hombres de la Antigüedad no decae. Sigo admirando sus esculturas, su arquitectura, su arte y su pensamiento. En segundo lugar, porque mi papá es un músico aficionado que constantemente nos acercaba música, tanto folclórica como académica. Recuerdo oírlo cantar música paraguaya y latinoamericana acompañándose con su guitarra. Su voz, su timbre son los mejores recuerdos de mi niñez. Debe tomarse muy en serio los efectos cognitivos que el canto de los padres produce en sus hijos recién nacidos. El efecto de la voz humana es sorprendente. La música estuvo presente en toda mi niñez y adolescencia, vivía prácticamente en el conservatorio. Por suerte pude quemar toda esa etapa soñando como todos los niños en distintas opciones de vida sin tener que ser forzado a elegir una profesión. Mi decantación por la música fue natural y gracias a eso nunca he tenido una crisis vocacional. La música fue y será mi modo de vida, estaba escrito.
–¿Tu papá fue tu mentor?
–Mi papá fue mi primer maestro y gran influencia. Todos los demás me han ayudado, pero ninguno ha tenido tanta preponderancia en mi elección final hacia el camino de la música.
EL INSTRUMENTO MÁS COMPLEJO
–De los instrumentos que ejecutás, ¿cuál es el que decís es “el mío” y por qué?
–He transitado un largo camino de aprendizaje por distintos instrumentos desde los ocho años, primero con el órgano electrónico, la guitarra, el piano, la flauta traversa, el canto y la electrónica hasta descubrir finalmente el instrumento que más me llena, la orquesta, que es el instrumento más costoso y difícil de perfeccionar. A diferencia de los demás instrumentistas, los directores no tenemos el “instrumento” en casa. Tenemos que hacer grandes sacrificios y largos caminos de formación para tener la oportunidad de contar con una orquesta. Otra diferencia es que los directores no conducimos directamente la música como lo hacen los demás instrumentistas, lo hacemos de manera indirecta y compleja, a través de gestos coreográficos que son descifrados por otros instrumentistas y que dependiendo de su subjetividad producen determinado sonido. No dirigimos música, dirigimos a los músicos. Es asombrosa la infinita posibilidad de sonidos que se pueden producir en una orquesta solo con un gesto-estímulo y eso es lo que más me cautiva. De los instrumentos individuales, la voz y el piano son los más efectivos para la dirección y la composición, aunque ahora debo sumar a la electrónica.
–¿En qué momento elegiste la dirección como el siguiente eslabón profesional?
–Mis vivencias dentro de una orquesta fueron muy prematuras. Me incliné por la flauta traversa para tener experiencia en orquesta por influencia de mi hermano, Héctor (quien también es director y compositor) y eso me permitió conocer ese mundo mágico de timbres diferentes, de personas diferentes que coinciden y buscan lo mismo, hacer música. La decisión final se dio en mis últimos años en el conservatorio luego de asistir a un curso de introducción a la dirección orquestal para luego liderar conjuntamente con mi hermano y otros colegas la Orquesta Juvenil de Asunción. Ahí aprendí que conducir no es solo hacer música, sino que se requiere de componentes extramusicales como un buen liderazgo, coordinación, buena comunicación, excelente manejo de personas, elementos motivacionales, etc. Me di cuenta de que solo manejaba un aspecto de la dirección y que necesitaba aprender mucho más. Creo que en ese momento tomé la decisión de especializarme en dirección y de “abandonar” el camino de músico instrumentista. En Paraguay todavía acostumbramos a ver la dirección como una extensión de la carrera del instrumentista y eso no es suficiente. La figura del director-profesor de instrumento es un modelo viejo, de orquestas juveniles que las orquestas top las han dejado de lado.
INFLUENCIAS Y COMPOSICIÓN
–La música académica muchas veces puede ser una carrera entera de interpretaciones. ¿Por qué componer y desde cuándo?
–En el arte, y más específicamente en la música, convivimos continuamente con interrogantes e incertidumbres, es una búsqueda constante por intentar definir y comprender lo que hacemos y por qué nos dedicamos a ello. Hay momentos de lucidez en los que sabemos muy bien qué es la música. En otros momentos solo tenemos una vaga idea y, más a menudo, no tenemos la menor idea de lo que es la música. Componer nos ayuda a orientarnos y encontrarnos en esa nube de incertidumbres, a definir lo que hacemos. Por ende, componer es convertir esos pequeños momentos de certezas en expresión. La música es un subproducto natural de la evolución del lenguaje humano y expresarnos a través del sonido es tan necesario como hablar. El sonido y sus efectos son tan asombrosos que es excitante provocar nuevas sensaciones a través de la construcción de sonidos y ruidos. Mi vocación por la composición es relativamente tardía, comencé a componer pequeñas piezas (más bien ejercicios) para el conservatorio a los 18 años y el descubrimiento e identificación de los parámetros musicales hizo que rápidamente experimente con ellos. El camino que más me sirvió en mi etapa autodidacta fue de la imitar las estructuras y procesos de los grandes maestros. Aunque me sirvió para aprender, no tuvo un buen resultado, no quería componer como otros, quería mi propio lenguaje. Fue un largo camino de análisis y experimentación hasta encontrar mi lenguaje.
–¿Qué corriente estética musical contienen tus obras y cuál pensás que te influye más?
–Todas las estéticas han aportado mucho para mi música. Principalmente la complejidad del contrapunto de la música vocal de la escuela franco-flamenca (John Dunstable, Guillaume Dufay, Johannes Ockeghem). Las armonías de Claude Debussy, la mirada tímbrica de Alban Berg y Anton von Webern. John Cage, Pauline Oliveros, Michael Pisaro, Saunders, Panayiotis Kokoras, entre muchos otros.
OBRA GANADORA
–¿Podrías hablarnos sobre “El lado oscuro de aquella noche”?
–Es una obra en un solo movimiento inspirada en un hecho histórico, el final de la guerra contra la Triple Alianza, más precisamente en la noche antes del 1 de marzo de 1870. La obra está construida por un grupo de solistas (quinteto de vientos de madera) que cumple una función de narrador omnisciente que describe la situación trágica y las emociones psicológicas del último bastión del Ejército paraguayo, mientras que la orquesta describe la noche. En la obra coexisten tres tiempos distintos. El presente, la noche previa al 1 de marzo; el pasado, que es el recuerdo de las penurias, y el futuro, que es el desenlace fatal que se avecina. La obra posee un relato no lineal, es decir, va saltando en el tiempo y busca que el oyente construya su propia imagen de lo que sucede en ese instante. Mi idea original fue agrupar tres obras en un tríptico sinfónico, que la integran además “Orfeo en el Estrimón” y “El baldío”. Las tres comparten la misma búsqueda, acercar la música de nuestro tiempo con un lenguaje propio a gente común que no es habitué de la música orquestal, con temas que sirven de disparadores para que el oyente construya su propia versión de los hechos. Lo cierto es que cada una de ellas se estrenó en orquestas distintas y aún no he podido interpretarlas juntas.
–¿Qué significa para vos este reconocimiento?
–Todavía no puedo decir de manera concluyente lo que significa este reconocimiento, necesito más tiempo para procesar y digerir esta distinción. Se trata nada más y nada menos que del premio más importante que tiene el país a nivel musical. Nunca he compuesto para ganar premios, más bien responde a una necesidad de expresarme a través de la música. Todo premio trae consigo una gran carga de responsabilidad, y creo que me toca honrar a los compositores que nos han legado su música y velar, defender y difundir la música orquestal de calidad de compositores paraguayos desde mi lugar de director/compositor.
–¿Qué proyectos tenés en particular y qué dentro de la Orquesta para 2024?
–La creación del primer ensamble de música nueva de forma estable y generar una compañía interdisciplinaria. Para ello es fundamental resemantizar los espacios. Las nuevas expresiones requieren de un lugar acorde para tal experiencia. Crear un ciclo de música experimental y abrir el primer laboratorio de música electroacústica del país. Además de esta distinción, me toca liderar artísticamente la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), el organismo más complejo e importante a nivel sinfónico que tiene el Paraguay. Desde ese lugar estamos trabajando para fomentar la composición y elevar el nivel de las obras y los compositores.